Estos días hemos vuelto a vivir el paradigma del capitalismo moderno: cuando subo como un cohete y gano dinero a camiones todo es maravilloso y tonto el último; cuando se rompe el cántaro, entonces quiero que alguien pague mis pérdidas (a ser posible el estado) y dónde narices estaban los reguladores o porqué no suspendieron la cotización cuando caía a plomo. Las ganancias para mi y socialicemos mis pérdidas.
Es curioso. No vi a nadie pedir más regulación cuando las compañías subían 4 dígitos. Todos decían que esto era el Google o Apple español. Una compañía que había conseguido ser un modelo a estudiar en las escuelas de negocios: con WIFI gratis tenía beneficios millonarios. Su presidente era homenajeado día si día también por las altas instancias del país (lo de la Sra Botella es de un gafe…). El capitalismo era maravilloso, pones 1000 € en una compañía y en poco más de un año tienes 20.000 €. ¡Para qué vamos a querer más regulación! ¡Qué nos importa que en el MAB se miren más o menos las cuentas!. Parafraseando a Daniel Lacalle en su libro “Viaje a la libertad Económica“: ¿Qué queremos? ¡Dinero!. ¿Cuando lo queremos? ¡Ahora!.
Pero claro, todo era muy bonito para que fuese real. Vino el maldito especulador y lo fastidió. Unos buitres carroñeros desde alguna de las últimas plantas de uno de los más altos edificios de Manhattan han lanzado su ataque contra una “ejemplar” compañía española. Han tenido la osadía de decir que todo era el cuento de la lechera y ha faltado tiempo para que el ejercito de nuevos ricos hayan saltado a la yugular acusando a estos malditos bastardos de querer ganar dinero a la contra, es decir, posicionándose a la pérdida de valor. ¡Serán hijos de Satanás! ¡CNMV al ataque de estos impresentables! ¡Que todo el poder de los estamentos caigan contra ellos! ¡Y corriendo suspendan la cotización no vaya a ser que se pierdan los maravillosos ceros que aparecían en mi cuenta de valores!
¿Saben cuantas leyes hay en España? Según un estudio de la OCDE más de 100.000. De ellas 65.000 autonómicas.Más de 1,2 millones de páginas al año. ¿Y estamentos públicos? Pues no he encontrado el dato pero deben ser otros miles. No cabe uno más. No se puede meter más regulación ni más gente viviendo de la regulación.
Además, perdónenme, pero han sido los malditos buitres los que han salvado a miles de inversores de ser estafados (todos aquellos que hubiesen seguido entrando al calor de las recomendaciones de algunos, que tenían un olfato…). ¡Algunos encima les acusan de beneficiarse de ello!
Vamos que poco más o menos que deberían haber actuado como una ONG y elaborar un informe de 93 páginas de manera filantrópica, cuando sus ganancias estaban limitadas: máximo 20 € por acción. Podían haber hecho un informe diciendo las maravillas del mundo mundial, diciendo que las expectativas de la compañía eran tan buenas que el precio objetivo fuese… pongamos 100€. Tenían 80 € para ganar. De tontos, ¿no?.
Es cierto que, a toro pasado, todos acertamos los resultados. Pero es curiosa la valoración que hizo un analista en GurusBlog días antes de la salida: ¡La clavó!. Eso sí que es ser un buen analista. Pero es que si se leen la primera respuesta es que eso ya es de matricula. Les pongo el enlacepero les cito aquí una parte por que sólo con lo que el lector citaba ya se debían haber encendido alarmas:
Respecto a si es legal o no, lo que hace esta empresa es ilegal. Recibe subvenciones por realizar proyectos que al menos en un 80% nunca realiza y solo se dedica a justificar facturas y cobrar el dinero sin hacer el proyecto. Si realizaran un inventario de todos los equipos que ha adquirido para los proyectos, aparecerían varias facturas sobre el mismo equipo.
El lector no especulaba ni proyectaba sombras de duda: daba datos. Pero claro, esto nadie se lo miró. Era más bonito lo otro. El proyecto: la conquista del mundo. Cuando alguien afirma esto y con datos tan claros es que ha formado parte o ha estado en la cocina de este montaje. Ocurrió antes de que la empresa saliese a cotizar. Se podía haber evitado todo lo que aconteció después con una inspección tributaria. No se hizo, pero no fue por falta de reguladores o controladores, fue por que o no se denunció correctamente o, si se hizo, no se investigó correctamente.
Miren, no creo en los mercados sin control. No creo que el hombre tenga la capacidad global de autoregularse ya que Jenaros hay en todas las esquinas. Pero, por contra, sí creo que los mercados son capaces de expulsar a los impostores. Ha ocurrido muchas veces y seguirá ocurriendo. Cuanto más ojos estén vigilando más fácil será detectar las próximas Gowex que vengan. Si estos ojos además se juegan su dinero o el de sus inversores seguro que realizan una labor de vigilancia superior a los estamentos burocratizados.
Que este caso sirva para que se destierren del MAB las malas praxis será más cuestión de los agentes que intervenimos que no por poner más trabas regulatorias. Aunque por desgracia no estaremos exentos de volver a ser engañados.
Tengan un buen día.
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