Hoy venían artículos interesantes en todos los medios sobe el congresillo del PSOE. La llegada de Pedro Sánchez como un turbión, con el carcac lleno de flechas ideológicas a cuál más diversa y contradictoria, augura un futuro muy negro para tal partido.
Yo no puedo alegrarme de estas desgracias del PSOE, hasta hace poco una de las dos patas del sistema parlamentario, pero no puedo menos de enorgullecerme de haberlo pronosticado: porque los conozco, fui hace décadas de ellos, y eso me bastó para valorar el percal íntimo, nuclear: unos marxistas por el forro pero ceñudos y empeñados en ser más de izquierdas que el PCE, luego que Podemos, sin las más mínimas ganas de apreciar el regalo que les hizo Felipe González, de dejarles el partido al pie de las playas de la socialdemocracia europea.
La cosa viene de lejos. Estoy leyendo "La Segunda República Española" de Josep Pla, y ahí se ve claramente las barbaridades que hicieron los del PSOE, no sólo los extremistas de Largo Caballero, sino los seudo moderados como Indalecio Prieto, el popular "Inda", cuando fue ministro de Hacienda y por su incompetencia supina, reconocida por él mismo, dejó al país en una situación mucho peor que la que vivimos ahora, sin comparación.
El tal "Inda" denunció un préstamo que España debía al la Banca Morgan, lo que la excluyó inmediatamente de todos los mercados. La peseta empezó a caer a plomo, y hubo que endeudarse con Francia para sostenerla, cosa que nos consiguió. Pero "Inda" se encogía de hombros y decía que el no tenía ni idea de finanzas, y más o menos que le importaba todo tres huevos duros.
Hay que decir que aquel gobierno provisional, que se pactó en el Pacto de San Sebastián - en el que se acordó el golpe de estado fracasado del capitán Galán - demuestra el concepto que tenían de la política aquellos señores, que le dejaron la cartera de exteriores a Lerroux porque ¡nadie la quería, y todo el mundo le odiaba! A que gobierno medianamente serio se le ocurre despreciar las Relaciones Exteriores. No fue el peor político de la República, y era el único con u partido de tamaño solvente.
En fin, incompetencia a raudales a la par que audacia es lo único que espero de estos sucesores de aquellos locos, que se cargaron ellos mismos SU República, la que ellos habían soñado y pergeñado.
Pedro Sánchez es ahora plurinacional a la par que nacional, sin importarle un bledo lo que significan esas palabras y otras. Lo único que quiere es desbordar por la izquierda a Podemos (¿?) y someterle a una alianza subordinada, en la que estaría, más subordinado aún si cabe, Albert Rivera. Objetivo único: eyectar a Rajoy de la Moncloa, ¿y luego qué?
El Frente Popular, supongo que sueña.