No puedo evitar mofarme socarronamente y con enorme autocomplacencia con el nuevo anuncio de la Agencia Tributaria para el inicio del periodo confiscatorio y de saqueo de 2015: "Lo que defraudas tú, lo pagamos todos". Propongo un nuevo eslogan para la siempre desatinada y meapilista publicidad institucional: "Lo que evitas que te secuestren, deja de tenerlo en su hucha el Sr. Montoro".
En cierta ocasión, uno de mis profesores de la facultad se dirigió al aula y dijo: "Tengan muy presente que si existen paraísos fiscales, es porque existen infiernos fiscales". Me permito el lujo de hacerla mía por lo elocuente e ilustrativo de la cita.
En un ejercicio de franqueza y solidaridad ciudadana, conmino a todo el mundo que tenga la posibilidad a que "defraude" parafraseando la SICARIAL terminología estatal.
Si entendemos por fraude la posibilidad de los particulares de inhibirse o repeler una imposición coactiva y violenta (agresión) similar a la perorata de un atracador callejero: "la bolsa o la vida", también deberíamos imputar la consideración moral de defraudador al agraviado que propina un puñetazo al atracador en el legítimo ejercicio de su derecho a defenderse. Ergo de la misma manera que conmino a cualquier ciudadano a evitar las magreantes y prostituidas manos de Cristóbal Montoro y sus "Agentes Smith" de la Aministración Tributaria, conmino y legitimo a una mujer maltratada a que agreda a su marido o a que el pobre niño con gafas del patio del recreo se defienda ante el abusón de turno que diariamente quiere cobrar su "impuesto revolucionario" particular, materializado en el almuerzo.
Es el propósito de este artículo dar pábulo a la desobediencia ante determinados mandatos de la "Cosa Nostra" que representan desde hace mucho tiempo los Estados Modernos. Bueno, en realidad es infinitamente peor, ya que las organizaciones mafiosas y la criminalidad organizada obtienen financiación mediante sus propias actividades (sean lícitas o no) y el Estado lo hace coercitivamente parasitando y esquilmando a las personas.
desde luego el estado (CCAA y Aytos incluidos) del malestar hipertrofiado corrompido por los partidos y los sindicatos es una mafia, no cabe duda, y un esquema Ponzi. Qué bonita democracia. Y con los salvadores de Jodemos y Ahora la Cagamos será mafia bananera, aún peor.
Realmente que gane las elecciones un partido u otro es irrelevante. Da igual meter a un tiburón, una piraña o un lenguado en una pecera de agua envenenada. Sabemos que, definitivamente, todos los peces acabarán contagiados/envenenados.
"Lo que no pagan las SICAV (la de Almodovar, por ejemplo), lo tenemos que pagar los demás."
Ya comenté en un artículo anterior que CUALQUIERA puede ser accionista de una SICAV, incluso Almodóvar.
jajaja sigue con estos articulos, y si metes un poco más de caña mejor jaja
Gracias Francisco, pero no se trata de meter caña, el objeto fundamental es contar las cosas como uno las considera y desmarcarse de las paniaguadas y casposas opiniones del "consenso".
En los tiempos predemocráticos, allá por el final del abuelo Franco, el IRPF que entonces se llamaba IRTP, (impuesto rendimiento al trabajo personal), era un tipo único del 10%, ahora puede llegar al 56%, el IVA actual es del 21%, entonces el equivalente era el ITE, (impuesto de trafico de empresas), con una cuantía del 4%, eso sí acumulativo en cada paso productivo, normalmente dos o tres, es decir 8% o 12%.
Eso si, antes teníamos un parlamento, (las Cortes), que no servia para nada, estaba de adorno, y ahora tenemos 20 parlamentos que valen para legalizar, que no legitimar, el latrocinio.
en ese sentido y en otros muchos estabamos mejor entonces salvo que el poder del estado contra la vida y libertad del ciudadano era aún mayor que hoy, que ya es decir. Dicho esto yo prefiero una democracia pero no la M que tenemos aquí, esto es una partitocracia mafiosa.
El Estado jamás tuvo un peso tan grande en la economía como ahora, representa un 48% sobre el PIB
Me ha encantado tu artículo. Alguien tenía que decir que la labor de los inspectores de Hacienda NO está por encima del bien y del mal. No son ángeles seráficos, aunque parece que se lo creen. Los países avanzados tienden a configurar sistemas fiscales basados en un cierto nivel de confianza mutua entre administración y ciudadanos. Aquí no. El ciudadano es considerado sospechoso habitual, por no decir culpable, sin derecho a la presunción de inocencia. La línea seguida por Hacienda, basada en una especie de hostilidad institucional, causa inmensos perjuicios al estado, que ellos, en su infinita soberbia, ignoran. Deberían leer a Josep Pla, cuando dice que el payés siempre defrauda al amo, porque se levanta temprano y a la vera del fuego, en las largas madrugadas de invierno, piensa horas y horas como joderle. Y lo consigue. Hacienda debe saber como piensan y actúan millones de supuestos sujetos pasivos, que de pasivos, nada. Todos muy activos pensando como darles la vuelta. Creo que no tienen solución. Es genético. La endogamia de la casta.
Viva, viva...ya somos más de 40 millones de españoles que pensamos de igual manera..