Las largas colas de ciudadanos ante los bancos son la fotografía del día en Chipre, pero no ha habido incidentes y eso proporciona cierta tranquilidad que el mercado agradece.
Tampoco es que nada de esto sea fiable pero a los mercados europeos les ha venido bien saber que en Chipre se lo han tomado con un poco de calma. No pueden hacer mucho más ya que les van a dar 300 euros diarios como máximo...
Habrá que esperar unos días a que se levanten las restricciones y ver cómo se transfieren los dineros "electrónicos" para tener una idea más aproximada, pero al cierre de la sesión parecía que los 5.000 millones de euros en billetes enviados por el BCE a la isla van a ser suficientes para las necesidades del país, lo que es un cierto alivio.
Pero más alivio es saber que ya empiezan a "bajarse del burro" algunos de los protagonistas de la sinrazón de los últimos días. El FMI, que hasta ahora había guardado un silencio cómplice en todo este asunto ha salido hoy diciendo que lo de Chipre es "una solución excepcional para un caso excepcional".
Y también parece que el ministro de finanzas alemán, Wolfgang Schäuble, empieza a recular. Si ayer decía que "lo que hay es mucha envidia a Aleamnia", hoy parece haber vuelto a un discurso más racional y menos pintoresco y ha asegurado más o menos lo mismo que el FMI, ¿Coincidencia?
Pues miren ustedes por dónde, no creo en las coincidencias y me parece que lo de Schäuble tiene bastante que ver con la necesidad de terminar con la tormenta antes de que termine por afectar de verdad a Alemania.
El dato de desempleo vuelve a demostrar que la locomotora germana empieza a dar serios síntomas de debilidad y el paro empieza a repuntar lentamente. Nada preocupante de momento, sigue muy cerca de los mínimos desde la reunificación, pero ya no se reduce. En términos desestacionalizados ha crecido en 13.000 personas cuando los analistas esperaban una mínima rebaja.
Y tampoco puede decirse que las ventas minoristas, que subieron un 0,4% en febrero, sean para tirar cohetes. Menos mal que las previsiones de la OCDE para Alemania siguen mostrándose optimistas, que si no a estas alturas estaríamos lamentando otra caída seria de los índices europeos.
Eso sí, para que la jornada tuviera de todo, menos volumen, en la apertura de Wall Street conocimos un PIB ligeramente peor de lo esperado y un PMI que sí fue, sorpresivamente, mucho peor de lo esperado, lo que contribuyó a que la inestable alegría europea quedara casi en nada. Se necesita mucho más para salir del atolladero, así que esperaremos a que pasen la fiestas.
Al cierre, el Dax subió un 0,08%, el FTSE un 0,38%, el CAC un 0,53% y el Ibex un 0,25%.