Estos días se vuelve a hablar de Theranos y de Elizabeth Holmes, gracias al documental que está emitiendo por streaming HBO y que de momento se ve gratuitamente en Youtube subtitulado al español.
Theranos, una empresa que prometía realizar análisis de todo tipo a bajos precios y con una sola gota de sangre, en contraposición al pinchazo y a los decenas de test que hay que hacer para cada tipo de examen, acabó pasando de ser un sueño difícil, a una tarea imposible para más tarde convertirse directamente en un fraude.
En el recomendable documental de HBO, el espectador puede entender fácilmente como la tarea que se propuso Elizabeth Holmes era totalmente inviable, al menos en el corto plazo, ya que para realizar todo tipos de tests sobre sangre era imposible hacerlo en una reducida máquina.
El proyecto de Holmes, consistía en que se pudiera introducir una gota de sangre en una pequeña máquina y que a partir de ahí la propia máquina hiciera todos los exámenes necesarios. La realidad fue que materialmente la idea era extraordinariamente complicada, ya que para cumplir con todos los requisitos sanitarios y con los estándares de calidad, ninguna máquina puede sustituir la labor de un laboratorio y su personal cualificado, al menos hasta el día de hoy.
Theranos quería ser la Apple de la industria sanitaria y Elizabeth Holmes la Steve Jobs de ese sector. Incluso imitaba en su forma de vestir al genio de Cupertino. Pero cuando la realidad no alcanza las expectativas, a veces ocurre que las empresas no saben como salir de su red de mentiras y terminan siendo fraudulentas.
Más allá de la historia de esta empresa, un fraude más que no deja de ser parte del peaje que requiere toda carrera tecnológica, hoy queremos recordar como las revistas reverenciaban a Holmes como una genio, la futura Steve Jobs.
Con estas portadas simplemente queremos reflexionar sobre la idea de que por mucho que aparezca en las portadas, de que por mucho que lo digan todos los medios, o que por mucho que lo diga todo el mundo, algo no es necesariamente cierto. Los inversores siempre tienen que estar atentos y no dar nada por cierto absolutamente nada, ni siquiera lo que todo el mundo sabe.