No se trata de un requisito, pero sí que goza de cierta base fundamental el que la inversión en los mercados financieros y sus productos, tenga como referente la actualidad económica y su teoría, y también el funcionamiento de los negocios. Igualmente, es de referencia la política y su actividad legislativa, sobretodo en aquellos países con unos Estados más intervencionistas.
No son ni mucho menos criterios imprescindibles para ganar en los mercados, sino que a menudo todo lo contrario, ya que la sociedad de la información de la que somos novicios inauguradores, nos bombea y estimula de manera deliberada, excesiva y confusa de todo tipo de información.
Bajo el paradigma de que la prensa libre no existe, y la no tendenciosa es muy difícil de encontrar (por suerte existen blogs como Financial Surf en Inbestia.com :o), es incluso mejor muchas veces para nuestra actividad inversora o especuladora, meterse en la bola de cristal, y practicar la meditación zen, aplicar un sistema y unas bases de buen criterio, y desconsiderar a la actualidad, a los rumores y a los ladridos. So, that's SIMPLY NOISE.
Dicho esto, 'The Economist' es probablemente la publicación semanal de economía y política global de mayor referencia en el mundo. Varias décadas de rigurosidad británica de corte liberal, siendo el país que meció la cuna de Adam Smith y porta la bandera del liberalismo. Desde el derrumbe del bloque soviético y comunista, el capitalismo y sus teóricos concedieron al mismo el mérito de ciencia exacta de la economía.
Casi 20 anos de economía de mercado en casi todo el globo y excesivo 'laissez faire' en el sector financiero, han provocado a través de la 'teoría del crecimiento económico' una situación contradictoria, en la que han mejorado de manera descomunal los ratios de pobreza/riqueza de la humanidad, pero sin embargo, el experimento les ha estallado en las manos como nunca en la historia.
'The Economist' dice en sus páginas que al fin y al cabo, que un sistema como el capitalista, de gran éxito social y de progreso, sólo ha contado con dos crash imprevisibles y de dramáticas consecuencias (1929 y 2008). Diez años después del crack del '29, el efecto mariposa propició la peor guerra de la historia, en muertes, potencias enfrentadas, y consecuencias. Se trata sólo de un apunte histórico, que no se me acuse de mariposear con lo que nos espera.
'The Economist' es una publicación que se permite hoy día, en función de lo descrito, dar lecciones a diestro y siniestro a todos los países del mundo, en qué es lo mejor para cada uno y qué deben hacer con sus economías.
Son además de una creatividad irónicamente bárbara, y junto a sus colegas del otro lado del Thames (FT), se permitieron el lujo de llamar cerdos (PIIGS) a sus conciudadanos europeos tras la debacle realmente originada principalmente por su 'laissez faire' financiero. La prepotencia es una cualidad muy común (o más bien defecto) de los ingleses, y tal vez se lo puedan de algún modo permitir, por sus contribuciones a la humanidad desde el bando de occidente.
Efectivamente, 'The Economist' es una publicación bastante liberal, pero se trata éste de un término confuso que sirve para aquello de 'grab what I love, disdain what I'd like to forget' o 'cojo lo que me gusta, y desprecio lo que deseo olvidar'. 'The Economist' es una publicación que quiere como todos, obtener beneficios, y se entrega al cortoplacismo y su sensacionalismo para servirnos lo que más llene (a su bolsillo).
A los Brits, también a los Wasps, les ha encantado de toda la vida los rankings. Es una excelente manera de valorar la realidad, aunque a veces las comparaciones son odiosas, y son de diferencias completamente exageradas. De poco sirve valorar en un billboard a Nirvana con las Spice Girls, mas que en su solemne ridícula forma de enfocar la vida en función de la letras de sus canciones, aunque se disputaran el Number 1 en 1994 semana tras semana. Para que enganarse, a mí sí que me gustan los rankings, y por poner un ejemplo, disfruto mucho con la cara de culo de Cristiano Ronaldo cada ano frente a Leo, cuando es éste el que recibe el FIFA World Player.
