Liz Truss mete la pata y pierde toda su credibilidad

3 de octubre, 2022 0
Treinta años Economista Titulado del Banco de España. Economía internacional. Autor del blog "Decadencia de Occidente", blog sobre los estragos... [+ info]
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1º en inB
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Leer el “Telegraph” en estos días no sé si es un consuelo o una depresión en vena. Gran Bretaña iba mal, pero la esperanza que era Liz Truss al llegar a Premier se ha esfumado como un fuego fatuo.Su primer movimiento fue presentar un “Mini-budget” que contemplaba la rebaja de impuestos, incluso a las rentas más altas. Esto desencadenó una furia de los mercados que obligó al Banco de Inglaterra a comprar deuda a 30 años para que no se hundieran los fondos de pensiones, tal era la desconfianza furibunda de los mercados a un PTO que no creían sostenible, por dos motivos:
Uno, por que no se creen que un país de hoy se pueda acentuar la injusticia social (¿?) sin estallidos sociales - No crean ni por un momento que los inversores se preocupan por ese tema mas que si es por razones de estabilidad.

Dos, porque a la vez que rebajaba los impuestos, el Mini-budget no contemplaba ni amago de reducir los gastos, lo que aumentaban irremisiblemente la deuda pública.
Los mercados - Es decir, los inversores -, vendieron frenéticamente, hicieron caer a la esterlina brutalmente, y como he dicho, forzaron al Banco de Inglaterra, que estaba en plena guerra contra la inflación, a intervenir en sensu contrario y comprar masivamente títulos de Deuda. 
Pero lo malo es que, como dice Evans-Pritchard, el nuevo gobierno ha perdido totalmente su credibilidad, en un momento muy delicado como en los demás países o más. 

La compra de emergencia de gilts por parte del Banco de Inglaterra compra un indulto de trece días con un enorme riesgo institucional. El rescate fue el último recurso para evitar un ciclo fatal en el sistema de pensiones y el mercado hipotecario de 1 billón de libras esterlinas.
No resuelve nada por sí mismo. El Banco ha sido puesto en la envidiosa posición de tener que agregar estímulos no esterilizados durante una tormenta inflacionaria; o en términos más crudos, es tener que imprimir hasta 5.000 millones de libras esterlinas al día para rescatar la desgracia fiscal de un gobierno ideológico descuidado.
Toda la evidencia es que la Primera Ministra y su círculo íntimo creen que pueden embolsarse esta suspensión de la ejecución y persistir como si nada hubiera cambiado. Tal curso pone a este país en serio peligro. Los rendimientos de los gilts a cinco años han subido 22 puntos básicos hoy en sus últimas declaraciones.
Ya está agotando la magia del Banco. Los inversores globales aceptan a regañadientes que la intervención del Banco, menos de una semana antes de que comenzara el ajuste cuantitativo, que es exactamente lo contrario, fue para evitar "un riesgo material para la estabilidad financiera del Reino Unido" en un mercado quebrado.
Aceptan que el Banco tuvo que actuar para detener una reacción en cadena Lehmanesca de llamadas de margen en contratos de cobertura de derivados. “No, esto no es QE. Es una medida de liquidez”, dijo Benjamín Nabarro de Citigroup. Dejarán de ser tan indulgentes si no se resuelve el problema de fondo antes del 14 de octubre y si los acontecimientos obligan al Banco de Inglaterra a seguir blindando el mercado de bonos. Concluirán que ha sucumbido al dominio fiscal al servicio de las políticas peronistas. Eso sería un desarrollo calamitoso.

Lo peor es no reconocer el error, y que los mismos parlamentarios Tories le enmendaran la rebaja fiscal. Humillante y señalando la puerta. 
Gran Bretaña esta muy mal, y quizás sea un consuelo para otros, como nosotros, quien vamos igual o peor. A mí no me consuela nada. Prefiero amigos fuertes y llenos de dinero. Si el mercado financiero inglés se va al traste, creo que todo el sistema mundial iría detrás. No es un buen augurio.

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