Las 6 preguntas que debe hacerse antes de vender una acción

19 de septiembre, 2017 0
Redactor de contenidos en inBestia
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Para una parte de los inversores, la decisión de cuándo vender una acción se reduce únicamente a la evolución de los precios. Sin embargo, una acción que ha caído puede ser una estupenda oportunidad de inversión. Del mismo modo, la venta de una acción que ha subido y proporcionado un considerable beneficio puede ser adecuada si el peso de la misma en nuestra cartera de acciones ha aumentado demasiado, o si se dan otras consideraciones.

Por ello, determinar el momento más adecuado para vender una acción (cuándo, cómo y cuánto) requiere de la misma previsión y planificación que la compra. En este sentido, Dayana Yochim, en un artículo publicado en NerdWallet, nos recomienda que nos hagamos las siguientes siete preguntas antes de vender una acción.

1. ¿He dado a la acción el tiempo necesario para que suba?

El problema de tener acceso casi ilimitado a las noticias y datos diarios del mercado (cotizaciones, ratios, etc.) es que es difícil no estar pendiente de los mismos a todas horas.

Pese a que todos sabemos que las acciones pueden ser muy volátiles a corto plazo, eso no nos hace inmunes a tomar malas decisiones de inversión arrastrados por las emociones. Confundir el ruido del mercado con las noticias a las que se debe realmente prestar atención es uno de los errores más habituales que se pueden cometer como inversor.

Ponga la evolución de la acción en perspectiva. Si está preocupado por su comportamiento reciente, compare la rentabilidad de la empresa con su índice de referencia así como con sus competidores. Por ejemplo, un ETF o fondo de inversión del sector en cuestión puede servirle como punto de referencia. La debilidad de la acción podría ser simplemente consecuencia del comportamiento global del mercado o de una reacción desmesurada a las noticias. Pero también podría indicar que existen problemas subyacentes, en cuyo caso hay multitud de cuestiones que debería analizar antes de “apretar” el botón de venta.

2. ¿Han cambiado las perspectivas de la empresa?

¿Recuerda todas las razones que le llevaron a comprar la acción y las cosas que dijo que haría cuando se plantease vender?. Apuntar todos esos aspectos por escrito sería aconsejable para no deshacerse prematuramente, fruto de las emociones del corto plazo, de una buena inversión a largo plazo.

Los mercados en los cuales operan las empresas se encuentran en constante evolución y cambio. Algunos cambios son más difíciles de superar que otros (por ejemplo, un competidor comienza a quitarle cuota de mercado o la contabilidad de la empresa está en cuestión), mientras que otros acontecimientos no son necesariamente malas noticias a largo plazo (un cambio en el equipo directivo no tiene por qué significar un cambio total a peor en la manera de dirigir la empresa; tampoco el retraso en el lanzamiento de un producto o una serie de trimestres más débiles tienen por qué señalar un declive estructural, ni mucho menos el final de la empresa).

La capacidad de la empresa para adaptarse a estos cambios dictará si tiene sentido que usted permanezca invertido o es mejor que venda sus acciones.

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3. ¿Hay un lugar mejor para invertir mi dinero?

Aunque Warren Buffett indique que su periodo favorito para tener una acción es siempre, esto no es realista ni factible para la mayoría de los inversores.

Considere el “coste de oportunidad” de mantener la acción en cartera. Podría encontrar otra inversión más atractiva o tener el dinero en efectivo en caso de que vaya a afrontar un próximo gasto.

En el primer caso, mantener la acción puede hacerle perder la oportunidad de invertir en otras empresas a precios atractivos. En el segundo caso, es aconsejable no invertir en renta variable el dinero que vaya a necesitar en los próximos años. Tal vez no necesitaba el dinero en el momento en el que compró la acción, pero en este momento sí. Por ello, empezar a vender las acciones es una opción recomendable para evitar estar expuesto a la volatilidad de corto plazo y verse obligado a venderlas posteriormente cuando sea un mal momento.

4. ¿Necesito reestructurar mi cartera?

Inicialmente usted ha invertido en distintas categorías de activos en función de sus objetivos, horizonte temporal y tolerancia al riesgo. Con el paso del tiempo esa “mezcla” cambiará, conforme unas inversiones generen más rentabilidad que otras, por lo que deberá volver a reestructurar su cartera en línea con su plan inicial de asignación de activos.

Dos alternativas para reequilibrar su cartera son comprar más acciones de las que se han quedado “rezagadas” frente al resto o vender aquellas que mejor comportamiento han tenido. Si bien vender las acciones “ganadoras” para mantener una cartera equilibrada puede no ser lo mejor, lo que se busca esencialmente es controlar el riesgo.

5. ¿Cómo y cuándo venderé?

La venta perfecta no existe. Ningún inversor va a acertar el momento exacto en que una acción esté en máximos. Una manera sencilla de vender es utilizar el mismo método que los inversores emplean para construir sus carteras: promediar. En lugar de comprar durante semanas o meses para construir una posición, deberá vender las acciones en diferentes momentos a lo largo del tiempo.

La venta no tiene que ser “a todo o nada”. Si piensa que vale la pena mantener las acciones pero desea reducir su exposición, simplemente venda una parte de las mismas.

6. ¿Qué repercusión fiscal tendrá la venta?

La respuesta a esta pregunta depende del tipo de activo en que esté invertido (acciones, fondos de inversión, ETFs, sicavs, etc.). No todas las ventas implican pagar al “fisco”. Por ejemplo, la venta de acciones en pérdidas puede reducir el pago de impuestos compensando así las ganancias patrimoniales o el traspaso entre fondos de inversión está exento de tributación mientras no se reembolse total o parcialmente.

Decida cuándo vender antes de comprar

Antes de comprar acciones, investigue la empresa a fondo y anote lo que le gusta de ella así como los resultados que espera obtener. Al mismo tiempo, establezca las reglas de venta. Algunos inversores, por ejemplo, utilizan “stop loss” para limitar las pérdidas. Establecer por adelantado los criterios de venta elimina el estrés que implica tomar la decisión de vender sobre la marcha.

Ben Carlson, de Ritholtz Wealth Management, también ha tratado recientemente estas cuestiones. Señala que hay muchos libros, artículos y consejos sobre cuándo comprar, pero muy pocos que te indiquen cuándo debes vender. Existen diversas frases hechas que todos hemos escuchado en alguna ocasión: “Deja correr los beneficios y corta las pérdidas” o “Ningún inversor se ha arruinado por tomar beneficios”, pero en palabras de Ben Carlson, tienen muy poca aplicación práctica.

Al fin y al cabo, la inversión es algo personal y no existe una respuesta universal al cuándo vender. Los verdaderos motivos de cuándo vender una acción pueden resumirse en las siguientes preguntas: ¿Qué tipo de inversor es usted? ¿Cuál es su horizonte temporal? ¿Por qué compró inicialmente?

También hay multitud de muy malas razones para vender, como por ejemplo: estoy nervioso, alguien en la televisión me asustó sobre lo que podían hacer las bolsas, o alguien en Twitter publicó un gráfico acerca de lo imprudente que está siendo la Reserva Federal.

En resumen, rebalancear la cartera, preestablecer objetivos y reglas, comprobar si los objetivos establecidos de antemano se han alcanzado o analizar si las circunstancias que nos llevaron a comprar el activo en cuestión han cambiado, son algunos de los consejos que el autor señala para vender de forma racional.

Puedes consultar todos los artículos de este blog en el siguiente enlace: aquí

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