En estos días mientras nos dicen que España se esta recuperando económicamente y que la banca española ha pasado el test de estrés, ¡solo faltaría después de los rescates!, estamos viviendo penosos acontecimientos relacionados con la corrupción sistémica en España con los entramados de las tarjetas black, cuentas en Suiza, pagos en dinero B, etc, indudablemente hechos que son consecuencia directa del boom de dinero fácil que afloró durante la burbuja inmobiliaria de la dedada pasada y quizás, mas importante, consecuencia directa de que existen severas grietas en nuestra constitución que fomentan estas situaciones. Dificilmente se puede poner coto a este problema porque la propia partitocracia actual no se va a investigar a si misma evidentemente. Estos escandalos lo único que proporcionan es combustible para la las eclosiones de formaciones populares tipo Podemos, cosa lógica porque esta formación ofrece la posibilidad de que el ciudadano crea en algo diferente harto ya de levantarse a diario con un nuevo escandalo de corrupción.
Caritas ha realizado recientemente un informe sobre la situación social en España, situación por otra parte penosa y lamentable producto de la tremenda crisis, tanto económica como institucional, no vista desde la posguerra.
La tasa de desempleo actual es del 23,47%,
Mas sangrante es la tasa de desempleo juvenil del 53,7%.
En el año 2005, en plena burbuja del ladrillo, la tasa de paro juvenil se igualo con la alemana, un 15%. Evidentemente fue un cruce coyuntural que rápidamente se diluyó al finalizar el boom. El crecimiento económico de aquellos días se construyo encima del barro.
Es cierto que la tasa general va descendiendo poco a poco desde su pico del 26,94% pero sigue siendo una tasa muy alta y su descenso no es demasiado transparente si se relaciona con la productividad.
La productividad decrece desde 2009, lo cual quiere decir que se trabajan menos horas. De nada sirve que en el sistema se formen 2 puestos de trabajo precarios de carácter temporal si se pierde una a tiempo completo, ésta es la pequeña trampa. En efecto que el paro disminuye pero la situación real no mejora en absoluto.
El reciente informe de Caritas, entidad del máximo prestigio y fiabilidad, sitúa a España en el umbral de la pobreza. En la época gloriosa de la pasada década las cosas eran muy distintas, todo era bienestar, crédito, coches, pisos, terrenos, oficinas, bancos, inmobiliarias, etc pero todo ello construido sobre el barro. La burbuja explotó y durante la crisis se han producido cosas, grandes desigualdades salariales, los recortes se han cebado especialmente en las clases mas bajas como históricamente suele ocurrir, los recortes en servicios sociales y bienestar son notorios y la corrupción aumenta como vemos en el día a día. El retroceso social no afecta por igual según la comunidad autónoma se trate. Navarra, Euskadi y Madrid son, por este orden, las menos castigadas por la crisis mientras que Castilla la Mancha, Extremadura y Andalucía son las mas castigadas.
En dato medio según la OCDE, las familias españolas han dado un salto atrás de 10 años en el tiempo en cuanto a sus ingresos. El 15% de la clase trabajadora esta en pésimas condiciones económicas, sufriendo retrasos en sus pagos obligados de hipotecas, de contribuciones o comunidades de vecinos.
El principal problema actual es el aumento de la exclusión social de los últimos años. En 2007 se consideraba que más del 50% de la población vivía en integración social plena, es decir en buenas o muy buenas condiciones. Hoy este porcentaje se ha reducido solo al 34,3%, en otras palabras que solo un tercio de la población vive en buenas condiciones económicas, el resto o bien tiene dificultades o esta en severos problemas. Aproximadamente 11.750.000 habitantes están en situación de exclusión social, y de entre ellos, 5 millones lo están en extrema exclusión, o sea indigentes.
España es uno de los países donde más ha crecido la pobreza infantil desde que comenzó la crisis en 2007. El 25% de los niños viven en el umbral de la pobreza según UNICEF.
Al contrario que en otras épocas, muchos mayores pensionistas son ahora el sustento de familias. Es habitual el conocer casos en que la pensión de jubilación o el aval de un piso es la fuente de ingresos de una familia.