En una economía de mercado cuando se produce un aumento del ahorro
voluntario éste tiende a plasmarse en un alargamiento de los procesos de
inversión que es sostenible y salvo circunstancias excepcionales podrá
culminarse.
Por contraste, cuando esos procesos de inversión se financian
artificialmente con un proceso de expansión crediticia que tiene su
origen no en un aumento del ahorro voluntario sino en la generación de
depósitos a partir de la nada, se produce una reacción espontánea del
mercado de naturaleza microeconómica que pone fin al optimismo
exagerado.
Llevamos casi una década en donde los empresarios reciben créditos y se
lanzan a alargar la estructura productiva, llenos de optimismo sin que
haya entrado en regresión el consumo, es decir, un aumento del ahorro.
Si las inversiones no se sostienen con ahorro genuino sino con expansión
crediticia y no ha hecho falta disminuir el consumo para nada, es
característico que haya un ambiente de euforia económica, desbordado
optimismo, todos los agentes económicos están encantados. Y no es para
menos, parece que se pueda invertir sin que sea necesario apretarse el
cinturón y disciplinar el consumo.
A nivel social y político esto resulta muy atractivo existe una cultura
inflacionaria tremenda y la expansión crediticia es como la droga, de
alguna forma produce una euforia artificial, abotarga los sentidos, hace
que los agentes económicos pierdan la conciencia de lo que en realidad
está sucediendo.
Pero cuando se invierte con mucho optimismo y los que deberían ahorrar
no ahorran y se sigue consumiendo al mismo ritmo que antes, se están
poniendo las bases de lo que sería un edificio sin cimientos, con la
consecuente e ineludible recesión que tarde o temprano va a llegar con
toda su dureza. Lo que ocurre es que al no tener una base en el ahorro
genuino se desencadena un proceso generalizado de desajuste
íntertemporal.
En el caso del ahorro, tanto consumidores como inversores van
coordinados, como si dijéramos, de la mano. En el caso que nos ocupa,
los empresarios empiezan a invertir a un nivel y a un ritmo muy rápido
con gran intensidad, mientras que los consumidores no quieren ahorrar
para sostener ese nivel de inversión.
Por tanto, esto sólo se puede mantener de forma temporal y es una
entelequia porque sólo se puede alargar un proceso de inversión si hay
ahorro previo, genuino, que es el que hace posible mantener a los
trabajadores en ese alargamiento de la estructura productiva con bienes
de consumo reales.
Si resulta que esos bienes de consumo no se liberan se produce un
desajuste tremendo y más tarde o temprano se pondrá de manifiesto que la
inversión que se ha realizado con todos los trabajadores que se ha
llevado a ella está en el aire, sin cimientos. No se sostiene al no
haber suficientes recursos reales ahorrados para mantener a los
trabajadores. Y es precisamente cuando se ponga de manifiesto ese error
cometido en la etapa de euforia, cuando surge la depresión.
El tipo de interés es el precio de mercado más importante, el de los
bienes presentes en relación con los bienes futuros, es el precio que
nos ayuda a coordinar. Si el tipo de interés se reduce no como
consecuencia de un aumento del ahorro sino porque se manipula
artificialmente y se reduce para inyectar el nuevo dinero de nueva
creación, entonces múltiples proyectos de inversión que hasta antes de
esa reducción no se emprendían porque no eran rentables (producían una
rentabilidad menor al tipo de interés) empiezan a aparecer rentables
sobre el papel. Los empresarios dicen: “¡Vaya! Éste proyecto con los
tipos de interés al 5% como pensaba yo que iba a rentar el 4% no lo
emprendía, pero ahora que han bajado los tipos de interés al 2%, ahora
si que tengo margen. Me lanzo, y además voy al banco y me dan un crédito
sin ningún problema. Empiezo a emprender la construcción de la fábrica,
voy a las ferias y me traigo maquinaria, contrato mano de
obra….etc.”.Es decir, se empieza a alargar la estructura productiva. Es
evidente que el empresario no sabe, es imposible que sepa, si ello tiene
su origen en un ahorro genuino o tiene su origen en un proceso de
expansión crediticia. Sin embargo, la realidad es que en esta última
década el ahorro no ha aumentado, el consumo sigue al mismo nivel.
