Así titulaba hoy un diario de tirada
provincial una noticia en la cual se trata el tema de la lluvia de
millones que la lotería de El Niño ha dejado en el barrio alicantino de
Benalúa.
Lo que me ha llamado poderosamente la
atención es el texto que acompaña a la fotografía incluida en la noticia.
Textualmente “Folletos publicitarios de
un despacho de abogados y asesores fiscales en un comercio de Benalúa”.
Abogados y asesores fiscales anunciándose en la panadería de la esquina y metidos a
asesores financieros y gestores de patrimonios, al calor del incremento en los
saldos de los vecinos de la zona.
Muy probablemente estos despachos no
conocerán que podrían actuar al margen de la legalidad en caso de asesorar y
gestionar el patrimonio de sus “nuevos” clientes, ya que este tipo de actividad
está reservada a empresas registradas en la CNMV, ya sean EAFI o Agencias y
Sociedades de Valores.
Por otro lado, el cliente confiará en su
asesor de toda la vida, que podrá saber mucho de presentaciones de impuestos y
depósito de cuentas anuales, pero con una alta probabilidad desconocerá el devenir
de los mercados financieros, y lo que es una distribución de activos que se
precie.
Volvemos a lo de siempre. Una cultura
financiera baja unida a profesionales que
saltan de un sector a otro a la más mínima oportunidad de negocio.
Combinación letal.