Los desafíos económicos que tiene por delante el Reino Unido siguen siendo muy importantes y así como los riesgos de un menor crecimiento siguen siendo grandes, el nivel de endeudamiento y los riesgos de crédito todavía son preocupantes. En estos últimos meses, el crecimiento del Reino Unido se ha estado desacelerando. La producción industrial está ya por debajo del nivel de su tasa media histórica. Esa brecha podría crecer más alto a finales del próximo año. La economía del Reino Unido ahora tendrá que depender de la demanda interna. Sin embargo, con el aumento de la inflación y la caída de los salarios, es poco probable que el sector consumidor sea capaz de proporcionar el impulso necesario para el crecimiento económico. El desempleo también actúa como un freno a la actividad empresarial.
Los hogares y las empresas del sector privado siguen reacios a pedir prestado, esto consecuencia a la falta de confianza en la economía del Reino Unido y su deseo de reducir sus ratios de deuda. A partir de esta desaceleración se puede observar que los niveles de desempleo comenzarán a incrementarse, lo que da a entender que el gasto privado no va aumentar.
El Reino Unido es una nación muy dependiente de la financiación exterior, y su déficit por cuenta corriente sigue siendo un grave problema para la moneda. Cuando una nación tiene un déficit por cuenta corriente, que se está acumulando en pasivos con el resto del mundo, esta se financia con los flujos de la cuenta financiera. Con el tiempo, estos deben ser devueltos. Ni los flujos comerciales ni de inversión sugieren que los bienes del Reino Unido, los servicios o los bienes son los suficientemente atractivos a precios corrientes para cambiar la balanza de pagos. Para llevar la cuenta corriente de vuelta a una senda sostenible, se necesita una significativa depreciación de la libra.
El déficit comercial no es sólo una medida económica aislada, sino algo que esta íntimamente conectado con el resto de la economía, especialmente el déficit presupuestario. Dado el tamaño del saldo exterior del Reino Unido y la prima de riesgo relativamente baja incrustada en el mercado de bonos del Reino Unido, existe el riesgo de que la debilidad de la libra se acelere y se vuelva desordenada.
El panorama general es que la economía del Reino Unido se vuelva inactiva. Mientras las condiciones financieras se aprieten , el camino por delante se ve muy mal. Las perspectivas del debilitamiento del Reino Unido significan menores retornos para los inversores extranjeros. En consecuencia se espera que los diferenciales de crecimiento económico relativo y la desaceleración en el Reino Unido apunten a una libra más débil de cara al futuro.