Todavía vivimos -es decir, todavía muchas decisiones macro se toman- bajo el imperio de las teorías de Milton Firedman, uno de los economistas más influyentes en nuestra vida privada durante décadas.
En Noah Smith tenemos un examen muy extenso y riguroso de la vivencia de las ideas de Friedman. Vale la pena leerlo, aunque no sea más para comprobar cuantos latiguillos están en el lenguaje común de la economía divulgativa.
Hay ideas suyas que el tiempo no ha respetado, y otras que sí. Por ejemplo, Friedman fue siempre partidario del tipo de cambio libre (como Keynes, al que respetaba en muchas cosas), y ya expliqué en el post "Eclesiastés" que siempre he visto fracasar el intento de los gobiernos de mantener fijo el tipo de cambio nominal. Ninguna excepción.
Pero su teoría de que el Banco Central puede y debe controlar la cantidad de dinero fracasó además cuando la FED, en 1980, intentó aplicarla. Ahí nació definitivamente el tipo de interés como instrumento de la política monetaria.
Algo parecido, pero menos rotundo, es su afirmación de que la inflación (y deflación) es siempre un por lema monetario. Esto se basa en la idea de que el BC es el que crea el dinero, cundo lo cierto es que es la banca, vía el crédito, el que lo crea. No hay una relación fija entre el dinero que emite el BC y la cantidad de dinero en circulación, pese a lo que creía Friedman. El gráfico de Noah expone como la velocidad d circulación "desobedece" a los dictados del multiplicador, base la relación fija base monetaria-dinero.
Con todo, vale la pena leer el artículo de Noah, y dar un repaso a las teorías que fueron dominantes durante décadas hasta la gran crisis de 2008, y aún más, pues muchos siguen creyendo que Friedman fue el gran teorizador de la crisis de 1929, cuando su explicación está plagadita de errores.
Friedman fue un gran propagandista, y como tal fue muy didáctico. Y no todos fueron errores. Sus seguidores fueron los neokeynesianos (pese al nombre paradójico), que siguen siendo los herederos en las doctrinas que siguen los BC y otros organismos internacionales, sea el BCE sea la UE. El Keynes auténtico, el de Minsky, el de los "animal spirits", el de la importancia crucial de lo financiero en los ciclos, ese puede que se le haga caso, pero pero inconscientemente, o por lo bajini.