Los problemas de la seguridad social podemos dividirlo en dos grandes
áreas: A) El problema de las pensiones en caso de jubilación, viudedad,
orfandaz e invalidez, es decir, el pago de prestaciones económicas
regulares derivadas de las contingencias anteriores. B) El problema de
Asistencia sanitaria.
La crisis de la Seguridad Social, unánimemente reconocida es de doble
naturaleza, se trata de una crisis técnica, de naturaleza
económico-actuarial; por otro, se trata de una crisis ética.
Problemas Técnicos: 1) La financiación de la Seguridad Social, se basa
en el sistema financiero de reparto, las pensiones son pagadas cada año
por impuestos y cotizaciones que nos detraen de forma coactiva a los
contribuyentes en cada ejercicio y esto disminuye el ahorro global del
País pues no sólo se hace difícil ahorrar porque la presión fiscal en
forma de impuestos y cotizaciones a la Seguridad social se hace
insoportable, sino porque hasta ahora, se confía en que las generaciones
futuras financiarán la Seguridad Social de la misma forma que lo hacen
los que están ahora trabajando(craso error, pues llegará el momento
donde surgirá la rebelión de la sociedad contra esa casta que nos
engaña). Así se entiende, que debido a tasas bajas de ahorro se agraven
las crisis económicas, pues numerosos proyectos de inversión se
manifiestan erróneos por falta de recursos financieros reales ahorrados.
Si el ahorro de la nación fuera significativamente más elevado, gran
parte de proyectos de inversión que han sido abandonados o
reestructurados se podrían haber explotado de manera rentable gracias a
la abundancia de recursos financieros que todo aumento de ahorro real
motiva y que permite financiar el comercio y la industria.
2) Advertir, que es una falacia pensar que las contribuciones
empresariales a la Seguridad Social son pagadas por las empresas, pues
desde un punto de vista económico, las contribuciones son pagadas en
última instancia por los propios trabajadores, dado que las mismas
forman parte del coste laboral total del empresario., y a éste le daría
igual pagarlas al trabajador o hacerlas efectivas al sistema estatal de
Seguridad Social.
3) Desde un punto de vista más actuarial, la carga que supone la
Seguridad Social para las generaciones activas está creciendo en
espiral, resultado del envejecimiento de la población que hace que
aumente en términos relativos el número de personas jubiladas en
relación con el número de personas que están en activo, esto sin contar
con que la inflación presiona para que se revaloricen las pensiones en
curso de pago. De manera que cada vez es más dudoso que la Seguridad
Social pueda pagar las pensiones a las que se ha comprometido.
4) Por último y no por ello menos importante es la naturaleza coactiva
de la Seguridad Social pues impide la libre y espontánea interacción
humana y el desarrollo creativo de la empresarialidad. Esta coacción
impide la correcta asignación de capital y trabajo repercutiendo sobre
el ahorro y lo más importante impide el descubrimiento empresarial, y la
generación y transmisión de la información necesaria para aportar
nuevas soluciones a los problemas que origina la Seguridad Social.