Ayer los mercados estaban expectantes esperando el anuncio de rebajas fiscales de Donald Trump. Al parecer, no defraudó, ya que planteó la mayor rebaja fiscal de la historia de Estados Unidos. La reacción lógica debería haber sido alza de la renta variable, alza del dólar y caídas en el precio de los bonos (subida de la TIR). Antes de anunciarse la misma, la teoría nos dice que esta importante rebaja fiscal pone más dinero en mano de los consumidores finales y aumentará el beneficio de las compañías. Todo debería repercutir en un aumento del consumo y de la competitividad de las compañías de Estados Unidos. A la larga, esto debería traducirse en mejora en el crecimiento.
Sin embargo, los mercados, tras el anuncio, se mantuvieron en tablas. El Dólar índex, que estaba cotizando en clara zona de soporte (línea que une los mínimos desde verano de 2014) así como la zona de medias de largo plazo (200 y 500 sesiones), no se movió en la sesión de ayer.
El S&P500 tampoco tuvo revalorización en el día de ayer. Es más, desde el punto de vista técnico, el comportamiento de ayer tiene connotaciones negativas. Abrió en positivo y se giró a la baja justo al tocar máximos de marzo, lo que podría significar el inicio de una figura de techo.
En cuanto a los bonos, tampoco hubo movimientos destacados ayer en ninguno de los plazos.
Así pues, queda claro que la noticia de la rebaja fiscal no ha sorprendido al mercado. Estaba totalmente descontada desde hace tiempo y lo que sí que podría haber hecho reaccionar al mercado, pero con correcciones, habría sido la noticia de que no hay bajada de impuestos. El mercado funciona así, se forman expectativas que hace que las cotizaciones se adelanten a las noticias y cuando estas suceden, ya no hay movimientos, o es el contrario al que se podría esperar si la noticia es menos positiva de lo descontado.
Así por ejemplo, los últimos datos macro publicados siguen siendo buenos, pero se están quedando por debajo de lo esperado por las encuestas muy optimistas. En el siguiente gráfico podemos ver cómo en todas las zonas geográficas, el índice de sorpresas positivas está corrigiendo desde máximos del primer trimestre del año.
Si ayer comentábamos que los resultados empresariales sí que están superando expectativas, hoy vemos que los datos macro no lo consiguen. Así pues, hay argumentos a favor y en contra de la renta variable. Lo más probable en este entorno, sobre todo tras las fuertes subidas previas, es que los principales índices entren de nuevo en un movimiento lateral para consolidar las subidas que llevamos este año. En torno al 8.5% en Europa y al 6% en Estados Unidos.
El artículo original se encuentra en el Blog de Unicorp Patrimonio S.V.
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