Mi padre tiene cáncer. Tener cáncer
no es un hecho excepcional de la vida. Uno de cada tres hombres y una de
cada cuatro mujeres lo padecerán a lo largo de su existencia. Hace
menos de un año esta enfermedad, como los accidentes de circulación y
otros eventos desafortunados, eran tan sólo “cosas que les pasaban a los
demás.” Mi interés por el tema era limitado. Mi actitud hacia quienes
lo padecían se ceñía a expresar pena y un sincero deseo en aras de una
pronta recuperación. Cierto es que lamentaba su desgracia pero mi vida
continuaba y mi sueño no se perturbaba por las noches. Ahora el cáncer
es mi problema y las cosas que antes les pasaban a los otros también me
pasan a mí.
Decisiones basadas en la independencia financiera
Por motivos laborales es muy
probable que dentro de pocos meses tenga que desplazarme lejos de donde
mis padres residen. No obstante, tengo la suerte (o el privilegio) de
tener un trabajo que me permite solicitar excedencias temporales largas.
Por ejemplo, dos años. La mayor parte de las personas en España no
pueden permitirse el lujo de dejar de trabajar durante dos años sin
recibir ningún tipo de renta, puedan o no hacer uso de una excedencia.
La falta de fondos suficientes o el pago de la deuda hipotecaria o el
tipo de trabajo que desempeñan o todo a la vez se lo impiden.
Afortunadamente no es mi caso.
La enfermedad de mi padre está por
ahora bajo control y luchamos sin tregua para que remita. Sin embargo,
el cáncer puede ser una dolencia larga y la situación bien pudiera ser
la contraria. En tal caso, a mi familia le soy útil con ellos y no a
distancia. Cerca puedo ayudarles. Lejos puedo hacer mucho menos. Si esa
situación se diera lo más probable es que abandonara temporalmente mi
empleo para ayudar en casa. No sería una carga económica para mi familia
porque podría mantener mi nivel de vida actual. No habría ningún tipo
de conflicto. Lo que es importante y tiene valor para mí podría hacerse
sin gran menoscabo para mi salud financiera.
Es uno de los principios que
inspiran este blog recalcar la importancia que puede tener para nuestras
vidas la adquisición paulatina de un mayor grado de independencia
financiera porque ésta constituye la vertiente material de nuestra
libertad individual. La inversión como medio para lograrla es un camino
tan bueno o tan malo como cualquier otro. Tan legítimo es usar este
instrumento para adquirir un automóvil de gama alta o un bolso de Gucci
como dedicarlo a fines altruistas y solidarios. El valor subjetivo que
para cada uno tiene algo varía de un individuo a otro de manera
extraordinaria. Bien es cierto que consideramos ciertas cosas como más
valiosas que otras dado que les atribuimos un fin más noble o elevado.
Pero eso no prejuzga en absoluto las preferencias individuales de cada
persona.
Desde nuestro punto de vista, no
obstante, si por algo puede ser importante el dinero es porque compra
tiempo. Y muchas veces tiempo es lo que más falta nos hace.
Distintos tipos de cáncer
El cáncer de la deuda. El combustible
que hace crecer las células tumorales es el azúcar. Así lo demostró el
premio Nobel Dr Otto Warburg. Consumimos una media de 70kg de azúcar al
año. Probablemente 10 veces más de lo que nos conviene.
El crédito es la glucosa que
proporciona energía a la actividad económica. Nuevas ideas y proyectos
no podrían salir adelante sin ella. La inversión precisa del ahorro y de
su canalización desde las unidades con superávit de capital hacia las
unidades con déficit. La inversión con base en el ahorro real tiende a
producir un crecimiento sano de la economía. Pero al igual que con el
azúcar, el exceso de crédito puede resultar mortal. No es casualidad
que, pese a que cada crisis tenga sus propias características,
encontremos en la expansión artificial del crédito un denominador común.
No nos engañemos, a la hiperglucemia burbujera siempre le sigue la
hipoglucemia recesiva.
