Hoy me ha preguntado el primo de mi vecino (no va con segunda intención…), si era necesario sufrir y “pasarlo mal” haciendo trading e invirtiendo y operando en los mercados bursátiles, y si hasta eso podía ser beneficioso para nosotros o para nuestra cuent
Sé que no debe ser así en absoluto, y nosotros no compartimos ese sentimiento casi “masoquista”, esa obligatoriedad de sufrir épicamente, y ese sentir de algunos que dicen que cada vez que entras en el mercado lo debas hacer cargado de nervios, ansiedad, estrés, alteración del pulso, tensión…
Por desgracia, supongo que casi todos los que operan o han operado en real saben de sobra que esas desagradables sensaciones nos han acompañan muchas veces en nuestra operativa.
Pero también hemos de saber, y mentalizarnos de ello, que ni son buenas compañías para este largo viaje, ni podemos darnos por satisfechos hasta alcanzar ese estado ideal en el que conseguimos fluir, y ni nos afectan sobremanera las pérdidas que a menudo obligatoriamente tendremos que padecer, ni nos sentiremos los reyes de la creación cuando el verde acompañe a nuestros resultados.
No es fácil , pero hay que aspirar a lograr esa situación ideal que se describía en un libro sobre el tema en el que el autor decía, sabiamente, que “sabremos cuando estamos ya muy cerca de nuestra meta cuando salgamos de nuestra habitación o del lugar donde operemos, cuando hayamos acabado nuestra jornada diaria, y ni nuestra familia ni los que nos rodean puedan ver en nuestro rostro el resultado de las operaciones”, es decir, que no nos delate nuestra mirada ausente si nos han saltado todos los stops inexorablemente, ni nuestra expresión lastimosa si hemos ido contra nuestro sistema y por ende, contra nosotros mismos, o que nuestros cánticos de felicidad alerten sobre el éxito de nuestros trades.
Personalmente, eso es otro de los muchos deberes que me obligué a autoimponerme, y que recomendamos siempre también hacer a nuestros alumnos de trading, por su bien y por el bien de su familia: no extrapolar lo que hacemos con los gráficos a lo que hacemos con los que nos rodean.
Seguro que también son cosas encadenadas, y que también nos facilitará nuestro modo de operar, el conseguir desapegarnos realmente del resultado si estamos haciendo lo correcto. Operar el tiempo necesario, entendiendo que cada día y cada sesión es y será distinta a las precedentes y a las posteriores, y que el mercado nos dará los puntos que tenga y que quiera darnos, no los que necesitemos nosotros y que unas veces ganaremos pero inevitablemente, otras también perderemos y nos saltarán los stops.
Importa el resultado final, la suma de los días, y de nada vale ni abatirnos porque un día nos salgan mal las cosas, y detenernos, ni acelerarnos en exceso y antes de tiempo si tenemos dos o tres sesiones exitosas.
Asumir y predefinir el riesgo a priori, asumiendo los stops o las pequeñas pérdidas como parte de nuestro proceso de aprendizaje y como ingrediente necesario para conseguir y mantener la consistencia… seguir el sistema que hayamos aprendido, ser meros ejecutores del mismo, procurar no dudra ni improvisar, no lamentarse, ni impacientarse… ocuparse en lugar de solamente preocuparse… no sufrir sin motivo, hacer caso a nuestro plan de trading y dejar que los acontecimientos transcurran conforme a lo que el mercado ordene.
Si mi entrada es correcta, esperar su evolución en un sentido u otro y no sentarme nunca a operar sin estar armado de toda la paciencia del mundo. Y después de haber cerrado la operación, no lamentarnos por lo que haga luego el mercado después de habernos salido nosotros.
Si nos hemos propuesto comenzar por objetivos más o menos pequeños, y hemos conseguido nuestro objetivo diario marcado, no poner siempre peros al resultado conseguido (no ponernos condicionamientos negativos, no buscar siempre algo malo ni emplear el “ysismo”: y si hubiera aguantado la operación, y si hubiera salido antes, y si hubiera entrado antes…
Obedecer nuestras reglas de trading, nuestro plan… y salir de la habitación donde operemos cada día habiendo sufrido lo menos posible (o mejor aún, disfrutando incluso) e independientemente de que tengamos resultados positivos o negativos… silbando y sin que los que rodean sepan por qué…