Decía Guillermo de
Ockham, al enunciar su ínclito principio de parsimonia, que, ceteris
paribus, la explicación más
sencilla, suele ser la más probable. Así, si tuviésemos que
definir qué es el Mercado, podríamos decir, sin temor a errar, que
éste se conforma como un concurso de voluntades, un lugar de
encuentro de oferentes y demandantes. Sin embargo, esta descripción
meramente formal, por exceso de asepsis no capta la esencia de lo que
verdaderamente es el Mercado, pues se limita a contemplarlo como una
entidad objetiva, un continente vacío, sin alma, en definitiva, una
cosa. Y es que, la característica definitoria más importante del
Mercado es, que se constituye como un ser vivo; y en nuestro afán
analítico, ya sea fundamental o técnico, debemos acercarnos a él
como tal y contemplarlo como un hito de nuestra creación con la
mirada con la que observa el Padre al Hijo, pues el Mercado, es una
imagen especular de nosotros, que aún con entidad propia, está
hecha a nuestra semejanza. Es por ello que en ningún otro ámbito se
da una expresión más clara de la cibernética de segundo orden, es
decir, del efecto que causa el observador en lo observado, y esto es
así porque lo observado forma parte del observador, y es
condicionado por él hasta la manifestación paroxística del efecto
pigmalión o profecía autocumplida, de manera que, si todos los que
observan convienen en un mismo análisis de lo observado, al llegar a
un determinado punto, lo observado se moverá en la dirección
prevista como las aves al volar forman fractales en movimiento, no
por volountad de la entidad pasiva, sino por el influjo del que mira.
Desde que Carl Menger
enunciase la subjetividad del valor, enervando toda la teoría
económica hasta entonces enunciada, tenemos claro que el precio de
un producto no es más que el valor que le confiera a ese producto el
adquiriente en un momento determinado, es decir, que descontando todo
el coste de apropiación de la materia prima, desarrollo,
elaboración, comercialización, etcétera., es en última instancia,
el demandante, el que otorga valor a todo ese proceso previo, cuando
decide comprar a un precio concreto. De la lectura de éste
razonamiento podemos colegir dos consecuencias fundamentales; la
primera, es que el valor de un producto es una cuestión meramente
volitiva, es decir, de voluntad del demandante; y la segunda, es que,
como acto humano volitivo, intentar analizar las pulsiones
subyacentes que llevan al demandante a conferir un determinado valor
a un producto en un momento concreto, son patrimonio de la ciencia de
la conducta, y no de la ciencia económica. Pero los traders no somos
psicólogos, ni siquiera tenemos que entender de economía, lo que a
los operadores bursátiles nos interesa son las consecuencias, no las
causas, por eso el objeto de análisis debe ser la acción humana,
como lo concebía Ludwig Von Mises, la praxeología.
Así, la acción humana
es un absoluto misterio, nos podremos acercar a su comprensión de
manera asintótica, pero nunca llegaremos a obtener las claves que
determinan una cierta conducta, pues las variables que la condicionan
son infinitas. Esto nos enfrenta a una realidad que debemos asumir, y
es que la voluntad humana se deber estudiar bajo el prisma de la
probabilidad, ya que es apriorísticamente indeterminable, lo cual
supone aceptar que en ella hay un componente aleatorio de mucho peso.
Y, como el mercado no es más que ese concurso de voluntades
individuales, esa entidad viva creada especularmente a nuestra imagen
y semejanza, éste se configurará, igualmente estocástico, es
decir, como un sistema cuyo comportamiento es intrínsecamente no
determinista y sólo analizable en términos de probabilidad. Los
procesos estocásticos son series secuenciales de eventos que se van
dando en el transcurso del tiempo, y que, a partir de la observación
de sus pautas conductuales repetitivas pueden llegar a clasificarse,
pudiéndose establecer una suerte de lógica de comportamiento
intrínseca, que analizada bajo un prisma probabilístico, puede
aportar cierta previsibilidad de movimientos ulteriores. Y ésto es
en esencia lo que nos interesa a los traders, no ya prever los
movimientos del mercado, sino identificarlos correctamente para
establecer estrategias operativas, a favor o en contra de dicho
movimiento.
