La química que sucede continuamente en nuestro cerebro, es la responsable de nuestros sentimientos, de los cambios compulsivos y descontrolados que nos suceden, así como de muchas perturbaciones, todo esto afecta a nuestra vida cotidiana, incluida nuestra operativa en bolsa, gracias a estos pequeños trucos y a nuestra estrategia, podemos minimizar e incluso llegar a controlar sus efectos.
Los mercados financieros están en manos de los sentimientos de los inversores, estos sentimientos son básicamente dos, el miedo y la codicia, entre estos sentimientos es donde se mueve el mercado, si impera el miedo más que la codicia, la bolsa cae, si es al revés, la bolsa sube, si los dos sentimientos están equiparados, la bolsa se mueve lateralmente, hasta que uno de los dos sentimientos se hace más fuerte y hace imperar su fuerza y dominio sobre el otro.
A la hora de acercarnos por primera vez a los mercados financieros, el primer sentimientos que nos aborda es la codicia, nos informamos sobre los mercados, leemos u oímos opiniones, investigamos un poco, y si sabemos de alguien que ha comprado tal o cual acción y ha ganado mucho dinero con ella, queremos formar parte de ese éxito y tratamos de igualarlo o mejorarlo, así que llevados por la avaricia, compramos las mismas acciones que compró esa persona, a un precio completamente diferente, que la mayoría de las veces es mayor. Esto es un comportamiento normal en el ser humano, y la primera lección a aprender "el éxito de las inversiones de alguien, no garantiza el éxito de nuestras inversiones".
La codicia se manifiesta también en esa vocecita interior que cuando vas a comprar 100 acciones te dice "es una inversión segura, compra 1000 acciones más", esa vocecita te hace arriesgar más dinero del que deberías y precipitarte en el análisis de la operativa y la toma de decisiones, llevándote, la mayoría de las veces, al desastre.
Pero ojo, que no todo es malo en la codicia, como describía Gordon Gekko en la película Wall Street: "La codicia es buena. La codicia funciona. La codicia expresa, absorbe y capta la esencia y el espíritu de la evolución. La codicia, en todas sus formas -codicia por la vida, el dinero, el amor, el conocimiento… - ha constituido el auténtico avance del género humano”. La codicia buena también es esa vocecita que aparece después de un fracaso o de una pérdida en la bolsa y que te dice "aprende", "estudia y sigue practicando", "esfuérzate y mejora ".
La codicia mala debe ser erradicada y la vocecita silenciada, para ello solo hay una manera, nuestra operativa debe estar planeada de antemano, tener un plan, antes de realizar una operación debemos saber cuánto vamos a arriesgas y el momento en el que vamos a realizar la operación. Para ello debemos tener un sistema contrastado y ser fiel a él.
Según la definición de la Wikipedia el miedo es "una emoción caracterizada por un intenso sentimiento, habitualmente desagradable, provocado por la percepción de un peligro, real o supuesto, presente, futuro o incluso pasado. Es una emoción primaria que se deriva de la aversión natural al riesgo o la amenaza, y se manifiesta en todos los animales, por ejemplo el ser humano. La máxima expresión del miedo es el terror. Además el miedo esta relacionado con la ansiedad."
El miedo se divide en diferentes tipos (miedo al fracaso, miedo a las arañas, miedo a la enfermedad, etc.), y tiene diferentes grados (temor, susto, horror, etc.), los dos grados del miedo que más nos interesan y que aparecen continuamente en los mercados financieros son el riesgo y el pánico.
El riesgo se puede cuantificar, medir y controlar fácilmente, para medir el riesgo simplemente hay que contar el precio al que queremos comprar con la distancia que hay al stop de pérdidas y ese es el riesgo, por ejemplo si entre el precio de entrada y el stop de pérdidas hay un 10%, sabemos que nuestra pérdida máxima va a ser ese 10% que estamos arriesgando, por lo tanto el riesgo está controlado y asumido, antes incluso de iniciar la operación.
El pánico debe ser siempre tratado con especial sentido común, ya que muchas veces, el pánico que surge en los mercados no está justificado, en esos casos podríamos aprovecharlo de la misma forma que podemos aprovechar una burbuja, pero con caídas más rápidas. Hay que tener especial cuidado en el caso de ir contra la corriente del pánico ya que puede ser una estrategia peligrosa si el valor no ha tocado suelo y arrastrarnos a dolorosas pérdidas.
Los errores que se producen, antes de realizar una operación, inducidos por el miedo, son el miedo a que se nos escape el precio de entrada y el miedo a perder dinero en una operación, tanto un temor como el otro, deberán estar cubiertos por nuestro sistema, dándonos el precio exacto de entrada y el precio del stop de pérdidas y una vez evaluada la operación, decidir valientemente si entramos o nos mantenemos al margen.
Otros errores inducidos por el miedo, una vez dentro del mercado, son cerrar las posiciones que van siendo perdedoras, antes de que llegue a ejecutarse el stop de pérdidas y cortar las ganancias prematuramente antes de que se agote la tendencia, en el caso del cierre de posiciones perdedoras prematuramente hay que confiar siempre en el sistema que seguimos, a pesar de ver como la posición se vuelve en nuestra contra y si la tendencia está a nuestro favor, deja correr los beneficios, ya que todo está funcionando a la perfección.
El otro día leí que ser valiente es ser el único que sabe que tiene miedo, así que mientras sepamos sólo nosotros que tenemos miedo y no se lo manifestemos a los demás ni a nuestra operativa, seremos unos valientes.
En resumen, el miedo y la codicia son sentimientos primarios que afectan a nuestra operaciones en bolsa y a nuestra vida diaria, forzándonos a cometer errores, si conseguimos dominar estos sentimientos y confiar en nuestro sistema, tendremos muchas posibilidades de alcanzar el éxito.