Todo el mundo quiere saber cuándo tendrá lugar la próxima recesión. En los últimos años, y casi desde que finalizó la anterior recesión a mediados del año 2009, si hay un tema que ha sido objeto de debate entre economistas, expertos bursátiles, inversores o periodistas financieros, no ha sido otro que el de cuándo tendrá lugar la siguiente recesión. No en vano, es durante las recesiones económicas y crisis financieras cuando se producen los mayores mercados bajistas, lo que proporciona ocasiones únicas de comprar acciones a precios extremadamente atractivos. Sin embargo, acertar cuándo tendrá lugar una nueva recesión, el detonante de la misma o la profundidad de las caídas bursátiles es harto complicado, por no decir casi imposible.
Tal y como podemos leer en MarketWatch, según Morgan Stanley las probabilidades de asistir a una recesión en los próximos doce meses se han reducido al 25% desde el 30% anterior. Hay que recordar que hace algo más de un año, concretamente en julio de 2016, estas probabilidades se situaban en torno al 40%. Hay que apuntar que el modelo de predicción de recesión de Morgan Stanley ha mostrado un alto grado de precisión desde 1961. Pero, ¿cuáles son los motivos de esta disminución?. Según Ellen Zentner, economista de Morgan Stanley, el repunte de la actividad económica a nivel mundial así como la prometida reforma fiscal de Donald Trump, han sido los artífices principales de esta reducción de las expectativas de recesión. Es más, de cara a los próximos seis meses, afirman que las probabilidades de asistir a una recesión son mínimas.
Pero a pesar de que las probabilidades de asistir a una recesión económica en los próximos doce meses se han reducido de forma significativa, los analistas de Morgan Stanley se muestran cautos con ciertos aspectos de la economía. Básicamente señalan que una tasa de paro actual en el 4,4%, lo que técnicamente se puede calificar como “pleno empleo”, sugiere que el ciclo económico en Estados Unidos está muy avanzado, lo que aumenta las posibilidades de recesión.
Pero no sólo los expertos de Morgan Stanley se muestran cautos con lo avanzado del ciclo económico estadounidense. En las últimas semanas diversos medios de comunicación como Bloomberg o MarketWatch han publicado la opinión de grandes y reputados inversores como Seth Klarman, Paul Tudor Jones o Jeff Gundlach, los cuales nos están alertando de una serie de peligros que se ciernen sobre la economía y los mercados bursátiles. Entre otros, nos hablan de problemas como las elevadas valoraciones bursátiles, los bajos tipos de interés mantenidos de forma artificial por los bancos centrales, el elevado volumen de dinero utilizado para la compra a crédito de acciones (“margin debt”) o la venta de acciones en grandes cantidades por parte de los “insiders” de las grandes compañías, aspectos que suelen ser la antesala de problemas para los mercados y la economía.
Incluso hay inversores que no se han limitado simplemente a advertir de todos estos riesgos, sino que han pasado a la acción y se han puesto manos a la obra. A principios de este mes, el prestigioso diario británico Financial Times se hacía eco de uno de los casos más curiosos y significativos, como es el de Jonathan Ruffer (cofundador del fondo de inversión “Ruffer LLP”), el inversor apodado 50 cent, que ha estado comprando de forma masiva contratos de derivados por valor de varios millones de libras para protegerse de una subida de la volatilidad en los próximos meses. Un repunte de la volatilidad está asociado con caídas en los mercados bursátiles, por lo que este inversor británico está haciendo no es otra cosa que apostar a que las bolsas caerán en las próximas semanas o meses.
Por su parte, los mercados bursátiles estadounidenses siguen cotizando en máximos históricos, con la volatilidad como clara protagonista de las últimas semanas, ya que se ha situado en mínimos desde 1993, mostrando una clara complacencia entre los inversores. En las últimas jornadas el rally bursátil originado tras la victoria de Donald Trump se ha detenido, entre otros motivos por las dificultades que está encontrando el Presidente de Estados Unidos para aprobar diversas leyes, entre ellas la tan prometida reforma tributaria. Las enormes dificultades políticas que está teniendo el presidente republicano es algo que los inversores están pasando por alto actualmente, pero es un aspecto que no debería ser olvidado, puesto que la incertidumbre es uno de los aspectos que más incomoda a los mercados financieros. Sin ir más lejos, la fulminante destitución del director del FBI James Corney es una muestra clara de lo que estamos señalando.
Pero a pesar de todas estas cautelas que hemos mencionado, los expertos de Morgan Stanley consideran que las probabilidades de asistir a una recesión económica en los próximos meses son escasas, lo que debería tranquilizar a los inversores frente a todos aquellos expertos y analistas que vaticinan cada dos por tres el apocalipsis en los mercados financieros. Pero que sólo exista actualmente un 25% de probabilidad de recesión en los próximos meses no significa que debamos ignorar los riesgos existentes. Es fundamental saber escuchar e interpretar correctamente todas las opiniones, tanto aquellas que nos avisan del fin del mundo como aquellas otras que nos dicen que aquí no pasa nada y que todo va bien.
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