Estos días estamos viendo que los principales índices de renta variable muestran clara tendencia alcista. Sin embargo, al contrario de lo que se podría adivinar en el inicio del año, la renta fija no ha profundizado las correcciones que se iniciaron tras las elecciones de Estados Unidos. En cuanto la mayoría de bonos han alcanzado rentabilidades importantes, han vuelto las compras. El activo más seguido en Europa es el bono alemán a 10 años, y es el futuro del Bund (precio del bono a 10 años) el índice más líquido, y por tanto, el que mejor representa la evolución de la deuda. Si miramos la evolución del BUND, para nada se puede hablar de estallido de la burbuja de la renta fija.
Evolución del futuro del Bund en velas semanales. Desde el inicio de la crisis, la tendencia alcista en el precio de los bonos alemanes ha sido clarísima. La última corrección iniciada después del verano pasado, ha sido aprovechada por los inversores para volver a entrar en este activo. Esta semana se están acelerando las compras tras confirmarse el rebote y superar la media de 50 semanas (línea verde).
En renta fija el comportamiento del precio de los bonos es inverso al comportamiento de la TIR. Si el precio hemos visto que es alcista, la rentabilidad claramente está en tendencia bajista. Vemos cómo la TIR del bono alemán está corrigiendo fuertemente tras alcanzar el nivel del 0.5%, que era el nivel de resistencia más importante. En este nivel tenemos la parte superior del canal bajista de largo plazo.
No obstante, este movimiento puede tener bastante lógica. Tras una tendencia bajista tan consolidada y de tanta duración, era complicado pensar que se rompiese al alza directamente, sobre todo tras un movimiento contundente como el vivido desde el -0.20% al 0.5% en poco tiempo. Lo más normal es que se produzca un movimiento contrario para volver a tomar impulso. En la zona del 0.10% y 0.15% tenemos la media de 50 semanas y la zona de mínimos del 2015. Dada la situación actual de incremento de las expectativas de inflación y crecimiento económico, entendemos que de llegar a este nivel, se producirían nuevas ventas en los bonos que llevarían de nuevo a la TIR a atacar la directriz bajista (pasa ahora por el 0,40%).
El bono alemán a 30 años ha hecho lo propio al alcanzar el nivel del 1,20%, zona de soporte intermedio en 2015. Se está produciendo una corrección en la TIR (subidas en el precios), aunque entendemos que el objetivo debería ser la zona del 1.5% que es por donde pasa la directriz bajista y la media de 200 semanas.
En Estados Unidos la situación es similar. El bono a 10 años se frenó al alcanzar el nivel del 2.50%, quedándose muy cerca de la media de 500 semanas. Rompió la línea de máximos (verde) desde 2009, y desde entonces se está moviendo en un lateral muy estrecho entre las medias de 200 y 500.
Quizás en el bono alemán muchos puedan encontrar la excusa de que está siendo refugio ante la incertidumbre política en Europa. La victoria posible de Le pen en Francia, la posible inestabilidad en Alemania antes y después de las elecciones podrían ser excusas válidas. Sin embargo, estamos viendo que estos días también están comprando bonos franceses. La prima de riesgo francesa se había ampliado en enero, pero en las últimas semanas se mantiene estable en torno a 75 p.b. Hoy la TIR del bono francés a 10 años está en mínimos del mes, a más de 18 p.b. de los máximos de este año.
Después de esto, llama la atención que en las últimas jornadas, mientras corrigen la TIR de la mayoría de bonos, el bono español se mueve contracorriente y la TIR repunta casi a máximos anuales. En el siguiente gráfico comparo la rentabilidad del bono español (amarillo) frente al francés (verde), donde se aprecia la divergencia de las últimas jornadas. Incluso el bono italiano (línea morada) que de nuevo está sufriendo con su sector bancario, está viendo cómo la rentabilidad del 10 años se despega de los máximos anuales.
Así pues, salvo el comportamiento puntual del bono español, estamos viendo que los inversores no terminan de salir despavoridos de la renta fija ante el temor del estallido de la burbuja de precios que se ha vivido en los últimos años. Esta semana, miembros del BCE han insistido en que no hay presión en la inflación salvo la temporal provocada por repunte del petróleo de los últimos 12 meses. Los inversores empiezan a tener claro que los tipos de interés no se dispararán a niveles previos a la crisis financiera y que tendremos inflaciones controladas y bajos tipos de interés por mucho más tiempo de lo esperado por algunos.
Además, hay que ser conscientes de que hay muchísima liquidez en el mercado y los inversores de todos lo perfiles buscan rentabilidad donde quiera que esté. El año pasado, a pesar de que los tipos estaban en negativo, en la zona euro, los fondos monetarios siguieron viviendo entrada de partícipes aún sabiendo que la rentabilidad es negativa. Los inversores conservadores no van a pasar de fondos monetarios o de liquidez a apostar por carteras de renta variable. El abanico de activos elegibles es inmenso. Desde deuda corporativa a corto plazo, deuda high yield, deuda a largo plazo, convertibles, deuda emergente, fondos de retorno absoluto, fondos mixtos, ofrecen múltiples oportunidades que nos hace pensar que, al menos a corto plazo, seguirá habiendo inversores en deuda que hagan complicado el estallido de la burbuja.
El artículo original se encuentra en el Blog de Unicorp Patrimonio S.V.
(http://blog.unicorppatrimonio.es/)