La Transición ecológica ha de pasar por el dictamen del mercado

16 de noviembre, 2021 3
Treinta años Economista Titulado del Banco de España. Economía internacional. Autor del blog "Decadencia de Occidente", blog sobre los estragos... [+ info]
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1º en inB
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En la reunión mundial de Glasgow sobre el Cambio Climático se ha respirado, según nos cuenta Ambrose Evans-Pritchard, un optimismo desbordante, sobre todo por parte de las empresas. Eso sí, del coste que implica la transformación de una producción “sucia” a una “limpia” ni se contempla.es decir, se ha hablado con entusiasmo de cantidades de CO2 eliminadas fácilmente gracias a descubrimientos incipientes, sin detallar cómo afectaría eso a los precios de las materias primas que sustituirían a las actuales. Como expliqué en mi artículo “La Transición ecológica”, y puede comprobarse en el blog reciente del FMI 

Soaring Metal Prices May Delay Energy Transition:

Si bien la demanda de metales podría dispararse, la oferta generalmente reacciona lentamente a las señales de precios, dependiendo en parte de la producción. El cobre, el níquel y el cobalto provienen de las minas, que requieren una inversión intensiva y tardan en promedio más de una década desde el descubrimiento hasta la producción según la AIE. Por el contrario, el litio a menudo se extrae de manantiales minerales y salmuera a través de agua salada bombeada desde debajo del suelo. Eso acorta los plazos de entrega de la nueva producción a un promedio de aproximadamente cinco años. Las tendencias de la oferta también se ven influenciadas por la innovación en la tecnología de extracción, la concentración del mercado y las regulaciones ambientales. La combinación de una demanda en alza y cambios más lentos en la oferta puede impulsar la subida de los precios. De hecho, si la minería tuviera que satisfacer el consumo en el escenario neto cero de la AIE, nuestro análisis reciente muestra que los precios podrían alcanzar picos históricos durante un período de tiempo sin precedentes, y esos costos más altos podrían incluso retrasar la transición energética en sí.

O, como dice un artículo de “Spiegel” (recomendable)
Hay un sucio secreto escondido en cada aerogenerador. Pueden convertir el aire en movimiento de forma limpia y eficiente en electricidad, pero pocos saben mucho sobre de qué están hechos. Gran parte del material dentro de las turbinas eólicas es producto de brutales invasiones de nuestro mundo natural. Cada unidad requiere cemento, arena, acero, zinc y aluminio. Y toneladas de cobre: para el generador, para la caja de cambios, para la estación de transformación y para los interminables hilos de cable. Se pueden encontrar alrededor de 67 toneladas de cobre en una turbina marina de tamaño mediano. Para extraer esta cantidad de cobre, los mineros tienen que mover casi 50.000 toneladas de tierra y roca, unas cinco veces el peso de la Torre Eiffel. El mineral se tritura, se muele, se riega y se lixivia. La conclusión: mucha naturaleza destruida por un poco de energía verde...
Según los cálculos de la Agencia Internacional de Energía (AIE), la demanda mundial de materias primas críticas se cuadriplicará para 2040; en el caso del litio, se espera que la demanda sea 42 veces mayor. Según el director de la IEA, Fatih Birol, estos materiales se están convirtiendo en "componentes esenciales de un futuro sistema de energía global limpia".
Para pasar de una energía actual a otra “limpia”, habrá materias primas que aumentarán su demanda y multiplicarán su precio por un múltiplo no desdeñable, lo que trastocará el panorama de los productores a límites fronterizos con la quiebra, el abandono de la actividad, y un encarecimiento nunca visto de la vida. Rallo, en su artículo que citaba en mi post, daba algunos detalles hoy por hoy incontestables. 
Por ejemplo, según la Agencia Internacional de la Energía, una central eólica requiere de 10 veces más minerales (sobre todo, cobre y zinc) que una central de gas o de carbón: en particular, por cada MW de potencia instalada, una eólica necesita entre 10.000 y 15.000 kilogramos de minerales, mientras que una central de ciclo combinado utiliza 1.100 y una de carbón, 3.000. Asimismo, el coche eléctrico medio consume seis veces más minerales que el coche con motor de combustión (sobre todo, cobre, níquel y grafito): en particular, cada vehículo eléctrico utiliza más de 200 kilos de minerales frente a los 33 del coche con motor de combustión. 
No podemos tener simultáneamente progreso económico, luchar contra el cambio climático y conservacionismo ambiental
Tal va a ser la demanda extraordinaria de minerales durante las próximas dos décadas de transición energética que, de acuerdo con el Fondo Monetario Internacional, consumiremos tres veces más cobre, ocho veces más níquel, 20 veces más cobalto y 100 veces más litio que durante los últimos 20 años (al menos, si ambicionamos el objetivo de cero emisiones netas). Los ingresos esperables por estos cuatro minerales durante las venideras dos décadas son de más de 13 billones de dólares. De ahí que el éxito de la transición energética no estará únicamente condicionado a la disponibilidad de una mejor tecnología, sino también a que podamos extraer cantidades masivas de minerales al menor coste económico posible (a mayor coste de extracción, mayor coste de producción de centrales o de vehículos y, por tanto, menor eficiencia de la transición).

No se puede eludir alegremente esta predicción. El aumento de la demanda de algo, lo que sea, eleva el precio y/o la escasez de ese producto, lo que inevitablemente, si es un producto básico utilizado a lo largo y ancho de la economía, elevará el coste de la vida y contraerá el producto máximo disponible, lo que no dejará de bajar la renta media y aumentar el paro. 
Sobre todo, no podrá eludirse el problema del precio, es decir, del mercado, pues éste se impone por mucho que se quiera desviar la atención a un precio sombra o un precio publica impuesto por el sector público. La intervención l mercado siempre lleva a desvíos como el mercado negro. Si se intentará subvencionar esos bienes que van a ser demandados ingentemente, la cosecha sería catastrófica, con subidas de la presión fiscal y la deuda por encima, muy por encima de lo que están ahora. 
Este problema no es del futuro incierto, sino que lo tenemos ya encima. ¿A que se debe, si no es por el intento de adelantarse al tiempo, la escasez de materias primas y la subida en flecha de los precios generales? Pues imaginen un mundo en que el coste de la energía y de las MP deriva mucho más alto porque hemos anulado las disponibles para sustituirlas por otras que no son eficientes todavía. 
Así que el entusiasmo empresarial por empezar ya a cambiar de modelo productivo, que pase por el dictamen del mercado, a ver hasta dónde llega.

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Este artículo tiene 3 comentarios
antiguo usuario
Pero si hay bastante minerales para cubrir la demanda no es tanto problema paralelamente tiene proliferar la tecnología del reciclaje ,esos minerales se podrá reciclar , pero los residuos nucleares no , y la combustión fósil aumentarle gasto sanitario de forma brutal ..
Nada sale gratis al final sería un cambio de hábitos y quizás España saldría beneficiada ,
Con el actual sistema energético solo valemos para poner sombrillas en la playa ..jajajs
17/11/2021 10:16
antiguo usuario
Y si la transición está en marcha ?
A los caballos también se les hizo la transición con un líquido negro grasiento....jajajs
17/11/2021 10:32
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