El subidón que provoca esta
“sustancia” contamina a gobiernos, instituciones y ciudadanos. Anula la
capacidad de realizar análisis razonables de expectativas futuras e
induce a la adopción de decisiones financieras suicidas. Apela a algunos
de los más bajos instintos de nuestra naturaleza como “algo a cambio de
casi nada” o “yo me lo merezco todo y, además, ahora.” Muchos
ciudadanos deambulan víctimas de este resacón que aparenta no tener fin
pero cuyo origen se esboza en los experimentos de los bancos centrales
manipulando el tipo de interés y en la siniestra simbiosis entre sistema
bancario y políticas expansivas del gasto público. Todo ello aderezado
con incentivos perversos de naturaleza legal fruto de un legislador
compulsivo y cortoplacista.
El cáncer de los malos hábitos. El
alcohol y el tabaco (30%) así como la dieta (35%) son señalados por los
investigadores como algunos de los agentes medio-ambientales que
favorecen el desarrollo de este mal.
No ahorrar es sin duda un pésimo
hábito. Mantener con regularidad un nivel de gastos superior al de
ingresos también. Independientemente de que para adquirir una vivienda
sea necesario la mayor parte de las veces contraer una hipoteca, lo
cierto es que hacerlo a niveles de ingresos futuros que no son
razonables y apoyándose en el perpetuo mantra de “los bienes inmuebles
siempre suben de precio” por mucho que tal letanía tenga poco apoyo
lógico y desde luego casi ninguno histórico constituye de por sí otro
hábito del que es mejor prescindir. Dramáticamente, la niebla que
produce la burbuja conduce a su vez al mantra posterior de “en aquel
momento tenía lógica.”
Pero el peor de los hábitos es la
ignorancia y la desinformación. Dedicar largas horas a qué vehículo
comprar, a qué colegio enviar a los niños, qué ropa ponerse y otro largo
etcétera de cosas tan o más importantes que las anteriores pero, sin
embargo, despachar la planificación financiera presente y futura a medio
y largo plazo en una especie de rueda de la fortuna de depósitos
bancarios sin posibilidad alguna de obtener una rentabilidad digna de
ser llamada como tal es, de nuevo, un mal hábito. Trabajar para el
dinero sin que éste trabaje para uno mismo y empatizar con la psicología
del timador engorda aún más la lista de los malos hábitos causantes de
cáncer financiero.
El cáncer del estado. La obesidad es
otro de los factores medio-ambientales que coadyuva al desarrollo de
esta plaga. Donde hay acumulaciones de grasa cuyo origen se encuentra en
el abuso de azúcar y alimentos con índice glucémico alto u otros
factores puede también aparecer el cáncer.
El estado obeso e hiperglucémico
devora insaciablemente el patrimonio de la clase media. La brutal
sodomía fiscal aplicada por el actual gobierno para socializar las
pérdidas de la banca y mantener intacto su mastodóntico cuerpo resulta
simplemente aterradora. Los ciudadanos respetan en su mayor parte la ley
y cumplen con sus obligaciones. Convertidos en pagafantas y paganinis
de turno reaccionan indignados al principio para terminar finalmente
resignados de manera estoica ante la cadena interminable de tropelías
tributarias que se suceden sin visos de terminar jamás.
La maldad exige un aporte de
inteligencia que nuestros políticos no tienen. Individualmente
considerados qué duda cabe de que tontos no son. Ahí están, han llegado a
ministros o diputados o alcaldes o, los más afortunados, senadores y
eurodiputados. Vida resuelta y pensiones de ensueño. Jubilación con
libro de memorias y turismo de conferencia. Algunos, grandes
profesionales, terminan sus días en los consejos de administración de
las empresas que en el pasado han padecido y disfrutado de sus
regulaciones. Quizá debieran abstenerse estas compañías de emplear los
servicios de tan egregios personajes porque bien pareciera que la
gestión no es lo suyo. Algún “malpensado” dirá que no van allí a
gestionar nada sino a aportar su conocimiento acerca del laberinto
burocrático que previamente han creado o porque conocen gente que conoce
gente o peor aún, para cobrarse antiguos favores. Uno a uno, el más
tonto de todos ellos hace relojes.
En grupo, sólo son inútiles e
ineptos. Incompetentes hasta la náusea. Incapaces, por cobardía que no
ignorancia, de explorar alternativas que no pasen al 100% por socializar
pérdidas y privatizar ganancias. Adictos al incentivo perverso que se
retroalimenta una y otra vez, no cesan de insultar la inteligencia del
ciudadano, incluido el que les vota, en asuntos de enorme influencia
para el bienestar público tales como las pensiones. Impotentes y
estériles para emprender reformas de calado que perduren en el tiempo y
basadas en principios destacan, en cambio, por su incontenible
satiriasis en cuanto a parir parches normativos para salir del paso y de
globos-sonda informativos para calibrar la reacción del pacífico y
manso ciudadano.
