La friendzone es
aquella situación en la cual una persona que mantiene una relación de amistad
con otra desarrolla sentimientos más intensos hacia aquélla y quiere pasar a
ser “algo más que amigos.” A menudo,
la otra persona desconoce esta circunstancia acerca de los deseos de su amigo/a
y se encuentra bastante feliz y satisfecha con esa relación de amistad. Como
resultado, la otra parte se siente atrapado/a en la friendzone, incapaz de
realizar esa transición desde “amigos” a “algo más que amigos.”
Estar prisionero en una amistad queriendo algo más puede ser
una situación muy frustrante. A veces este escenario está motivado por deseos
sexuales o románticos en el cual el amigo desea una relación más íntima con la
amiga. Esto les ocurre más a los hombres dado que son más propensos a querer
pasar de la simple amistad con una mujer a algo más serio. Es la friendzone típica que vamos a aplicar
al sector masculino. Por el otro lado, hay amigos que tienen una “relación con beneficios” o “derecho a roce” y uno de ellos quiere,
sin embargo, una relación estable y con más compromiso por parte del otro. Esta
situación, dada la naturaleza masculina, afecta más a ellas que a nosotros. Es
la friendzone típica femenina y que para diferenciarla de la masculina, antes
descrita, vamos a llamar aquí bitchzone.
El banco y tú
El banco puede ser un buen
amigo. Gestiona tu cuenta corriente, domicilia tus recibos, te proporciona
tarjetas de crédito y débito que facilitan tus compras, es capaz de ser un
intermediario financiero eficiente y eficaz, etc… Sin embargo, es el peor lugar
del mundo para encontrar una gestión rentable de tu ahorro e inversión. ¿Qué quieres realmente de tu amigo/a? Sexo,
amor y compromiso. ¿Qué quieres de tu ahorro e inversión? Rentabilidad. Necesitas
esa rentabilidad para crear patrimonio tal y como explicamos aquí.
Por tanto, para él: “tú
no te la vas a tirar ni ella va a salir contigo. Su novio es el Gobierno y sus
amantes las grandes empresas y tú no puedes competir con ellos. No importa lo
fiel que le seas, la cantidad de productos bancarios que le compres (como
depósitos a plazo) o lo mucho que te muestres disponible y anhelante de recibir
sus propuestas. Olvídate, aquí no vas a pillar “rentabilidad.”
Por tanto, para ella: “tú
no eres especial y tú no vas a ser la que lo cambie ni él va a cambiar por ti.
Tan pronto salgas por la puerta de la oficina su atención se va a dirigir a
“otra” y en menos de un minuto ya te habrá olvidado. No importa lo brillantes y
elegantes que sean sus dependencias. Tú sólo eres una más. Así que olvídate tú
también: aquí tampoco pillarás “rentabilidad.”
El pagafantismo
financiero de la clase media
Chico, deja ya de pagarle las copas, de invitarla a cenar y
de escuchar sus problemas con otros tíos. Chica, deja ya de acudir a su
apartamento cuando él te llama, de complacerle en todo lo que te pida y de
estar disponible siempre, incluso cuando te deja plantada. Esta es la clase de
relación enfermiza que la clase media tiene con la banca. Nosotros le llamamos “pagafantismo financiero” y consiste,
básicamente, en hacer el primo/a cumpliendo todos los caprichos de la diva y del bad boy en la creencia de que ésta y éste van a retribuir nuestro “buen comportamiento.”
Bien, eso no va a suceder. En primer lugar porque tú no te estás comportando bien.
Al contrario, eres agradable y solícito/a porque quieres algo de él/ella. En
lugar de actuar como un hombre o una mujer, preguntando y exponiendo qué es lo
que tú realmente quieres te dedicas a malgastar tu tiempo haciendo favores a
alguien que está bien dispuesto/a a recibirlos pero que no tiene la más mínima
intención de retribuirlos como a ti te
gustaría que lo hiciesedado que no
siente atracción o amor hacia ti. El autoengaño y la espera no harán
cambiar las cosas.
Para él: tu comportamiento es sexista porque
las mujeres son personas y no
máquinas expendedoras de sexo que funcionan introduciendo “monedas de amabilidad.” No eres un “buen tío” sino un capullo inseguro que no tiene el valor de ser
auténtico ni el coraje de aceptar el rechazo. No es ella la que te ha metido en
la friendzone. Has sido tú solito porque tu comportamiento es interesado y no
sincero. Despreciando el valor de la amistad femenina la has convertido en un
objeto con teclas sólo apto para ofrecer sexo y romance. Entérate de una vez de
que las mujeres están en este mundo para muchas más cosas. Exactamente, las
mismas que nosotros.
