La destrucción creadora (I) – Lo que se ve

19 de enero, 2013 3

sofisma. (Del lat. sophisma, y éste del gr. σόφισμα).1. m. Razón o argumento aparente con que se quiere defender o persuadir lo que es falso.

La economía se halla asediada por mayor número de sofismas que cualquier otra disciplina cultivada por el hombre. Esto no es simple casualidad. Las dificultades inherentes a la materia se ven multiplicadas por un factor que resulta insignificante para la Física, las Matemáticas o la Medicina: la marcada por intereses egoístas. [...] Además hay un segundo factor que a diario engendra nuevas falacias económicas: la persistente tendencia a considerar solo las consecuencias inmediatas de una política o sus efectos sobre un grupo en particular, sin tener en cuenta sus efectos a largo plazo y sobre toda la comunidad.

- Henry Hazlitt – “La economía en una lección”

La cita es de Henry Hazlitt, uno de los mejores divulgadores de economía del siglo XX. En concreto, de su libro “La economía en una lección”, que a su vez es una ampliación del ensayo de Fréderic Bastiat “Lo que se ve y lo que no se ve”.

La economía sigue asediada. 160 años después de Bastiat se siguen sucediendo los sofismas que defienden soluciones absurdas a la gran recesión. A menudo, los sofismas son proclamados con buena intención. Pero la buena intención por sí sola no es garantía de que el juicio que se hace sea correcto. Es más, un error escondido detrás de una buena intención es mucho más peligroso. Desde la “Retórica” de Aristóteles sabemos que las buenas intenciones despiertan en nosotros la empatía con la persona que nos cuenta algo. Es lo que Aristóteles denominó “Pathos” (πάθος) y enunció como uno de los tres elementos de persuasión. Los otros dos son el “Logos” (es decir, el argumento en sí que se cuenta) y el “Ethos” (si la persona que lo cuenta nos merece confianza). Muchos de los sofismas que encontramos día a día están cargados de mucha buena intención y generan tal cantidad de empatía que a menudo anulan el espíritu crítico de quien los oye. 

En "El cristal roto" trataremos muchos sofismas actuales, usando generalmente el mismo método que Bastiat. Hablaremos de "Lo que se ve", que con frecuencia nos contará D. Maleconomista Bientintencionado. Y después revisaremos "Lo que no se ve", que encontraremos con un poco de análisis, sentido común.

Vamos allá, pues.

En la entrada anterior de "El cristal roto"  hablábamos de que si los cristales no se rompieran nunca los cristaleros tendrían que buscar un oficio distinto. Y también comentábamos que encontrarían ese nuevo trabajo porque el dinero que antes se gastaba la gente en reponer los cristales rotos, si fueran irrompibles podrían usarlo en “comprar un libro, unos pantalones, una chaqueta, un jersey para el niño o salir a cenar”.

A esto proceso se lo conoce como "destrucción creadora"  : hay empresas, sectores enteros a veces, que desaparecen y son sustituidos por otros. De manera continua hay empresas que cierran porque dejan de ser viables… y son sustituidas por otras. Y digo bien “sustituidas”, porque el cierre de una empresa significa que ya no tiene clientes para los productos que fabricaba o los servicios que proporcionaba. La gente ha decidido libremente gastar su dinero en “otras” cosas (los “sustitutos”).

Sin embargo, la destrucción creadora es víctima habitual de sofismas que esconden la verdad. Veamos un ejemplo.

[Inicio. Tómese un momento para entrar en situación]

[Telediario] Presentador narra la noticia de una empresa muy conocida que está en graves dificultades económicas. Sus productos se venden cada vez menos. Aunque son un “clásico” que lleva décadas en el mercado, casi nadie los compra ya. En cierto modo, se han quedado anticuados. El progreso, el mundo acelerado en que vivimos, se ha cebado con ella, y con sus centenares de trabajadores que están en riesgo de perder su trabajo.

D. Maleconomista Bienintencionado, entrevistado al respecto, propone que el gobierno ayude a la “emblemática” empresa a salir adelante.

- No puede consentirse que un icono de nuestras vidas desaparezca, engullida por el capitalismo salvaje, fagocitada por el monstruo insensible de los mercados – argumenta vehemente. – El gobierno debe actuar de una vez e impedir que estas buenas gentes se queden sin trabajo – exige cargado de buena intención.

El presentador cierra la noticia con algún comentario adicional alentando a que estas cosas no deberían pasar y que es necesario encontrar una solución

[Fin]

Seguro que la destrucción creadora ya no le parece tan bien, o al menos le han surgido dudas. Hay una gran carga emocional en estas situaciones. Seguro que usted no desea el cierre de la empresa ni que centenares de personas se vayan al paro. Ni usted ni nadie, se lo aseguro.

Pero ¿acaso hay algo que no hemos tenido en cuenta hasta ahora? "Lo que se ve" es que una empresa va a cerrar, que centenares de personas van a ir al paro, y que existe la posibilidad de evitarlo. ¿Hay algo “que no se vea”?

Como en las series de televisión, lo veremos en el siguiente capítulo. Aunque seguro que usted intuye ya, como hacía nuestro panadero Juan Pérez, que hay algo que no encaja  que quizá no se ve a primera vista.

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