De repente han aparecido los fantasmas del crash bursátil, aunque Juan A Beño no cree en él. Sin embargo, tarde o temprano llegará, porque el endeudamiento y apalancamiento se entrecruzan peligrosamente con las subidas de tipos de interés, y unas deudas mundiales de los sectores no financieros del 215% del PIB son difícilmente sostenibles si les suben el coste de su mantenimiento, no digamos el corte seco de su ampliación.
Ambrose Evans-Pritchard dice
El nexo global de pagos está dolarizado. Así son los mercados de préstamos offshore. El Banco de Pagos Internacionales dice que los préstamos transfronterizos en dólares fuera de la jurisdicción de los EE. UU. UU., Sin embargo, ha sido de $ 2 billones en 2002 y $ 13 billones en la actualidad. Esto se eleva a $ 26 billones cuando se incluyen los derivados.
Curioso que en la prensa española, ni una mención a las turbulencias de ayer. Si acaso a la caída del Ibex, “por culpa de Italia”. Italia es ciertamente un motivo de inquietud, pero las caídas de ayer en EEUU fueron por el miedo a la subida que se produjo del tipo a 10 años hasta el 3,25%, más cerca de 4%. De momento la FED va a seguir su senda marcada de subidas de tipos, lo que hace que el 4% a 10 años no sea inverosímil. Con el apalancamiento que hay, eso pone a la gente nerviosa, porque el apalancamiento es a corto para especular, y una subida así con expectativas de más, no hay quien la aguante.
Por lo tanto, yo creo que el chartismo no es suficiente, cuando hay un contexto macro de inestabilidad creciente, de desequilibrio gigantesco entre balances y vencimientos, de súbitas subidas de tipos, y si no es ésta vez, puede ser la siguiente.
Así que no sólo tenemos Italia, tenemos los tipos de interés y también el aumento de la volatilidad; todo conjura para para la desconfianza y el cambio de expectativas radical.
Si a los mercados de renta fija les da por temblar, o caer directamente, las deudas acumuladas serán impagables, y los mercados caerán ineludiblemente más.