Para ella: los hombre no son máquinas
expendedoras de atención, cariño y amor que funcionan introduciendo “monedas de sexo.” No eres una “buena tía” sino una pringada insegura
que lo considera a él mejor que a ti misma y que espera que los hombres se
comporten como en las películas románticas. Él no te ha metido en la bitchzone.
Has sido tú solita la que ha acabado ahí porque has preferido adaptarte a los
roles que se te han impuesto desde afuera en lugar de pedir en voz alta lo que
realmente quieres y hacer frente a una respuesta que quizás no te agrade
escuchar. Ve pensando que la edad de las cavernas se ha terminado y que cada
vez más los hombres están ya hartos de ser proveedores de seguridad. Entérate
de una vez de que ellos están en este mundo para muchas más cosas. Exactamente,
las mismas que vosotras.
Así que ahora, ¿cuánto te paga el banco por un depósito a
un año? ¿Cuánto te pide a ti por un crédito personal al consumo durante el
mismo período de tiempo? ¿Se parecen en algo las cifras? ¿Cuál de las dos es
más o bastante más elevada? ¿Estás, por tanto, haciendo negocios con alguien en
una situación de más o menos igualdad? Seguro que eres capaz de
responder a estas preguntas por ti solo/a. Entonces… ¿qué demonios haces
buscando rentabilidad y una buena gestión de tu ahorro e inversión en el banco?
Hay más pescado en el
río
Abandona, pues, la friendzone y la bitchzone que sólo existen
en tu imaginación y como excusa para justificar tu fracaso y tus frustraciones.
Empieza a salir y a conocer a otras
personas. Una vez que sabes lo que quieres y has dejado de sentir lástima
por ti mismo/a descubrirás que las alternativas son mejores que lo que tú antes
considerabas “el amor de tu vida.”Comienza tu búsqueda en el lugar apropiado y examina
las opciones que más te convengan.
El banco no está ahí
para conseguir rentabilidad para ti porque ese no es su negocio ni el personal
que trabaja allí sabe cómo hacerlo. El banco está para prestar dinero a largo plazo a “otros” una
vez que te ha vendido sus depósitos a corto plazo por los cuales te paga un
interés más bajo que el que demanda a largo plazo a esos “otros.” Además, a
igualdad de condiciones te trata peor porque el interés anual que exige por un
crédito al consumo es mayor que el que ofrece por un depósito al mismo plazo. Puedes
ser amigo del banco y éste puede ser un buen amigo tuyo siempre y cuando tengas
claro que ahí termina todo. La “rentabilidad” tienes que buscarla en sitios más
adecuados y mejores.
Si perteneces a la sufrida clase media española ahora mismo
es posible e incluso probable que tengas que hacer frente a una hipoteca cuyo
montante es superior al valor de tu inmueble. Además, tienes que pagar, por
otro lado, la factura del rescate bancario dado que el gobierno (el que se tira a la chica, la que sale
realmente con el chico) te ha endiñado analmente una factura, la de la
crisis, que a ti no te correspondía pagar. Por si no te has enterado, estás abonando
las pensiones de muchas personas que han accedido a esta condición en mejores
circunstancias legales de las que tú accederás en el futuro. (Si no te suenan
los términos “solidaridad
intergeneracional” y “factores de
sostenibilidad del sistema de pensiones públicos” vete googleándolos e
infórmate de lo que se te viene encima). Como guinda recuerda que el novio
malote o la diva, esto es, el gobierno-banca, gastan dinero a espuertas. Para
ser más precisos, tu dinero. Como ya habrás percibido los políticos locales son
propensos al despilfarro pero, ¡qué afortunada casualidad!, ahí está el IBI para solucionar sus problemas, que
no los tuyos. Total, adónde va a huir un hipotecado con su inmueble, se habrá
dicho a sí mismo el alcalde. Como puedes ver, a perro flaco todo son pulgas.
Así pues, cornudo/a, apaleado/a, friendzonado, bitchzonada o
como quieras llamarle a todo esto, desde estas líneas sólo podemos recomendarte
lo siguiente: no puedes evitar que te
obliguen a ser un pagafantas pero sí puedes evitar ser de motu proprio un
pagafantas. Afortunadamente para ti, hay más pescado en el río. Coge la
caña y empieza ya a pescar en el lugar adecuado.
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