Es por esto que yo soy
analista técnico, que soy un operador bursátil que se enfrenta al
Mercado con la intención de entenderlo, no de someterlo, porque el
análisis técnico parte de la base de que el Mercado, como entidad
viviente, tiene una lógica inherente que hay que comprender, y que,
aunque influida por procesos exógenos (pues el Mercado no se
encuentra aislado de su entorno), ésta tiene una inercia que acaba
corrigiendo todo aquello que se ha producido a expensas suya, es
decir, que a la postre, el análisis técnico acaba descontando los
fundamentales. Y no se trata aquí de dicotomizar el análisis
bursátil bajo un criterio dialéctico que enfrente de manera
maniquea dos posturas de acercamiento al entendimiento de un
determinado sistema, pues yo en mi operativa me valgo también del
análisis fundamental, se trata de otorgar el porcentaje de
importancia justo a cada uno de ellos.
Cuando se observa el
devenir de un cierto activo, en toda su manifestación fractal, es
decir, analizándolo en todos sus timeframes, nos percatamos de la
existencia del elemento armónico en su naturaleza, de como el
movimiento de precios que lo configura, obedece a una belleza natural
que está ahí esperando a ser captada con la mirada óptima,
teniendo en cuenta que existe una campana de Gauss de la armonía por
la que algunos activos muestran más belleza formal que otros. En
este desplazamiento acompasado del precio, en el que, a través de
las herramientas que el análisis técnico nos ofrece, vislumbramos
su lógica interna, la esencia del mercado, se producen, a veces,
movimientos espasmódicos que no obedecen a ninguna causa previsible
ni identificable técnicamente, sino que irrumpen abruptamente en el
desarrollo del precio de un determinado activo, generando una
disonancia disruptiva, una disarmonía en forma de pico o valle, que
como extraño al elemento esencial y con causa exógena, tiende a ser
corregido en amplitud por el propio mercado, como cuando el cuerpo,
en el proceso cicatrizal, pone en marcha las reacciones bioquímicas
precisas para reparar el daño irrogado por la herida, una suerte de
analogía de la mano invisible de Adam Smith.
Las heridas de las que
hablamos se producen por el ataque al libre mercado en forma de
intervención de los Bancos Centrales manipulando precios y tipos de
interés. La finalidad de estas medidas es el impulso del crédito,
una inyección de liquidez a los mercados, como mandan los cánones
Keynesianos, para incentivar una demanda inexistente y un
endeudamiento no necesario que pretende acabar con el desempleo.
Esta expansión artificial del crédito no respaldada en ahorro
voluntario previo que llevan a cabo los Bancos Centrales en base a su
política de reserva fraccionaria, constituye una manipulación a la
baja del tipo de interés, lo crea un apócrifo auge económico que
aumenta la inversón en áreas donde ésta no se hubiera producido de
no ser por la distorsión de los precios, lo que lleva a la
sobreutilización de los bienes de capital acumulados que se desvían
a proyectos no rentables, produciendo a medio o largo plazo la
sobrevaloración de activos, es decir, inflación. Cuando las tasas
de interés artificialmente bajas se acomodan a su verdadero nivel de
mercado, muy superior al establecido por los bancos centrales, las
inversiones que parecían rentables dejan de serlo, la burbuja
estalla, y hay que liquidarlas con la consecuente crisis económica.
Por suerte para
nosotros, aunque la economía se empeñe en cometer una y otra vez
los mismos errores, aunque los Bancos Centrales inflinjan una y otra
vez las mismas heridas a los mercados por causa del intervencionismo,
el sistema inmunológico de éstos activa la sempiterna Ley de la
oferta y la demanda, la cual despliega su efecto tuitivo cicatrizando
los daños irrogados. Así tenemos una muestra clara de lo antedicho
en el análisis del DAX el 14 de Junio de 2018 cuando el Banco
Central Europeo, a través de su presidente, Mario Draghi, anunció
el mantenimiento de los tipos de interés oficiales del BCE sin
variación hasta, al menos, el verano de 2019, con lo cual los Bancos
europeos podrán seguir financiándose a tipo 0% hasta la fecha
reseñada. La noticia produjo una alteración en el activo subyacente
que fue corregida por la lógica de mercado, es decir, como el
análisis técnico volvió, una vez más, a enmendar los
fundamentales.
