“Enthusiasm is the mother of effort, and without it nothing great was ever achieved” – Ralph Waldo Emerson
Ni tú ni yo somos importantes. Como todos en esta vida estamos para irnos. Y aunque nos empecinemos con dejar algo que varíe las actitudes ésta no es más que una pretensión que goza de cierto aire romántico más basada en el futuro que en nuestro presente. Un presente bañado por continuas realidades paralelas a la existente. Diría disruptivas pero me he dado cuenta que no lo son. Son alternativas a lo tradicional y lo disruptivo es la valentía de quien decide probarlo.
Hace mucho, exactamente en 1944, los países industrializados sellaron los acuerdos de Bretton Woods mediante los cuales se establecieron las reglas para las relaciones comerciales y financieras entre los países más industrializados del mundo. Se estableció el dólar americano como la divisa de referencia internacional y se fundaron tanto el Banco Mundial como el Fondo Monetario Internacional (FMI en adelante). Hoy, 70 años después, la invitación a reflexionar sobre su validez en el entorno actual es más que justificado. Un mal que hoy nos acucia el olvido del carácter de servicio al que está obligado el poder. De ahí la búsqueda de nuevos entornos.
Y esto es lo que me fascina de cuanto acontece hoy. Independientemente de si estoy o no a favor, la sociedad ha encontrado nuevos espacios de expresión en mercados reacios a escuchar. Sí estoy a favor de la competencia por los cambios y por la flexibilidad a la que obliga.
Así han nacido los Bitcoins cuya esencia se basa en la falta de regulación y en una cotización libre de manipulación por parte de banco central alguno. Como es obvio, pues así hemos sido educados, todo aquello que no esté acotado por un marco jurídico nos asusta y éste es el argumento principal de las advertencias del Banco Central Europeo sobre la inestabilidad e inseguridad de la moneda electrónica.
Así ha nacido también la actual economía colaborativa. Basada en el hastío de particulares y empresas de la excesiva dependencia de la financiación bancaria y de las condiciones abusivas que algunas entidades han usado como política comercial tanto en los tipos como en las denominadas vinculaciones (domiciliación de nómina, seguros de hogar y vida y planes de pensiones) a cambio de mejor remuneración. Es decir, aquello que en cualquier otro sector se conoce como chantaje pero que en el financiero es venta cruzada. Y no, eso no aporta valor al cliente.
Así han nacido también, dentro de esa economía colaborativa, nuevas opciones que rompen viejos hábitos, como son: el alquiler de apartamentos para usos turísticos, compartir el coche para desplazarse a la oficina, etcétera.
Y, como no podría ser de otro modo, así ha nacido el Banco Asiático de Inversión en Infraestructuras (AIIB en adelante) que han creado en China que contará con 100.000 millones de dólares de capital autorizado y 50.000 millones de suscrito. Su función principal será la financiación de proyectos de infraestructura en los países participantes (ver artículo).
¿Motivo? Permitan que describa el funcionamiento de la toma de decisiones en dicho organismo y Ustedes extraen las conclusiones: Cada país tiene un determinado poder de voto dentro del organismo, dependiendo del tamaño de su economía (PIB), cuenta corriente, reservas internacionales y otras variables económicas. Las decisiones se toman por una mayoría calificada del 70 %, aunque algunas decisiones más importantes (16 de 40) se adoptan por una mayoría cualificada del 85 %. Dado que Estados Unidos posee el 16,74 %, este sistema le otorga de facto un poder de veto sobre las decisiones tomadas por el organismo financiero, ya que su voto en contra o abstención impide la adopción de decisiones importantes que requieren el 85 % de mayoría (ver artículo).
Pues claro está, China, con poder económico suficiente, decide iniciar una realidad alternativa y fundar su propio banco al que rápido se han sumado (poderoso caballero) Alemania, Francia e Italia (ver artículo).
Hay quienes conciben la realidad como motivo e impulso del cambio. Hay quienes se dan cuenta que su equipo, sus miembros, sus trabajadores, su sociedad son el auténtico motor para el desarrollo de sus proyectos. Tanto es así que los convierten en principio y fin del mismo pues, a la postre, saben que, con su implicación, conseguirán la satisfacción de la esencia de toda empresa, partido, equipo, organismo y similar como es el cliente, votante, consumidor o como queramos llamarle.
Un claro ejemplo de lo anterior lo encontramos en una empresa que podríamos considerar el adalid del capitalismo por cuanto representa a nivel global: Inditex. Empresa que ya hemos destacado con anterioridad en este blog por el valor real que aporta a sus accionistas en términos de consistencia y de fundamentales.
Inditex ha creado su Plan extraordinario de participación en beneficios que se aplicará a todos los trabajadores de tiendas, fabricación, logística, cadenas y filiales de todo el mundo, siempre que tengan más de dos años de antigüedad. Según ese plan, el grupo repartirá el 10% del incremento del beneficio neto atribuido a la sociedad dominante del grupo respecto al año anterior hasta un máximo del 2% del beneficio total. 70.000 empleados (pueden ampliar información en el siguiente enlace). Todos, ahora más que nunca, a una. Si hasta ahora nuestra economía se ha visto enriquecida gracias a todo lo que nos han aportado en términos de empleo y de riqueza, imaginen ahora con la alineación de intereses de todos los integrantes de la compañía.
Ni tú ni yo somos importantes. De hecho, somos prescindibles. Sin embargo, el mundo cambia y las vendas se caen de los ojos. Lo importante, lo único importante es la aportación de valor. Hoy no caben intereses diferentes al mejor de los servicios. Hoy no caben otras razones que las lógicas. Hoy no cabe otra que la competencia. En un mundo sometido cada vez a más control seguiremos conociendo los vencidos y quedarán presuntos los vencedores.
Por último, permitan que les haga una pregunta. Si invierten Ustedes en empresas sea en start-ups o cotizadas preciso que me aclaren una duda al respecto de dónde invertir. La posibilidad está en el sector financiero. Hay 2 entidades y en sus balances leo (las cifras están en miles de euros y la fuente de la información es AEBANCA):
Si bien la parte de los activos resulta clave para la transmisión del negocio bancario pues son su activo, no hay que negar que como inversor la fiabilidad de la Entidad A es muy superior a la de la B pues arroja una solvencia que aporta seguridad. O, al menos, debiera hacerlo. Aquellos que me hubieran recomendado invertir en la Entidad A les diré que ya no es posible ya que la entidad ya no existe pues se trata del balance de Banco Madrid. Cui bono.
Sin ánimo de defender a la entidad llamo la atención sobre la vulnerabilidad a la que ha quedado reducida algo tan importante para cualquier depositario como es el ratio de solvencia de su entidad pues, desde mi punto de vista, ha quedado vacío de contenido.
Como en todos los casos antes mentados, no es de extrañar el auge de esta ya realidad paralela financiera protagonizada por las fintech. Así que podrán señalar donde quieran por la facilidad del acceso y por la sinrazón de negar el inminente cambio. La contradicción no es nuestra y sí del sistema.
Porque, en el fondo, ni tú ni yo somos importantes.
