A todos nos impactó la primera que vimos la película. Ese mundo tan falsamente construido y la a vez tan real. Esa duda nos hizo plantearnos si nosotros no viviríamos también en una situación parecida. Las nuevas tecnologías han avanzado tanto que ya permiten un control total de la población. Y los mecanismos están ya afectando no sólo ya a la vigilancia de sus movimientos y relaciones, sino que entran ya dentro de la capacidad de manipular las emociones, sentimientos e ideas. Al final, nos surge la duda de si estamos viviendo la vida que de verdad queremos o se trata de una construcción, ajena e interesada, creada en la mente de otros y que nosotros vivimos como si fuera la nuestra. El desarrollo espectacular de la inteligencia artificial, de los localizadores GPS, de los algoritmos informáticos, hacen que cualquiera de nuestras conductas, hábitos, gustos, sean recogidos, guardados y estudiados. Entonces, ¿cómo podemos ser libres ante tanto control directo e indirecto?. ¿Nos convertiremos en unos ciudadanos-borregos dirigidos al antojo del poder?.
Pienso, sin embargo, que aunque los métodos para dirigir nuestras vidas y pensamientos han evolucionado y se han mejorado, no es una situación nueva a la que la Humanidad no se haya enfrentado antes. Desde que tenemos constancia histórica unos individuos han intentado controlar a los demás. El ansia de poder y dominación está grabado en los genes de algunos. Al igual que el de la obediencia en otros. Siempre que se ha querido manejar a la población, ha sido mucho más práctico inculcarles las ideas que son convenientes a los fines, que imponérselos directamente con la coacción y la violencia. Si la persona a la que vamos a dirigir está convencido de que es él quien decide, lo hará mucho más dócilmente que si se sabe manejado. Además, tenemos que contar con la igualmente humana tendencia de seguir al rebaño. Es más fácil seguir a los demás que atreverse a pensar por unos mismo y buscar el camino en soledad.
La sociedad de Matrix, no es muy diferente a la vivida por cientos de millones de personas en cualquier otra época histórica. La mayoría nunca llegaron a despertar y ni siquiera quisieron hacerlo. Preferían ignorar que pastilla tomar, ni si había alguna pastilla.
Nosotros, sin embargo, que queremos movernos en un universo caótico, inseguro y a veces peligroso, debemos tener claro, que nos guste o no, hay que abrir los ojos.Si nos dejamos llevar por quiénes manejan la situación y la información, seremos pronto manipulados y usados. En principio, puede parecer más sufrido y peligroso tomar tus propias decisiones de manera independiente y contraria a lo que te indican. ¿Y si estamos equivocados?. Pero no nos queda otra. El que "se echa al monte" de la inversión debe ser un alma libre y debe estar dispuesto a tomar la "pastilla".
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