Este cáncer que no para de gastar,
sembrador de “riesgos morales”, obeso mórbido en todas y cada una de las
administraciones, capitalista de amiguetes, no cesa de amenazar una y
otra vez al bienestar financiero y patrimonial de la ciudadanía. Este
ente deforme, pilotado por políticos que parecen estar dotados de más
“genes egoístas” que el resto de los mortales si nos atenemos a la
dificultad con la que se extinguen y a la facilidad con la cual se
reproducen y perpetúan, prefiere sin ningún género de dudas una sociedad
subsidiada que una sociedad de propietarios. O lo que es lo mismo, una
sociedad de esclavos que votan nominalmente como hombres libres cada
cuatro años que una sociedad de hombres libres de verdad. Le prefiere a
usted lo más dependiente posible de su caridad.
Por favor, no nos ayudéis más. Ya
hemos tenido bastante. Algunos estamos dispuestos a seguir pagando
vuestros privilegios con tal de que no hagáis nada más.
Una sola razón de peso para dedicar un poco de tiempo a su cultura financiera
Aprendí a invertir y adquirí cultura
financiera movido por muchas y variadas razones. Entre ellas, el
hartazgo de ver cómo personas ahorradoras, trabajadoras y respetuosas de
la ley como mis padres y amigos eran saqueados una y otra vez sin ápice
de piedad por el gobierno y grupos afines.
Personalmente, puedo hasta aguantar
que en cualquier administración pública tuteen a mis padres. Que lo
hagan los empleados del banco, especialmente quienes ejercen labores
comerciales, como si vinieran de tomarse un calimocho con ellos y fueran
colegas de toda la vida, ya me empieza a molestar. Pero lo que de
verdad, de verdad me sitúa al borde del abandono de los usos y modos
habituales en el mundo civilizado para mostrar disgusto y desacuerdo es
tan sólo pensar que mi madre no pueda entrar en un supermercado en el
futuro y adquirir lo que necesita o desea. O que no pueda seguir yendo
de vacaciones tres o cuatro veces al año si así le viene en gana.
Ver en el rostro de mis padres un
solo ápice de inseguridad y miedo hacia el porvenir debido a la absoluta
negligencia del gobierno para garantizar al 100% que el último período
de sus vidas no se verá afectado por ningún tipo de circunstancia
extraña, como por ejemplo que su pensión no se revalorice lo mismo que
el IPC, no entra dentro de mis planes. De hecho, al inicio de la crisis
nos encargamos de cambiar la gestión del ahorro familiar hacia otras
alternativas más seguras y rentables que las ofrecidas por banca y
gobierno. No porque no nos fiáramos de nuestro benigno estado benefactor
sino por si no debiéramos fiarnos. Claro.
Con el dinero podemos hartarnos de
comprar toneladas de cosas inútiles que apenas usaremos y que quizá nos
hagan felices o no. Todo aquello que se pueda lograr mediante el dinero
de forma pacífica y sin daño a terceros usando la cooperación y la
voluntariedad en los intercambios es legítimo. Pero a las personas nos
mueven muchas otras cosas: la familia, la amistad, los desafíos, el
ansia de superación, el altruismo, las causas que son importantes para
nosotros… Todo aquello que es realmente importante y trascendente en
nuestra vida no se alcanza con el dinero.
La importancia absoluta del dinero
radica en su capacidad para remover obstáculos que se interponen en la
búsqueda de nuestra felicidad. En mi caso, acompañar a mi padre, si así
lo requiriese la situación, durante su enfermedad. La importancia
relativa del dinero se halla en que el problema de fondo, el cáncer, es
irresoluble por el simple hecho de tener cierta independencia
financiera. Si tuviera la oportunidad de elegir entre la pobreza
personal más absoluta y la curación absoluta de mi padre elegiría sin
ningún género de dudas la primera opción. Ojalá fuera así pero la vida
no ofrece esas elecciones. Lo que sí ofrece es la posibilidad de estar
medianamente preparado o lo mejor preparado posible para hacer frente a
las adversidades que de vez en cuanto a todos nos acechan.
