A la hora de evaluar empresas innovadoras, algunas veces me encuentro con un problema, y es, ¿cómo evaluar la inversión en I+D? En buena medida son inversiones para generar futuros retornos y no son esenciales para mantener las operaciones a corto/medio plazo, lo que las situaría en las inversiones y además en inversiones de crecimiento, no de mantenimiento . Por otro lado, no necesariamente van a generar algo de valor, y muchas de estas inversiones acaban en la basura. Para poner un poco de orden en esto, voy a abordar un par de cosas que he aprendido en el análisis de FAES Farma, sobre cómo se registran contablemente estos gastos y lo que opino sobre cómo tenerlos en cuenta.
¿Cómo se contabilizan los gastos?
El primer paso a la hora de ver cómo lidiar con la contabilidad de I+D de una empresa es leerse sus políticas de contabilidad (Nota 3, Principios Contables y Normas de Valoración Aplicados). Sí, esa pila de páginas justo después del balance, la cuenta de pérdidas y ganancias y los flujos de efectivo en la que se nos explica cuales son los criterios contables contiene información útil. Cada empresa tiene su propia política de contabilidad, pero la esencia, en el caso de la investigación, es bastante similar.
En primer lugar, toda la inversión en I+D se contabiliza en la cuenta de pérdidas y ganancias como gasto en todos los ejercicios. Los gastos de salarios están con el resto de salarios de la empresa, al igual que los de suministros y demás. La única excepción a esto son las inversiones en instalaciones de investigación, que se contabilizan como inversión, igual que el resto del inmovilizado. Esto hace que, al contrario que en otras empresas, en las empresas farmacéuticas tenemos buena parte de la inversión está en la cuenta de resultados. Eso sí, la mayoría de las empresas farmacéuticas tienen que realizar inversiones industriales además de inversiones en I+D, ya que en muchas ocasiones la producción de medicamentos depende de estas mismas firmas, así que esto no nos exime de mirar los flujos de caja de inversión.
¿Y los resultados positivos?
Entre otras cosas no nos exime de ello porque, como es lógico, estas políticas de contabilidad incluyen la posibilidad de registrar, positivamente, en la cuenta de resultados los resultados positivos de investigación mediante la cuenta de trabajos realizados por la empresa para su activo. Los trabajos reconocidos mediante esta cuenta se añaden a la base de activos de la empresa como inmovilizado intangible, en la cuenta de Gastos de desarrollo en curso. Hay que tener cuidado, no obstante, pues no son los únicos importes que pueden ir a esta cuenta ni todo lo de esa cuenta tiene por qué ir directamente a los gastos de desarrollo.
En este punto hay que tener presente algo bastante importante: normalmente estos importes empiezan a registrarse antes de la aprobación de los medicamentos, aunque sí que suele ser cuando las diferentes fases clínicas están muy avanzadas. El criterio que se sigue es propio de cada empresa, y normalmente requiere unas posibilidades muy altas de que el producto salga al mercado. Hay que tener presente que es una posibilidad, y de hecho hay algunos ejemplos importantes. Por ejemplo, Pharma Mar en 2015 paró el desarrollo de uno de sus compuestos, generando un cargo por deterioro en la cuenta de resultados individual de 78 M € (por alguna razón, no encuentro ese cargo en las cuentas consolidadas del grupo pero sí en las individuales… la verdad es que la contabilidad de Pharma Mar es un poco confusa para mí, tampoco el balance consolidado registra todos los activos intangibles por desarrollo del individual, cosa que se me escapa).
Esto deja de ser así cuando se inicia la comercialización del producto. En este momento, los activos se traspasan de la cuenta de Gastos de desarrollo en curso a la cuenta de Patentes y marcas, se le aplica una vida útil y se empiezan a hacer cargos de amortización contra este activo. Curiosamente, estamos aplicando cargos de amortización a algo que ya ha pasado por la cuenta de ingresos y gastos, por lo que hacemos que, cuando se alcanza este estado, se esté generando más flujo de caja del que vemos en la cuenta de resultados, lo que contrasta con los cargos de amortización de inmovilizado (recordemos que las inversiones en inmovilizado no pasan por esta cuenta).
El efecto fiscal de la inversión en I+D
Además, hay que tener presentes los beneficios fiscales de la inversión en I+D. Bajo la legislación española, la inversión en I+D genera deducciones del 25% del gasto total como norma general, incluyendo amortización de inmovilizado (sin incluir terrenos y edificaciones). Esta capacidad de deducción se registra como Activos por impuesto diferido en el balance, y se refleja en la cuenta de pérdidas y ganancias en el resultado por impuestos. Esto hace que, en algunos casos, pueda haber grandes diferencias entre los impuestos que vemos en la cuenta de resultados, y el pago real que se hace a las administraciones. Hay tres casos en los que este efecto puede distorsionar nuestra visión de los resultados.
El primer caso es que, en el caso de estar desarrollando una importante actividad de inversión en I+D, la adición de activos compensables en futuros ejercicios puede ser tal que distorsione mucho el epígrafe de gastos e ingresos por impuestos en la cuenta de pérdidas y ganancias, siendo muy inferior al pago real de impuestos que aparece en los flujos de efectivo. Este nos lo encontramos en FAES en 2013, por ejemplo, ya que encontramos un gasto por impuesto de 1,6 M €, mientras que la salida real de efectivo fue de 4,3 M €.
El segundo caso es el opuesto: ahora se están recogiendo los beneficios de la investigación y se están usando los activos por impuesto diferido anteriores para pagar menos. Lo vemos en FAES en 2016, con un gasto de 9,5 M € pero una salida de caja real de solo 3 M €.
¿Las gallinas que entran por las que salen, como se suele decir? Bueno, no siempre. Existe un tercer caso, que es el de haber realizado un gran gasto en I+D pero no tener un flujo de beneficios que permita aplicar las deducciones… hasta que se tiene. En ese caso, normalmente no se dan de alta como activos los derechos generados, pero suele verse en la memoria cuales son las bases pendientes de registrar como activos. De nuevo, nos encontramos con el caso de Pharma Mar. En el caso de que este grupo empezara a generar unos beneficios importantes, estos se verían aumentados por la adición paulatina de 170 M € pendientes de registrar como activos por impuesto diferido.
Esto último no sólo pasa en I+D, sino en empresas con pérdidas importantes durante años. Eso sí, en I+D hay una ventaja, y es que hay más años para compensar estas bases (18 en lugar de 15), así que si se prevé que una empresa con este tipo de activos entre en beneficios… bueno, quizás sea el momento de entrar en ella.
Artículo en su sitio de publicación original: La contabilidad de la inversión en I+D