Este fin de 2013 'The Economist' ha inaugurado 'The Country of the Year', y ha querido galardonar al país que se lleva la palma. Mi sorpresa, y para la de muchos que vamos de enteraos, de inversores de éxito, o de meros inquietos observadores ha sido enorme.
El premio goes to... Uruguay y su presidente de izquierda moderada José Mugica. Lo cubre de elogios por su talante, su visión, y sus medidas. Lo llama incluso de hombre divertido, de franqueza atípica en los políticos (firmo que ésta es muy atípica en ellos sí!), y termina por llamarlo de liberal.
Cabe recordar que Uruguay es en 2013 el primer país en el mundo que regula la producción, distribución, venta y consumo de cannabis para cualquier tipo de uso.
No escribiría este post si no fuera porque tuve la suerte de residir en el país durante más de 1 mes en 2012, por asuntos profesionales. Me alojaba en un hotel céntrico de Montevideo, cerca de la Plaza de la Independencia. Como muchos centros históricos, se ha convertido en la mezcla de monumentos, entes de administración estatal y sedes empresariales, junto con toda clase de ciudadanos suburbanos y sus variopintas prácticas. El centro histórico de Montevideo, y sus centenarios edificios de claro estilo europeo, descuidados y en franca decadencia, denotan la precaria situación en la que hoy se encuentra un país con los índices más avanzados del mundo en los anos '20 y al que llamaban la Suiza de América.
Tuve tiempo de conocer Montevideo a fondo, desde toda su costa de playa urbana de más de 30 km, y los barrios más agradables como Pocitos. Definitivamente me gustó mucho la ciudad y el país. Fui un fin de semana incluso a Punta del Este, una especie de Ibiza a la sudamericana (salvando las distancias), en donde se encuentran sobretodo los argentinos y brasilenos más chic. El champange Veuvet Liquot y las fiestas con sesiones de dj de trending house son lo habitual, mientras en el parking no escasean lo mercedes-benz y los pontiac, incluso más de un Ferrari.
Uruguayes un país como parado en el tiempo. Un vida muy tranquila, sin estresses, sin agobios, y que parece vayan 30 anos atrás. Me sorprendía que uno de los coches que más abundaban era el Fiat Uno, algo completamente defenestrado en Europa por otros modelos. En Montevideo todo va lento, excesivamente lento para mi gusto, y cuando partí, tenía ya ganas por esa simple razón. Por todo lo demás, genial.
Uruguay es un país atípico en Sudamérica por ser aquel en el que más del 90% de su población es de antepasados coloniales o emigración europea. Ahí, léase: Espana. Uruguay es como otra provincia de Espana! La gran mayoría de uruguayos tienen apellidos espanoles, y sus rasgos físicos o culturales no son muy diferentes a cuando paseas por Pontevedra o por Murcia (por escoger 2 capitales de provincia al azar). Sin un acento tan marcado como los argentinos, los 'uruguallshos' son como otros españoles, tal y como cuando cambias de comunidad autónoma en Espana, dentro de la enorme diversidad cultural y social con marcados signos identitarios en la península ibérica.
Si fuera por mí, completaría una España Federal con el 18° Estado de España en Sudamérica: Uruguay. Con certeza y dotando a Uruguay de ciertos privilegios y contribuciones, España sacaría una gran influencia estratégica en el área, en un territorio clave entre los gigantes Argentina y Brasil, en una jurisdicción de no más de 3 millones de habitantes. Es solo una idea utópica rocambolesca, que tal vez hace levantar a Simon Bolívar de la tumba y me manda callar a h...
Y volviendo al ranking de 'The Economist', su premio al presidente Múgica y su experimento liberal y de progreso como descriminalizar y liberalizar la marihuana, me parece que los Brits van un pelín pasados de rosca. No por el hecho de la ley de legalización de la marihuana, una simple hierba medicinal que no consumo porque no estoy enfermo.