Mi padre tiene cáncer. Quizá necesite
en el futuro que yo esté a su lado. Y así será. Lo decidiré yo. Yo
tomaré esa decisión. No lo hará el gobierno. Ni el banco. Lo haré yo.
Lamento mucho tu situacion David.
El articulo es BRILLANTE Y DEMOLEDOR.
Lo peor para los que hemos ENTENDIDO como funcionan los procesos de mercado (las preferencias subjetivas y temporales, los acuerdos/contratos voluntarios, etc .....) y la importancia de que el mercado sea libre (en su mas amplio sentido no solo en el mercantil/pecunario) es que vemos o percibimos como en el campo de la medicina se estan retrasando, no aparecen o aparecen con baja calidad, o a muy alto precio, o con absurdas barreras de acceso, remedios y tratamientos.
Cuando uno es consciente de todo lo tu que has expuesto aqui, no ya por haberlo leido o aprendido, si no como digo por haberlo ENTENDIDO y ves a tu alrededor familiares y amigos que ademas de otras calamidades comienzan a padecer directa o indirectamente este tipo de enfermedades, la desazon e impotencia al ver, no que podria evitarse, si no que incluso muchas de ellas podrian estar erradicadas o reducidas a sus minimos y menos nocivos efectos es cuasi insoportable.
Y a pesar de eso nos vemos obligados a luchar para no perder nuestra fortaleza, a renovar cada dia nuestras ganas de vivir y ser felices para poder seguir dando lo mejor de nosotros a la gente que mas nos importa especialmente en estas circunstancias.
Recibe un fuerte abrazo y mis mejores deseos.
Hola Francisco.Gracias por tus palabras.
La medicina preventiva es la gran asignatura pendiente de nuestra sanidad, tanto pública como privada.
Recibe también un fuerte abrazo.
Buenos días David,
Darte todo el ánimo posible y la fuerza para poder superar esta enfermedad.
Un Saludo
Gracias por tus mejores deseos donadoli. Un saludo.
Cómo ya te indica otro contertulio en el primer comentario: BRILLANTE Y DEMOLEDOR
Desde luego, sin ninguna duda.
Lo siento por tupadre (al que deseo sinceramente la mejor recuperación posible) y me alegro por tí al mismo tiempo porque puedas disponer de posibilidades de actuación no limitadas por políticos, banqueros, empleadores ni nadie)
Un alentador y admirado saludo
(Si necesitas algo de info médica aquí me tienes, por privado lógicamente)
Hola Jose Luís. Muchas gracias por tus palabras y por tu generoso ofrecimiento. Creemos que esto va a ser una carrera de fondo más que un sprint. Un saludo.
David, ante la situacion que nos cuentas quiero recomendarte un gran libro , el titulo puede desorientar pero el libro es magnifico y sin duda ayuda en situaciones complicadas como la que describes, el libro que te recomiendo es : el arte de no amargase la vida, no es un libro de autoayuda , es un gran libro y creo su lectura te aliviara el pesar en la situacion actual.
Hola Eduardo. Somos optimistas. Gracias por la sugerencia. Recibe un cordial saludo.
David, siento lo de tu padre, me imagino por lo que estarás pasando ya que yo también lo sufrí con mi mujer.
Deseo que lleve el tratamiento bien y todo salga bien.
Respecto a lo del consumo de azúcar y harinas refinadas mi mujer también redujo su consumo y efectivamente he leído muchos libros donde da fe de ello, pero te daría un consejo que no recurrieras como hice yo en desaprensivos curanderos que no te solucionan nada.
Yo ahora estoy sin trabajo pero sin necesidad por el momento de trabajar. El ERE de la empresa llego a tiempo por lo que tengo unos ahorros para sacar a la familia adelante sin problemas.
Coincido contigo en que el estado nunca te va ha solucionar los problemas, si no llega a ser porque siempre he sido ahorrador lo tendría mas que negro hoy día.
Te dejo 2 títulos de los muchos que me he leído sobre la alimentación en relación al cáncer por si te puede ayudar.
La biblia contra el cáncer---- David Khayat
Anti Cancer ---------Dr.David Servan-Schreibe
Suerte espero que todo vaya bien
Hola Carlos. Gracias por tu apoyo. Tengo los libros. Para bien o para mal mis lecturas se han ampliado últimamente. Un saludo.
Quisiera sumarme a los comentarios anteriores, además el artículo es magnífico.