Pasemos pues al análisis
del activo en cuestión:
En TF mensual vemos el
inicio de un movimiento de Elliot con corrección al 38,2 pero con
aumento de volumen en el Pullback y dos pinbars de rechazo de
movimiento alcista formando un doble techo que apunta a una pauta
reversiva de los precios y por tanto a un cambio de tendencia.
En Timeframe semanal
observamos la formación de un Shark alcista frustrado e igualmente
el inicio del movimiento de Elliot que habíamos visto en TF mensual,
con su corrección, en éste TF al 61,8, que puede estar descansando
para acometer el segundo impulso. El precio ha corregido tomando como
soporte la SMA de 100 para volver a subir teniendo como resistencia
la línea trazada entre el inicio del primer impulso alcista y su
retroceso al 61,8. Ese punto (señalado con una elipse) es un momento
clave para ponerse corto, pero no con un objetivo mucho más allá
del 61,8 del inicio del segundo impulso, pues podría llegar hasta
ahí y continuar el movimiento alcista, es decir, estaríamos
tradeando el pullback.
En TF diario movimiento
vemos un movimiento principal bajista y una corrección al 78,6 que
podría vaticinar un patrón armónico (Garttley o Butterfly)
alcista, pero que ha perdido la entidad de un movimiento corto en
primer impulso.
Así mismo, corroboramos
como el pullback conforma en sí mismo un movimiento alcista
frustrado en la onda 5 y que puede dar lugar a la formación de dos
patrones armónicos. Hay una tendencia inicial bajista que se crea en
los máximos alcanzados por las ondas 3 y 5 y que actúa como
resistencia. A partir de que el precio alcanza la onda 5 y se topa
con la resistencia tendencial comienza una caída con objetivo en la
onda de Wolfe y buscando la SMA como soporte y la completitud de los
patrones armónicos. Fijémonos como la vela verde que alcanza el
máximo completando la onda 5 corresponde al día en que se conoce la
noticia del BCE.
En TF de 4 horas vemos la
formación de un movimiento alcista con corrección al 50 y un rango,
formado entre el máximo y la corrección, coronado por órdenes de
venta acumuladas y soportado por órdenes de compra acumuladas. El
precio, cautivo en éste lateral, va a necesitar volumen para
fugarse, y ya veremos, siguiendo la teoría de Wyckoff, si se el
rango se conforma como acumulativo o distributivo, según sea la
oferta o la demanda las que se retiren.
Analizando en el mismo TF
el rango observamos como se inicio un movimiento alcista al rebotan
el precio en el soporte que formo un hombro cabeza hombros cuya
línea clavicular se constituyó como la base sobre la que se apoyó
el fundamental, que fue desvestido y corregido paulatinamente hasta
llegar otra vez a la misma. Posteriormente puede verse el GAP de
apertura bajista se soporta en la onda de Wolfe como línea de
tendencia base.
En TF horario podemos
apreciar el mismo movimiento que en 4H, descontando el fundamental el
movimiento corto correlativo en una manifestación de la tercera Ley
de Newton, con un movimiento de igual intensidad pero en sentido
opuesto. Cuando el precio ha quedado debajo de SMA está pasa de
soporte a resistencia, momento para ponerse cortos cuando vuelve ser
tocada por el retroceso.
Posteriormente tradeamos
el GAP bajista que el Pullback podría llegar al 50 de fibo de su
distancia, punto en el que colocamos una orden limitada de venta.
Misma figura de descuento
del fundamental en TF 30 minutos, tradeo del GAP con orden limitada y
confirmación del movimiento corto por ruptura de linea tendencial
alcista. Objetivo bajista que el precio toque la onda de Wolfe.
Fuerza del movimiento
bajista al romper la línea tendencia en TF 15 minutos.
Confirmado movimiento
corto por ruptura de canal
En TF de 1 minuto
aprovechamos para hacer scalping en la caída del precio.
Así, para concluir,
observamos como el DAX, índice noble por lo recto de su devenir,
fiel reflejo de la idiosincrasia alemana, corrige el ruido
fenomenológico causado por la noticia del BCE y vuelve a su ritmo, a
su noúmeno, en una muestra preciosa de la lógica interna del
mercado, a la cual, sólo podemos acceder a través del análisis
técnico.
LuisoTrader