Quizá este artículo no tenga relación directa con el mundo de la inversión, pero la intención es la de profundizar en lo que hay detrás del nuevo invento especulativo, los NFT.
Puede que sea la última moda, la última brillante idea o el último timo del toco mocho o todas estas cosas a la vez. Un NFT es un producto al que se le adhiere un certificado digital mediante la mecanización de un contrato también digital y que otorga al propietario esa autentificación exclusiva que valida la autoría que da el vendedor y que certifica la propiedad del artículo en cuestión para poder comercial con él. Sería como la firma digital del autor al que se le adhieren contratos digitales de compra venta y que incluso permiten seguir generando royalties al autor en futuras transacciones o ventas del producto.
Bien, puesto a meterme de lleno en todo experimento que sale al mercado, me decido a ponerme manos a la obra para saber exactamente cómo funciona esto realmente, para ello elijo uno de los portales más conocidos donde se realizan estos intercambios, en concreto Opensea.
Para empezar ni que decir que para entrar en este “nuevo mundo” tienes la necesidad de estar metido en el entorno cripto, tener una billetera de las más conocidas o prácticas, yo utilizo para todos estos experimentos MetaMask, un plugin para los navegadores que permite tener tu billetera en él y acceder a todas las posibilidades del mundo cripto de una forma fácil. Quizá para los que no saben nada del mundo de las criptomonedas el proceso de abrir y utilizar una billetera puede ser complicado y los NTF son otra excusa para que la gente poco a poco vaya utilizando estas herramientas. De momento me ha parecido el argumento más destacado de este nuevo invento, seguir implementando el entorno cripto en internet.
En pocos minutos consigo colocar un producto en mi recién creada galería. El sistema es bastante sencillo y hay posibilidad de incluso hacer toda la operatoria y poner a la venta productos con su certificado y contrato de manera gratuita si se utiliza la criptomoneda Polygon, una más de las tantas criptos que hay en la red Ethereum. Sin embargo, si deseas utilizar Ethereum el precio va a ser un piquito por el consumo de GAS necesario para la mecanización del contrato. Ahora mismo tengo dudas de si hay alguna diferencia en utilizar una u otra criptomoneda, ya que me parece enormemente absurdo utilizar Ethereum y pagar, cuando lo puedes hacer en apariencia igual con Polygon, ni si quiera es necesario que en tu billetera tengas esta criptomoneda. Me huele a la necesidad imperiosa de que la gente entre a toda costa en la red Ethereum, si hay que gastar dinero la gente se lo piensa mucho y la necesidad es que entren cuanto más mejor y lo más rápido posible. Ya de por si crear una billetera tiene su gasto, como para ir pidiendo a los adolescentes que para poder vender tengan que invertir 30 o 40 euros por artículo.
Bien, Opensea funciona de una forma parecida a cualquier red social dedicada al arte, hay “likes” galerías para ver productos e incluso ranking de usuarios más visitados o más famosos. Pero en poco tiempo me doy cuenta de que en realidad apenas tiene movimiento pese a su fama, no da la impresión de ser un portal muy popular si dejamos a parte al puñado de “artistas” que están haciendo todos esos cromos con aspecto mutante que han nacido casi al mismo tiempo que los NFT. Hay todo tipo de artículos, desde extensiones para juegos, hasta la venta de terrenos de la “novedosa” idea del Metaverso. También hay todo tipo de productos relacionados con el arte, desde fotografías hasta vasos decorados, no hay límite, el límite es lo que quieras o puedas vender.
Tras la experiencia hay algo que me perturba, para colocar un producto a la venta nadie me ha pedido ningún dato personal, solo una billetera digital, yo he puesto mis productos sin demostrar que el autor soy yo y que por consiguiente los derechos de autor son míos. Creo que podría subir casi cualquier cosa y ponerla a la venta sin que nadie me pidiera una explicación, de hecho, parece que estas cosas ya han ocurrido ¿Entonces? ... sí, estamos ante una gran laguna del sistema que puede provocar estafas, intentamos otorgar seguridad y nos olvidamos de lo más importante, verificar la propiedad legal de los artículos que se venden.
Mi conclusión es que la idea es buena, en un sistema generalizado e implantado podría ser una solución al vacío legal que hay ahora mismo respecto a los derechos de autor y que llegó con Internet. Nos hemos acostumbrado a escuchar música, descargar software pirata, consumir contenidos sin pagar nada por ello y esta barra libre no deja de ser un robo en toda regla, donde hasta ahora prácticamente ningún gobierno ha puesto límites serios ante la falta de herramientas que permitan ese control. La posibilidad de firmar contratos digitales de forma instantánea sería importante para la protección de estos derechos y para combatir la piratería si el entorno tuviera herramientas que exigieran estos contratos para la utilización de productos con derechos de autor y dado que está bajo la tecnología blockchain, pillar a los infractores sería bastante fácil en un entorno regulado y tecnológicamente adecuado.
Por otra parte, creo que esta magnificada su realidad hoy, la realidad hoy es que aparte de las noticias sobre las grandes ventas y el fomo de las redes sociales, es un sistema de difusión marginal que apenas hoy tiene movimiento considerable, es decir, hay más ruido que nueces, eso sí, la familia Picasso y otros ya están incluyendo dentro del mercado del arte la herramienta NFT como valuare de autenticidad... pero, por lo demás, todo está en pañales y se antoja lejísimos la implantación de este sistema.
Ahora el que quiera, que se dedique a comprar o especular con productos NFT. Hasta ahora para vender Picassos o Dalis no hacían falta, se utilizaban papeles, esto facilita mucho las cosas. ¿Pero de verdad es necesario para desarrollar una idea utilizar tanto FOMO y exageración?