Durante muchos años se nos ha vendido la idea de que el petróleo era un bien escaso, que se iba a acabar en 40 años y que tendríamos que pensar en cómo empezar a utilizar fuentes de energía alternativas, sobre todo renovables. Pero todo esto se ha comprobado que no era cierto y ese bien que parecía escaso sigue siendo el “oro negro” y a priori parece no ser tan escaso como se nos había vendido.
Hace unos años la tecnología no estaba tan desarrollada como lo está hoy en día. Nadie se podía imaginar hace unas décadas que la tecnología sería el gran aliado del petróleo.
Petróleo y tecnología van de la mano y más en el mundo actual donde las empresas del sector tecnológico son las que lo lideran.
La tecnología parece hacer posible todo y también podrá hacer rentable la extracción de petróleo usando técnicas no convencionales aun cuando el precio de éste sea bajo como lo es actualmente, o incluso más bajo.
Es difícil predecir en cuánto estará el precio del petróleo en un año, moviéndose ahora en la franja de los 50 dólares el barril de Texas (referencia en EE.UU) y en torno a los 60 dólares el barril de Brent (referencia en Europa).
Los analistas de los diferentes bancos de inversión suben y bajan esas predicciones conforme se van produciendo acontecimientos políticos que influyan en el precio.
Lejos de intentar predecir ese precio, lo que pretendo es dar una imagen general de dónde estamos y una visión sobre el nuevo mapa que tenemos ante nosotros considerando todas estas cuestiones geopolíticas.
El punto de partida es claro, países como Siria y Libia debido a la amenaza del Estado Islámico han contribuido a acelerar las subidas en el precio del petróleo en el último mes. Pero por otra parte, Arabia Saudí el gran productor mundial de petróleo, ha aprovechado como es normal para incrementar su producción y así afianzar su cuota de mercado.
Por otra parte, Rusia sufre cada día más las consecuencias de un precio del petróleo bajo y países como Venezuela se hunden cada día más al depender exclusivamente su economía de esta materia prima.
Para analizar la situación vivida actualmente tenemos que hablar de la OPEP. Se trata de una Organización de Países Exportadores de Petróleo que está integrada por 13 países los cuáles son: Angola, Arabia Saudí, Argelia, Ecuador, Emiratos Árabes Unidos, Indonesia, Irak, Kuwait, Nigeria, Qatar, Irán, Libia y Venezuela.
Son países para los que el petróleo constituye el principal motor de desarrollo económico y la renta petrolera constituye el sustento principal para proveer a sus habitantes de empleo, educación y salud.
Suelen ser economías poco diversificadas y una crisis como la actual la sufren sus ciudadanos a través de políticas de reducción de gasto público. El ejemplo lo tenemos en lo que está pasando actualmente en Venezuela.
Un gran país productor y exportador de petróleo que no es miembro de la OPEP es Rusia, el cual está sufriendo la bajada de precios hasta el punto de tener que recortar gasto para afrontar su delicada situación.
Los precios subirán o bajarán, pero lo que está claro es que se hará todo de manera moderada.
Si los precios suben no será de una manera rápida como ha ocurrido en crisis anteriores. Será todo de manera paulatina y siempre mirando de reojo a la tecnología si es capaz de hacer rentable la extracción de petróleo estando el precio bajo.
Después de analizar a todos estos países tenemos que hacer mención especial a EE.UU.
Es el principal productor de gas a nivel mundial y el segundo de petróleo sólo superado por Arabia Saudí.
Según los datos que manejan los bancos de inversión aumentará en otros 440.000 barriles diarios su producción hasta finales de este año respecto a las cifras de 2014. Los datos nos dicen que las empresas petroleras han reducido su inversión, ya que la extracción de petróleo estando el precio de éste por debajo de los 50 dólares no es rentable. Hasta el propio Warren Buffet liquidó su participación en Exxon Mobil.
¿Es cierto del todo esto? ¿Está dejando de ser rentable el fracking (extracción no convencional de petróleo) por culpa de unos precios bajos?
Mi respuesta es que todo avanza, pero la tecnología lo hace más rápido que el resto. Por eso puede que empiece a no ser rentable, pero depende de los márgenes con los que se juegan.
La tecnología hace posible todo y Estados Unidos como siempre sabe adaptarse a los nuevos escenarios globales que van apareciendo.
La competencia está aumentando considerablemente y países sin petróleo de manera natural ya pueden extraerlo de manera no convencional.
Otra consideración que no puede obviarse es que Estados Unidos y Arabia Saudí parecen ir de la mano. El gran productor mundial de petróleo extraído de manera natural y el gran productor de petróleo extraído de manera no convencional tienen una idea clara y es aumentar la producción de éste para así barrer del mapa a países como Irán y Rusia.
Entran aquí cuestiones geopolíticas que van más allá de la rentabilidad y el coste.
En un entorno de precios del petróleo bajos, EE.UU es capaz así de hundir las economías rusa e iraní, dos de sus grandes enemigos a nivel mundial. Es capaz de debilitar la economía de una Rusia que es su gran enemigo desde hace años y también así es capaz de evitar que un país como Irán pueda financiar con el petróleo la fabricación de bombas atómicas y otro tipo de armas.
¿Y qué papel juega Arabia Saudí en todo esto? Arabia Saudí e Irán tienen una guerra fría desde hace años. Arabia Saudí es de origen sunita, mientras que Irán es chiita. Son dos de las grandes potencias de la zona y sus diferencias se deben a cuestiones religiosas y culturales.
Arabia Saudí posicionándose del lado de EE.UU aprovecha para buscar un aliado perfecto para combatir contra Irán.
La idea es clara, debilitar a esos países que dependen enormemente de la renta petrolera. Arabia Saudí parece no tener ningún problema por moverse en un entorno de precios bajos y de hecho su único propósito es mantener la cuota de mercado actual. Además es el país con las mayores reservas de petróleo del mundo.
Mientras el resto de países demandan una reducción en la producción, Arabia Saudí y EE.UU parece que juegan su propia liga.
Y todo esto sin olvidarnos del golpe que supondría un entorno de precios bajos para organizaciones terroristas como Al Qaeda o el Estado Islámico, que se financian en gran medida gracias a esta materia prima.
Éste es el nuevo escenario mundial, donde EE.UU está dibujando su guerra particular. Una guerra moderna y la que más daño hace. Ya que no hay vías de financiación para una guerra lo que hacen es recortar las fuentes de financiación a esos países potencialmente peligrosos.
EE.UU tiene la tecnología y está claro que actualmente él que posee esta herramienta controla todo y a todos.
La tecnología es actualmente el arma más potente en las guerras modernas, ya que controla las vías de financiación de cualquier país.