La teoría de la inmaculada traslación es la hipótesis libertaria de que todo dinero creado de la nada por el Banco Central va directamente a inflación, sea cual sea la condición económica. Es la teoría de los histéricos “rallistas” & al. que decían que al empezar la depresión la FED estaba aumentando demasiado la liquidez, y que eso iba a llevar a EEUU a tener una inflación tipo país africano. Fue un error que no han reconocido, ni aun hoy, cuando la economía está cerca de su máximo potencial y, sin embargo, la FED no consigue alcanzar el objetivo de inflación de 2%. Se queda muy por debajo.
Un aumento de la cantidad de dinero en circulación, primero mueve hacia arriba la demanda de gasto, luego hacia arriba también los salarios y los precios, en la medida en que las expectativas se adaptan a lo nuevo y intentan adivinar cuánto va a durar.
Es decir, hay una transición entre el aumento del dinero y el de los precios que pasa por un montón de transacciones. Al hacerlo así, lo normal es que la tasa de paro baje. Ergo, algo hay de verdad en la teoría de la Curva de Phillips, de que hay una relación directa entre la inflación y la actividad, o, más precisamente, una relación inversa entre inflación y tasa de paro.
Los microfundacionistas, o ultra liberales, niegan esto.
No es una relación muy precisa porque depende de otras circunstancias económicas, pero Krugman (en un artículo que es un bomboncito), lo explica muy bien. Y curiosamente lo explica con España, en el siguiente gráfico:
La línea azul es la inflación anual (eje izquierdo), y la roja es la tasa de paro (eje derecho). Como dice Krugman,
Considere, por ejemplo, el caso de España. La inflación en España definitivamente no está motivada por factores monetarios, ya que España ni siquiera tiene su propio dinero desde que se unió al euro. No obstante, se han producido grandes movimientos tanto en la inflación española como en el desempleo español:
Ese período de bajo desempleo, según los estándares españoles, fue el resultado de enormes entradas de capital, lo que alimentó una burbuja inmobiliaria. Luego vino la parada repentina después de la crisis griega, que provocó un aumento vertiginoso del desempleo.
Mientras tanto, la era previa a la crisis estuvo marcada por una inflación relativamente alta, muy por encima del promedio de la zona del euro; la era posterior a la crisis por una inflación casi nula, por debajo del resto de la zona del euro, que permite a España alcanzar (a un costo inmenso) una "devaluación interna" que ha impulsado una recuperación impulsada por las exportaciones.
Entonces, ¿realmente desea afirmar que los cambios en la inflación no tuvieron nada que ver con los cambios en el desempleo? ¿En serio en serio?
Pero si usted admite que el desempleo tuvo mucho que ver con la inflación y la desinflación españolas, ya ha concedido la lógica básica de la curva de Phillips. Puede decir, con una justificación considerable, que los datos de EE. UU. Son demasiado ruidosos como para confiar en estimaciones particulares de esa curva. Pero negar que tiene sentido hablar de que el desempleo se relaciona con la inflación es una tontería.
Y para volver a mi punto más amplio: la economía se trata de lo que las personas hacen, y las historias sobre macroconceptos siempre deben incluir una explicación de los micromotivos que hacen que las personas cambien lo que hacen. Esto no es lo mismo que decir que debemos tener "microfundamentos" en el sentido de que todos están maximizando; a menudo las personas no lo hacen, y una gran cantidad de economía sensata implica simplemente aceptar algunos límites para la maximización. Pero los incentivos y motivos siguen siendo clave.
Y resulta irónico que los macroeconomistas que están profundamente comprometidos con el proyecto de microfundaciones -o, como diría Trump, el "proyecto de microfundamentos fracasado" - también parezcan ser especialmente propensos, quizás debido a su adicción a las matemáticas, a olvidar esta regla esencial.
Sí. En los años pre crisis, España tenía una inflación del 4% y un paro del 8%. Después, por una política enormemente rígida en lo monetario llamada de “devaluación interna” (de jódete y baila con la más fea, si es que queda alguna libre), llegamos a un paro del 26% con una inflación del cero. No se podía hacer otra cosa, decían en Europa (Trichet). Afortunadamente en 2012 llegó Draghi, pero su mandato acaba en 2019. Se prevé que el paro no bajará hasta el 8% hasta 2022-23. Suerte a la generación perdida.
Yo creo que hay países que necesitan más inflación que otros. Krugman incluso desearía un inflación mayor del 2% para EEUU. Yo creo que no hay, no puede haber, mucha precisión en las cifras. Es obvio que España tenia reducir el déficit exterior, pero había medios más fáciles, que el euro impidió. Con una devaluación, el ajuste interno no hubiera sido tan doloroso. Incluso sin devaluación, conque Draghi hubiera llegado en 2008...
Ahora España ha acumulado una deuda pública del 137% del PIB, lo que de paso confirma que el crecimiento español no es milagroso: el aumento del gasto público, a tipo de interés bajísimo, ha tirado de la demanda privada. Puro Keynes. Pero ahí está la amenaza, un súbito patrón de la mesura monetaria de Draghi y tener que devolver eso con intereses mucho más altos...
original en mi blog www.miguelnavascues.com