Me encuentro en un artículo de Juan Laborda una referencia a la “Paradoja Triffin”, que me sorprende porque yo la hacía en el baúl de los recuerdos polvorientos. Dice la tal paradoja de Triffin que para que el dólar sea la moneda reserva mundial que es, EEUU necesita generar un déficit de cuenta corriente perpetuo, para que haya una oferta de dólares circulando por el mundo. La ventaja para EEUU es que eso le permite financiar su deuda con los dólares excedentes que están circulando por el mundo. Si no fuera así, los dólares estarían todos en EEUU, habría escasez de liquidez mundial, y una contracción del PIB del resto del mundo constante. ¿Es realmente así? ¿Realmente EEUU necesita estar en déficit para poder financiar su deuda en dólares, y pagar así menos tipo de interés? Yo no creo que esto sea así. No creo que EEUU debe forzar la máquina de la oferta monetaria para que haya dólares circulando por el mundo, ni creo que se condición necesaria que tenga un déficit exterior por cuenta corriente perpetuo.
Creo que esto sería más o menos verdad si solo existiera un saldo exterior por cuenta corriente. Pero además de la cuenta corriente, hay una cuenta de capital, o inversiones de EEUU al exterior y del exterior a EEUU. Basta que el saldo de esa cuenta, sumado al de cuenta corriente, sea exportador neto de capitales, para que salgan dólares a circular por el mundo. Me explico.
Suele creerse que el saldo de cuenta corriente y el de capital o financiero se compensan y suman cero.
Un déficit de cuenta corriente se financia con un saldo financiero de sentido contrario. Así una cosa paga la otra. Supongamos que hay un solo tipo de bien, PIB, y un sólo bien de capital, Dinero, D.
Siempre - Saldo CC = + Saldo D. D es la salida de dólares que paga el déficit de importaciones mayores que exportaciones, y es necesariamente igual al saldo CC. Supongamos que hacemos la balanza de pagos por el Neto:
Entradas Salidas
Balanza CC - Import
Balanza Finaniera D -
La teoría, es por lo tanto, que gracias al Déficit CC hay dólares por el mundo. La gente que tiene esos dólares los invierte en deuda americana, y la ausencia de riesgo de conversión en divisas reduce el tipo de interés demandado para invertir en bonos americanos. No hay que comprar los dólares con otra moneda, lo que aumentaría la prima de riesgo - y el tipo de interés -. EEUU tiene la FED, que emite dólares, y el mercado de bonos americanos será siempre lo suficientemente líquido. No hay prima de liquidez. Eso se considera por muchos como una ventaja intolerable para EEUU, que no disfruta por ejemplo Italia, que si se quiere financiar lo tiene que hacer en una moneda fuerte y que le carguen un aprima de riesgo adicional por el riesgo cambiario.
(Entre paréntesis, la supresión de esta prima era una ventaja adicional del euro, que como se vio en la crisis de los tipos de interés de 2012, no funcionó). Entre paréntesis, una moneda considerada solvente goza de la confianza de los inversores extranjeros, el Franco suizo, por ejemplo).
Yo creo que esta teoría es deficiente. Lo que pasa es que EEUU es un país exportador de capitales, porque invierte mucho fuera, sobre todo en multinacionales, que lógicamente hacen circular dólares en sus transacciones con el resto del mundo. En otras palabras, no es la cuenta corriente, sino la cuenta de capital autónoma de la de CC, la que genera los dólares que circulan por el mundo. EEUU podría tener superávit de CC sin que se redujera la cantidad de dólares en circulación por el mundo.
Para que el Euro lograra el mismo estatus de moneda reserva mundial, tendría primero que arreglar sus problemas no solucionados de gestión, que son inabordables o casi. Estos problemas hacen que un euro en España valga menos que un euro en Alemania, como demuestra la prima de riesgo o diferencial de tipos de rendimiento de sus deudas al mismo plazo.
Hacer del euro un dólar exigiría igualar muchas cosas institucionales, empezando por tener una sola hacienda europea. Lo que nos dice que falta mucho para ello. En suma, un dólar en EEUU vale lo mismo en NY que en Alabama. Un Euro no vale lo mismo en Berlin que en Atenas. Tendríamos que aceptar los hechos, y los hechos son los hechos, no buscar explicaciones vacuas.