El camino del ahorrador está lleno de trampas en una sociedad que impulsa al consumo. Caer en ellas puede ser fácil a no ser que tengas muy claro cuáles son y cómo evitarlas.
Todo el mundo ha ahorrado alguna vez en su vida, o por lo menos lo ha intentado. Quienes lo han conseguido tienen todavía más claro el esfuerzo que supone y la constancia que exige.
Y es que el camino del ahorrador está lleno de trampas en una sociedad que impulsa al consumo. Caer en ellas puede ser fácil a no ser que tengas muy claro cuáles son y cómo evitarlas.
Ahorrar al final de mes
El primero de los errores de los españoles al ahorrar es hacerlo al final de mes. En otras palabras, ahorrar como lo hacían sus padres. La clave para ahorrar es hacerlo a principio de mes o preahorrar. En otras palabras, no dejar el ahorro para el final. La solución es preahorrar o, como los americanos lo denominan, pagarte a ti el primero.
Preahorrar consiste en pedirle a tu banco que todos los primeros de mes separe una parte de tu sueldo y la ponga automáticamente en una cuenta de ahorro. Se trata de evitar que el dinero llegue a nuestro bolsillo, porque una vez que esté ahí… ¡sabemos que será muy difícil no gastarlo!
Pensar que cazar gangas es ahorrar
A todos nos gusta sentirnos los más listos del lugar. Por eso mismo encontrar ofertas nos gusta tanto. Y cazar gangas está bien, sólo que no es sinónimo de ahorrar. Nada más lejos de la realidad. De hecho, se podrá decir que se es ahorrador a medias o un buen gastador, en el mejor de los casos.
La trampa de las gangas, da igual que se trate de un cupón de descuento o un 3×2, es que te empujan a consumir, a seguir gastando, pero no te ayudan a gestionar bien tu dinero ni a que dejes de gastarte ese ahorro en otra cosa. Para que los entiendas mejor, imagina que abres tu email y ves en flamantes letras destacadas un cupón del 20% de descuento para Kabuki o el restaurante de moda en tu ciudad. Normalmente ni te plantearías ir, pero es que con ese descuento la cena será sólo un poco más cara de lo que pagarías en los locales que frecuentas. ¿Dónde está el ahorro en este caso?
Ahora imagina que aplicamos esta lógica sobre un gasto mayor y una oferta combinada, como un móvil más televisión. Tu televisión funciona bien pero tu móvil no y estás buscando una oferta para cambiar de terminal. Quieres un móvil de gama media, pero la operadora te ofrece una oferta por un móvil de última generación más una televisión más grande que la que tienes y además con Smart TV, ambos con un buen descuento. Realmente no tenías pensado cambiar la televisión, aunque no te importaría hacerlo. Además, tiene un gran descuento y así consigues un móvil mejor con descuento. Como suele decirse, matas dos pájaros de un tiro. Al final terminas comprando las dos cosas porque están rebajadas y de nuevo pagas más de lo que en principio tenías pensado.
En términos generales, la mayoría de ofertas y gangas engañan a tu cerebro para activar la alarma de que estás dejando pasar una gran oportunidad de ahorrar y lo peor es que nuestra cabeza suele reaccionar tal y como esperan.
Esto no quiere decir que no se pueda sacar partido de las ofertas y gangas, pero sí tener claro que no te van a ayudar a ahorrar por sí solas. Para ahorrar y aprovechar de verdad los cupones, descuentos y gangas varias debes tener antes un presupuesto claro que marque los límites de tu gasto. Y es que al final, ahorro sólo es lo que efectivamente llega a tu cuenta de ahorro.
Ahorrar pensando sólo en el corto plazo
Las personas funcionamos mejor con un objetivo claro en mente y en el caso del ahorro, este objetivo está normalmente enfocado en el corto plazo. En otras palabras, algo que vas a poder comprar o disfrutar en poco tiempo como tu nuevo móvil o tus vacaciones.
Pocas personas empiezan a ahorrar para comprar una casa, mejorar su jubilación o tener más libertad financiera. Actuamos de este modo porque la recompensa suele estar cerca y así es fácil mantener el pulso ahorrador y la tensión que muchas personas necesitan para continuar con este esfuerzo. Con objetivos a más largo plazo, la fuerza de voluntad flaquea y ser terminan abandonando.
El problema es que, como ocurre con las dietas, los resultados en el ahorro sólo se consiguen a largo plazo. Construir tu libertad financiera es una carrera de fondo basada en construir buenos hábitos saludables. Si no se sostienen las buenas prácticas financieras es fácil volver a gastar de más. Precisamente por eso funciona tan bien preahorrar, porque no requiere esfuerzo y elimina tu fuerza de voluntad.
Luis Pita, CEO de Preahorro y autor del libro “Ten Peor Coche que tu Vecino”
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