Mientras esto pasa todos están contentos, encantados de conocerse. Los
empresarios encantados con el préstamo que se les concede, los
trabajadores contentos porque se los disputan los empresarios para
atraerlos a sus proyectos ya que éstos no han sido liberados de las
etapas cercanas al consumo o del consumo ya que el consumo sigue muy
vivo muy fuerte y sigue habiendo mucha demanda en la inversión. Los
sindicatos y políticos ya no digamos, diciendo que sus políticas
económicas son muy buenas, en fin la euforia de cuando te tomas tres
copas de más, todo es alegría y diversión ¡todos bailando! Sin embargo
se puede intuir que esta situación de bonanza es insostenible. Lo que a
continuación voy a explicar y siguiendo los pasos del profesor D. Jesús
Huerta de Soto y su maravilloso libro (Dinero,crédito bancario y ciclos
económicos) cuáles son las reacciones espontáneas e ineludibles del
mercado que lleva a que se frustre tarde o temprano esa euforia
artificial y se genere una recesión.Primer efecto: La subida del precio
que hay que pagar por los factores originarios de producción
(trabajadores y recursos de la naturaleza)Empieza a subir al haber más
demanda monetaria, que sale de los depósitos creados de la nada y que se
han puesto a disposición de los empresarios que invierten. Lo primero
que hacen es contratar trabajadores, hay más demanda monetaria y sin
embargo no se han liberado mano de obra en el consumo, ya que el consumo
sigue muy pujante, no ha habido ahorro. Hay un crecimiento de los
salarios de los trabajadores y también del resto de los factores
originarios de producción, los solares, recursos naturales, las materias
primas. Una de las primeras manifestaciones de que esto tiene pies de
barro es la subida de las materias primas. Hay una grandísima demanda de
las materias primas, energía,
Petróleo, zinc, aluminio, cobre, hierro, chatarra (hoy en día somos
testigos de este momento histórico) lo cual es un indicador de que
estamos en un punto de inflexión del comienzo de una recesión económica.
Esto además tiende a acelerarse como resultado de la propia competencia
entre los empresarios que están dispuestos a pagar precios cada vez más
altos con tal de atraer recursos para sus proyectos. Los márgenes
empiezan a ser mucho más bajos y esto es ya un toque de atención, aunque
este aviso al principio no sea definitivo ya que todavía hay un
ambiente de euforia. Los empresarios dicen: “bueno aunque los costes
suban me hago la ilusión de que podré vender a unos precios más altos y
me quedará margen”.
Hola Ricardo,
Quería preguntarte un par de dudas que me surgieron después de leer parte del libro del profesor Jesús Huerta de Soto, a ver si podrías responderme:
1. La impresión de papel moneda ( dinero nuevo que que se introduce en la economía surgido de la nada ) hace que se financien proyectos de inversión ineficientes debido a la mayor disponibilidad de crédito en la economía.
Cuando estos proyectos ineficientes empiezan a hacer aguas,los créditos dejan de pagarse y los bancos que los concedieron llegan al borde de la quiebra y arrastran al resto de la economía. Partiendo de que parte del dinero que se ha creado de la nada ha desaparecido, ¿dónde se va acumulando el dinero que no desaparece de las distintas inyecciones de papel moneda?
2. Si nos fijamos en las inyecciones que esta realizando la FED en la actualidad, este dinero pasara, en algún momento,a financiar proyectos de inversión que, en principio, sean rentables. Lo que ha venido sucediendo toda la vida es que se acaban financiando los mismos tipos de proyectos, por lo que se crean burbujas. Veo útiles que se publiquen artículos como el tuyo y libros como el del profesor D. Jesús Huerta de Soto, pero creo que lo que más se necesita es identificar estas burbujas antes de que tomen cuerpo y por eso te pregunto si se estudia hacia donde se va a dirigir esa nueva cantidad de crédito que se introduce en la economía.
Un saludo.
En relación a la primera pregunta, no imprimen más dinero, simplemente crean un apunte contable, Activo(préstamo), Pasivo (chequera como si fuera una cuenta corriente)y te dan una chequera para que tú vayas gastando. si albanco no se le devuelve el préstamo, lo que el banco hace es provisionar contra beneficios, o directamente lo lleva a pérdidas. en relación a lo segundo, lo que está pasando es que parte de ese dinero se redeposita en la Fed. Y en realidad nunca se sabe a priori hacia donde va a ir ese dinero, en el 2000 fueron las punto com, luego por motivos que exceden lo que estamos hablando, la reglamentación de La Recouse en estados unidos y Basilea I y II en europa hicieron que los bancos titulizaran las hipotecas, depende de cada circunstancia la espíta salta en un determinado bien o activo, básicamente el nuevo crédito tenderá a ir donde el coste del capital sea menor en relación a la rentabilidad que se obtiene, en españa los pisos subían a tasas del 15% anual y el coste del préstamo era del 5-6%.