En el artículo anterior, Los Bonos basura viven su época dorada, vimos y repasamos la historia de este tipo de activos, así como lo
extraordinaria de su situación actual y las perspectivas de futuro.
Así que una vez realizado el análisis del sector, en este
artículo me voy a centrar en revisar las posibilidades de inversión que este
nos ofrece, porque no están tan fuera del alcance como a muchos les podría
parecer.
LA COMPRA DE
BONOS
La primera opción podría ser la compra directa de bonos
de empresas con mala calificación financiera, ya que así conseguiremos invertir
el capital en un activo que nos reporta un alto rendimiento.
A favor de esta opción está que si realizamos un buen
análisis y adquirimos bonos en empresas en situación de sobreventa, en medio de
una situación de pánico, que además se encuentren en una mejor situación que la
que aparenta a simple vista, conseguiremos una mayor rentabilidad que la que debería
a priori.
En contra está que las rentabilidades ofrecidas se
encuentran en mínimos históricos, y por tanto es bastante sencillo invertir en
bonos de una compañía con un alto riesgo en el medio/largo plazo por una
rentabilidad que no compensa. Aquí hay que recordar que equivocarse con la
decisión puede comportar una perdida total del capital invertido, no solo de
los intereses.
Otro factor en contra sería que este, a diferencia del
mercado de Renta Variable, es mucho menos liquido, por lo que tanto las
oportunidades tanto de entrar como de salir airoso de este tipo de inversión se
reducen sustancialmente.
Los ETFs
Un clásico de mis artículos, y que en este caso mantiene
las características que los hacen tan deseables.
Por un lado ofrecen exposición genérica a un mercado que
de otra parte es de algo difícil acceso y reservada en parte a expertos que se
dedican a investigar compañía por compañía las mejores opciones del mercado.
Así que mediante los ETFs podemos conseguir beneficiarnos de la tendencia
general de este mercado sin ‘mojarnos’ demasiado apostando a una solo opción.
Otro
factor favorable sería el alto volumen que negocian diariamente algunos de los
ETFs mas representativos de este sector, como podrían ser el SPDR®
Barclays High Yield Bond ETF (JNK) o el iShares High Yield Corporate Bond ETF
(HYG).
Las directrices de orientación de ambos fondos son muy
similares, y por tanto su comportamiento también anda a la par. Ambos tratan principalmente de
replicar el indice que realiza Markit sobre este segmento de bonos de baja
calificación, el Markit iBoxx® USD Liquid High Yield Index.
En
el siguiente grafico podemos ver la distribución de activos de uno de ellos en
base a la calificación de sus activos. El 99% se encuentra en activos por
debajo de la ‘BBB’.
Viendo
los gráficos de ambos ETFs, vemos como lógicamente se encuentran en máximos, a pesar de haber perdido fuerza relativa contra el S&P recientemente.
Un
dato interesante a tener en cuenta además de importante, es la alta volatilidad
que sufren este tipo de activos. Si bien es normal que la volatilidad sea asimétrica,
siendo esta mucho mayor durante las caídas que durante las épocas de subida,
para los High Yield, esta asimétrica es mucho mas marcada que en mercados de
Renta Variable, como las bolsas.
Como
siempre estos activos ofrecen las 2 posibilidades de inversión, largos y cortos.
Entrar
largos tiene la ventaja que es la operación a favor de la tendencia actual, que
además es la estrategia que se encuentra apoyada por la FED, y sus programas de
estímulo.
En
contra, se trata de una estrategia que se beneficia de la reducción de los
tipos de interés en los bonos de alto rendimiento, por lo que después de lo
visto parece ser una estrategia con un recorrido bastante limitado de cara al
futuro, lo que además nos daría un Risk/Reward algo horroroso si tenemos en
cuenta lo que pasaría con el precio en caso de tormenta bursátil.
Así
que la otra opción sería la de posicionarnos cortos. Sin duda esta sería, como
he comentado, una estrategia altamente interesante en caso de aparición de
problemas en los mercados, en caso de
una eventual finalización o contracción del QE, o de un repunte en el número de
quiebras. Lo bueno es que en caso de que ocurriera algo de lo comentado, el
movimiento a la baja, además de importante sería rápido.
En
contra de este posicionamiento, está que nada de lo comentado en el párrafo
anterior ha sucedido, y no sabemos cuando va a ocurrir. Por eso a día de hoy, está
estrategia podría tener sentido como cobertura de posiciones en una cartera, ya
que es probable que sea una estrategia que en el corto plazo se encuentre
ligeramente en negativo durante un período de tiempo, pero que a cambio nos protege
en caso de problemas.
Una
vez vistos todos los puntos de vista posibles de la inversión en bonos basura,
ya solo queda que cada uno reflexione sobre que posicionamiento le interesa
mas, si es que ve potencial en alguno de estos.
Si no te quieres perder futuros artículos, sigue mi blog
o mi cuenta de Twitter: @antonipedra