El hombre puede lograr cualquier cosa que su mente puede concebir y creer” Napoleón Hill
Teóricamente el ser humano es el ser racional por excelencia y, sin embargo, es la especie más emocional: un 99% de las cuerdas celébrales están ocupadas por las emociones y solo el 1% por la razón. Por tanto es de vital importancia comprender y analizar esa información tan personal para poder desaprender y reconducir nuestros hábitos más destructivos. La mayoría de veces es más importante desaprender para avanzar que aprender cosas nuevas.
Hoy quería hablaros sobre uno de los errores más comunes entre los trader, la impulsividad. Ese sentimiento de urgencia por entrar en operaciones sin analizar las condiciones del mercado o salir antes de tiempo por sentir el miedo a perder el dinero sobre la mesa. La pérdida de paciencia es una de las razones que nos distancian más de la consistencia puesto que nos conduce por una senda perniciosa y destructiva. Desde la urgencia sentimos el apremio de hacer algo por entrar al mercado, es como si necesitáramos estar en acción. Sin paciencia, bajamos el listón de los requisitos para confirmar una señal, nos impulsa a ver entradas donde no las hay, y eso afecta a nuestra cuenta y a nuestra imagen, perdemos dinero, pero también nos hacemos daños a nivel emocional, perdemos la confianza en nuestra capacidad de actuar a favor de nuestro mejor interés.
Normalmente este comportamiento se basa en que no entendimos la realidad del trading, nos aferramos a ideas erróneas como “que un trader necesita operar” o que para ganar debe estar dentro del mercado. Podemos pensar que es necesario pero no lo es, esa idea no está bien infundada y no es una verdad absoluta ni positiva del trading. Si no lo comprendes, hazte las siguientes preguntas, ¿cómo afecta en mi cuenta entrar en operaciones que no contempla mi sistema? o ¿cómo me afectan las operaciones que fuerzo? o ¿Cómo me afectan las entradas a las que le bajo el listón para tener la escusa de poder operarlas? ¿Por qué tengo la idea errónea de que para ser trader debo estar dentro del mercado?
Sentimos la “necesidad” de operar para ganar, o que “necesitan” entrar para no perder una oportunidad, y estas ideas, aunque parezcan ciertas, no lo son. No son necesidades, son preferencias, el trader no “necesita”, el trader prefiere, quiere, desea, pero no necesita.
El comportamiento destructivo de la perdida de paciencia, podemos trabajarlo con un ejercicio muy sencillo. Podemos ponernos una alarma durante nuestra sesión de trading. Una alarma que suene cada 15 minutos. Cuando el reloj lo señale nos tomamos nuestra temperatura emocional. ¿A que me refiero? Debemos observarnos, tanto física como mentalmente. Podemos responder a las siguientes preguntas:
¿Estamos alterados, agitados, nerviosos? ¿Cómo estamos respirando?¿Tenemos los dientes apretados?¿Sentimos tensión en alguna parte del cuerpo?¿Qué sensación general es la que tenemos? ¿Cómo llevamos ese sentimiento de urgencia?
Observamos cómo se encuentra nuestra carga emocional y la regulamos. Las emociones no se pueden eliminar pero si podemos observar que sentimos y gestionar esa información. Simplemente alargando la respiración y concentrándonos en la forma en que lo hacemos, calmaremos nuestro estado.
Al final el resumen de la mayoría de errores en el trading que nos separa de la consistencia alberga en las ideas irracionales que nos forjamos. No solo ocurre en el trading, nuestra idea de la realidad es a menudo incompleta o inventada. No somos observadores de la realidad, sino creadores. Cada pensamiento, sentimiento, comportamiento ya sea positivo o negativo genera consecuencias de la misma índole, es decir; crea o destruye, te acerca o te aleja de lo ansiado. Es fundamental en nuestra profesión analizar los pensamientos que tenemos y ser los primeros en cuestionarlos para mejorar y potenciar los resultados que ahora mismo tenemos.
A modo de resumen os paso un pequeño fragmento que resume a la perfección como observa el trading cada trader; “los ciegos y el elefante”:“En la Antigüedad, vivían seis hombres ciegos que pasaban las horas compitiendo entre ellos para ver quién era el más sabio. Exponían sus saberes y luego decidían entre todos quién era el más convincente.
Un día, discutiendo acerca de la forma exacta de un elefante, no conseguían ponerse de acuerdo. Como ninguno de ellos había tocado nunca uno, decidieron salir al día siguiente en busca de un ejemplar, y así salir de dudas. Puestos en fila, con las manos en los hombros de quien les precedía comenzaron su búsqueda. Pronto se dieron cuenta que estaban al lado de un gran elefante. El más decidido, se abalanzó sobre el elefante con gran ilusión por tocarlo. Sin embargo, las prisas hicieron tropezar y cayó sobre el costado del animal. “El elefante –exclamó– es como una pared de barro secada al sol”.
El segundo avanzó con más precaución. Con las manos extendidas fue a dar con los colmillos. “¡Sin duda la forma de este animal es como la de una lanza!”
Entonces avanzó el tercero, el elefante se giró hacía él. El ciego agarró la trompa y sintio su forma y movimiento. “Escuchad, este elefante es como una larga serpiente”.
El cuarto sabio, se acercó por detrás y recibió un suave golpe con la cola del animal, que se movía para asustar a los insectos. El sabio agarró la cola y no tuvo dudas, “Es igual a una vieja cuerda” exclamo.
El quinto de los sabios se encontró con la oreja y dijo: “Ninguno de vosotros ha acertado en su forma. El elefante es más bien como un gran abanico plano”.
El sexto sabio que era el más viejo, se encaminó hacia el animal con lentitud, encorvado, apoyándose en un bastón. De tan doblado que estaba por la edad, pasó por debajo de la barriga del elefante y tropezó con una de sus gruesas patas. “¡Escuchad! Lo estoy tocando ahora mismo y os aseguro que el elefante tiene la misma forma que el tronco de una gran palmera”.
Satisfecha así su curiosidad, volvieron a casa y retomaron la discusión sobre la verdadera forma del elefante. Todos habían experimentado por ellos mismos cuál era la forma verdadera y creían que los demás estaban equivocados.”
Espero que os haya gustado,
Buen trading amigos!