Me asombra la seguridad que veo en muchas recomendaciones sobre los mercados.
De expertos y noveles. De informados y, de muchos, desinformados.
Parecería que para jugarte tu dinero has tenido que estudiar, pensar y reflexionar mucho, mucho, antes de ejecutar.
Y si haces los deberes vuelves a recordar que paradójicamente cuanto más sabes de algo más cuenta te das de lo que te falta por saber. De que todo es mucho más complejo e imprevisible de lo que puede parecer a primera vista.
Por eso es tan curioso ver internet, y especialmente las redes, llenas de afirmaciones contundentes.
"Compra esto, o aquello"
"El potencial es enorme"
"Esto es el futuro, te lo digo yo (o casi peor, leído en cualquier lado)."
Como más segura sea un afirmación, más debería ser puesta en duda. Como más experto sea tu asesor/consejero o interlocutor más debería hablarte con condicionales.
Cuidado, la marea alta (alcista) lo tapa todo y valida cualquier historia, por ridícula que nos pueda parecer cuando baje el agua. Ahora todo queda camuflado y es más difícil percibir los riesgos.
Todos aspiramos a ser el que no se quemó con el juego de la cerilla.
Pero muchos no lo consiguen. Y se dan cuenta tarde, demasiado tarde.
Puede parecer que siempre es el atrevido quien se queda con el premio. Cuidado, es fácil confundir el atrevimiento con la temeridad.
Y las excusas no van a devolverte un céntimo a posteriori.
La evolución premia a los desconfiados, y los mercados, a largo plazo también.
No lo olvides.
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