Tal y como afirma 'The Economist' estoy convencido que la total regulación y legalización de todo tipo de drogas serían una gran idea de progreso. Las drogas legalizadas junto con la educación adecuada, provocarían muchos menores problemas que los que provocan estando prohibidas en la actualidad. No es que lo diga yo, que no soy experto, sino que así se sabe y defiende desde muchos ángulos e instituciones de prestigio de ámbito global. Aunque a ver como se lo explicas a muchas marujas o a la corte de hijos del fascismo que aun frecuentan las calles.
Reitero y hago hincapié en lo de 'educación adecuada' porque el ejemplo más evidente al respecto lo tenemos en Espana, cuando tras unos '80 devastadores en toda una generación con la jeringuilla, y la heroína o 'caballo'. Pasamos a unos '90 en la que mi generación de adolescentes entonces creció con esos enormes NO en los anuncios: 'Drogas NO'. Menuda sarta de publicistas, sociólogos y políticos inútiles, sin saber que el NO es una regla básica en publicidad y nunca se debe usar. La mente no distingue el No. O sea, era como decir a la rebeldía de la juventud 'Rompe las normas. Sé valiente. Drogate'. Estupidez o Conspiración de las élites? Ahí lo dejo...
Resultado fue la proliferación de las mal llamadas 'drogas de diseno', en todas las capas sociales, en el país de la fiesta por excelencia. Quien no se ha fumado más de un canuto alguna vez, o tampoco sin llegar a admitirlo más que en petit comité de colegueo, cual es la mejor manera de aderezar una fiesta que se presenta aburrida.
Si alguien debería descriminalizar las drogas no creo que fuera Uruguay. No creo que haya sido una acertada elección para el país. A pesar de que Uruguay se ha visto fuertemente impulsado económicamente con inversión exterior y exportaciones bajo el boom mundial de la commodities, se trata aun de una economía muy frágil, poco diversificada, con datos muy pobres, y más pobre aun la mayoría de su población, paupérrima es muchas ocasiones. Las comunidades del extrarradio de Montevideo están a la altura de las peores favelas sin pacificar de Brasil. El salario mínimo no pasa de los USD 200.
Pero mi oposición de la legalización del cannabis en Uruguay por una cuestión de momentum, no se debe ni a la pobreza del país ni tampoco al nivel de educación de los uruguayos, bastante por encima de la media iberoamericana. ¿Cómo puede ser que un país tan educado y con tantos puntos fuertes sea de esa pobreza? No lo entiendo.
Pues algunos me tildarán de sesgado ideológicamente, pero creo que la razón es porque al presidente que 'The Economist' llama de liberal y galardone con un premio de 'País del ano'... a mí me parece fantástico que vaya en VW Escarabajo (yo también tengo uno!), o que le guste volar en clase turista... pero para qué está legalizando la marihuana por principios ideológicamente izquierdosos, mientras da discursos anticapitalistas, y mantiene una nada despreciable proporción de la población casi tercermundista.
A mí no me va lo del capitalismo salvaje y la vida consumista, pero sí que creo en sus fundamentos para el progreso, y como tal, en el funcionamiento (a pesar de los pesares) del corazón del sistema: su sector financiero y bancario. Un negocio que bien dirigido, legislado y protegido convertiría a Uruguay muy rico, tal y como provocó en otras épocas.
La banca offshore norteamericana está abandonando Uruguay porque el US Goverment multa a aquellos bancos que han podido aceptar clientes que han podido lavar dinero del narcotráfico. Bolivia es el país limítrofe, nueva sede internacional del narco. No ayuda nada esta nueva laxedad con las drogas al impulso que debería darle Mugica a su sector financiero. Un país que tenía hasta ciertas caracterítiscas de 'tax haven (o heaven)', por su lugar estratégico entre la corrupta y represiva Argentina, y el corrupto y confiscatorio Brasil. Múgica no, prefiere renegar del capitalismo, y fumar canutos al atardecer, mientras el país no arranca y muchos aun viven en la miseria.
Liberal en lo económico y todo lo social que que quieras en lo político, sin pasarte de la raya tributaria. Ese es el mensaje que debería dar 'The Economist' si tanto le gusta dar lecciones por el mundo.
Y valga la paradoja, aquí el que ha terminado dando lecciones soy yo.