Como bien dices no hay que perder el optimismo, ya que es la única forma de hacer lo mejor, lo mejor que se pueda, y seguir adelante.
Viví una experiencia muy trágica, hace ya catorce años, me cambió la vida, me gustaría haber tenido en esos momentos la madurez y la sabiduría que he visto en este escrito.
¡Cuanta razón tienes!
¡Mucho ánimo y un cordial saludo!
Hola Lluis. Gracias por tus palabras y mis condolencias por tu trágica experiencia. Un abrazo.
Que no te abandone nunca la fuerza y decisión que transmiten tus palabras! Os deseo lo mejor.
Un abrazo
Gracias Ramón. Un abrazo a tí también.
Impresionante artículo, David.
Lo considero algo novedoso como llamarlo prosa ensayístico-periodístico poética. Es poesía porque tu texto está cargado de sentimientos, y de traspasar al papel en descarga tus sentimientos.
El contenido es épico. Yo no hubiera sabido reducir y resumir tan bien la verguenza de un sistema fraudulento, caduco y a la deriva.
No sé la edad de tu padre ni el tipo de cáncer, ni la gravedad de éste. Mi padre murió de cáncer en 1997 exultante, 'in the shoulders of the giants'. Alto ejecutivo de una multinacional, contribuyó a la seguridad social como asalariado, en el esquema de ponzi que son las pensiones públicas, y hasta un 56% en el último tramo del IRPF con Felipe Gonzalez. Cuando enfermó, y murió fulminantemente, yo, ya muy joven tomé conciencia de la estafa que representa el Estado.
Al Estado le interesan los cancers, el tabaco, el alcohol, y que no se resuelva la raiz del mal oncológico. La mayoría personas con cáncer que fallecen lo hacen a partir de los 50 anos, cuando ya han cotizado toda su vida. El dinero que se ahorran en pensiones es descomunal, mientras el Estado haa estado saqueando al ciudadano toda su vida.
Deseo el mejor tratamiento y recuperación para tu padre. Aprovecha para acompanarlo.
Gracias por tus palabras carlosgustavo. Lamento lo de tu padre. Un saludo.
Los bien pensados, los estatistas y los desinformados dirian que eres un comspiranoico.
Pero es asi de cierto, los politicos, no dan puntada sin hilo - para aprobecharse de nosotros claro esta -. Y de forma refinada, sin que se note o incluso que parezca que nos estan haciendo un bien.
El polit-buro puede ser tan sumamente abyecto, que, como indicas, llega a calcular nuestra existencia en funcion de los ingresos/gastos que deben mantener vivo al leviatan (el estado, ellos mismos) pero por supuesto no a nosotros si consideran que ya no les hacemos falta. Y por eso no cejan en su empeño de querer controlar nuestra esfera personal, INCLUSO, nuestra salud.
http://www.youtube.com/watch?v=aAyFgb0R6tE
(Mutatis mutandis, sustituid la tematica sobre los impuestos por cualquier otra como la que nos atañe, la salud, y el discurso y la advertencia de Godfrey Bloom siguen siendo validos)
Me llamarán lo que quieran, aunque me da igual. Que continúen en la inopia creyendo que el Estado cuida de todos bajo ese anestésico que se llama estado del bienestar, para rebautizarlo verdaderamente como el bienestar del estado.
El Estado NO es tu amigo, ni tu padre, ni tu abuelo. Al Estado le interesan los ciudadanos igual que a las pulgas le interesan los perros.
Ahora toca decir que Messi esconde 2 millones de euros en un 'paraíso fiscal' del Caribe de sus derechos de imagen. Antes le tocó a la Lola, a Arantxa... Es la cortina de humo de los verdaderos ladrones, estafando millones de euros como si nada: mira pa Valencia, y te corres del terror que da aquello.
Manejar un Estado es parecido a una empresa, con la gran diferencia que tienes barra libre de entrada de capital via impuestos, deuda pública o operaciones a mercado abierto de tu banco central. Evidentemente, se calculan ingresos y gastos, la cuenta de resultados, y como optimizar con creatividad contable. La pensiones son el gasto N.1 de los Estados.
Queda claro, que lo que le interesa a Montoro (aunque el próximo será igual de mezquino) y a sus secuaces, que lo que se quiere es que hayan cuanto menos abuelos mejor??? (generador de un recorte en sanidad y pensiones descomunal, ya que son ellos la gran base de esa partida de gasto).