"Keynes no ha muerto y es... constructor" es el título que me ha parecido más apropiado para iniciar un artículo sobre la propuesta de las constructoras para que el Gobierno ponga en marcha un plan de infraestructuras que permita crear empleo y, de paso, les permita embolsarse unos milloncejos.
Las grandes cifras
Las grandes constructoras, a través de SEOPAN (Asociación española de empresas constructoras), han propuesto al Gobierno la creación de un Plan Extraordinario de Inversiones en Infraestructuras. Este anuncio se ha realizado en una rueda de prensa que se celebró ayer por la mañana. La cifra ascendería a apenas una propinilla de unos 65.835 millones de euros para la legislatura 2016/2019. Vamos, el coste de un café en cualquier bar del país.
Se habla de las virtudes para el empleo y la necesidad de infraestructuras para no perder competitividad (déjà vu, ¿Plan E?). Pongamos sobre la mesa las cifras de creación de empleo. Se menciona una creación de 1.023.000 empleos pero realmente, si leemos más adelante en el informe, encontraremos una cifra más acorde a la realidad, 256.000 puestos de trabajo a tiempo completo.
Propósito
En realidad, más que propósito deberíamos hablar de ventajas para el país ya que el objetivo que busca cualquier individuo, empresa u organización empresarial no es otro que su propio beneficio. Pero, obviando esta perogrullada, se puede concluir que este plan tiene por objeto la creación de empleo y la mejora de la competitividad así como un crecimiento mayor de la economía al representar a un sector con una importante contribución en términos de PIB y del mencionado empleo.
Es cierto que nos encontramos en niveles de actividad bajos en este sector en relación a la media de los últimos años pero no es menos cierto que han transcurrido muchos años en que nos encontrábamos por encima de la media y no es necesario forzar una vuelta a la media sólo por el hecho de que a algunas empresas les venga bien.
Concretando, el informe afirma categóricamente que se precisa una mejora de las conexiones de ferrocarriles, mejora en los accesos ferroviarios a los puertos, terminales logísticas y adaptación de ejes ferroviarios de la red convencional al tráfico exclusivo de mercancías. Con estas infraestructuras, se estaría potenciando el sector logístico español dentro de Europa para la distribución intercontinental de mercancías. Fuera del ámbito de "Logística e Intermodalidad", la lista comprende infraestructuras de acceso a núcleos urbanos, mantenimiento de carreteras e infraestructuras de educación y sanidad. Por último, si pasamos del área de "Equipamiento, accesibilidad y conservación" a "Agua", encontramos propuestas de infraestructuras de depuración (tratamiento de aguas residuales), regulación y distribución, y gestión de sequías/inundaciones.
Algunos elementos mencionados en la pantalla que se encuentra más abajo parecen responder a otra realidad con un crecimiento económico continuado y unos niveles de paro muy bajos. Igual soy el único que piensa que los asfaltos ecológicos, ampliaciones no previstas o mejoras prescindibles no se encuentran entre las prioridades teniendo en cuenta recortes como los de sanidad o subidas de impuestos, impuestos que tardarán en adecuarse a niveles previos a la crisis.
Aspectos financieros
Después de años de crisis, la aprobación del Fondo Europeo de Inversiones Estratégicas con una dotación de 315.000 millones de euros por parte de la Comisión Europea con objeto de impulsar la inversión pública. una expansión cuantitativa que estimula el crecimiento abaratando la financiación pública y una mejora de las previsiones de crecimiento para España gracias a las exportaciones se consideran claves para hacer viable un mayor gasto. Se menciona que la economía crecerá adicionalmente 0,4 puntos del PIB por cada punto porcentual del PIB invertido en infraestructuras el año precedente. Hasta aquí la publicidad.
En mi opinión, la experiencia nos demuestra que el gasto por el gasto en infraestructura sólo nos conduce al despilfarro, Plan E. El gasto debe ser racional y coherente con los objetivos de crecimiento. La financiación barata, unas perspectivas de crecimiento mayor o unos recursos disponibles por superávit no son razones suficientes. Especialmente peligroso me parece tanto gastar porque es barata la financiación, la realidad de una crisis económica con un país endeudado debería ser suficiente para hacernos reflexionar a este respecto, como un cuento de la lechera donde tomamos nuestras decisiones en base a un brillante futuro. Invertir sí, por supuesto, pero en lo necesario.
Inversión privada y a vueltas con las subvenciones
En un momento dado del informe, vuelven a mencionarse las subvenciones a los que otros sectores, como el automovilístico, parecen estar abonados. La eficiencia energética en edificación (rehabilitación) se encuentra en el punto de mira del sector de la construcción. Y, convenientemente, nos comparan con Alemanía, un país frío (necesidad de aislamiento térmico) y con una situación económica mejor y unos recursos infinitamente mayores. No voy a detenerme a analizar el número de empleos generados por esta actividad, baste decir que por cada 62.500 euros invertidos se crea un puesto si nos creemos las cifras facilitadas en el informe.
Mi sincero parecer es que no debiera ser una prioridad este área teniendo en cuenta la coyuntura actual de bajo precio de commodities energéticos y los bajos recursos disponibles para el país. Priorizar, priorizar y priorizar debe ser la máxima.
Conclusión
Creo que debemos pensar en las necesidades que tenemos y priorizarlas. Si, actualmente, el sector exportador y el sector turístico están sosteniendo la economía del país debemos hacer todo lo necesario para fomentar y ayudar a desarrollar estas dos actividades, además de cualquier otra que suponga una mejora competitiva e impulse nuestro crecimiento. Creo que el Plan de Infraestructuras planteado por el sector de la construcción recoge los intereses de dicho sector, lo cual es completamente lógico y legítimo. Esto no significa que algunas de las propuestas no deban ser evaluadas ni que exista cierta conveniencia en la implementación de algunas de las propuestas. Aunque me pregunto pero, ¿eso no lo había arreglado el Plan E? Está muy bien tener cubiertos de marfil cuando no tenemos dinero para comprar alimentos, ¿verdad?
Si he de ser sincero, todo esto me recuerda al Plan E o, también, aquella propuesta de crear más empleo público con el fin de reducir la tasa de desempleo. Si fuera tan fácil crear empleo, ¿no sería mejor que todos fuésemos funcionarios? Y, en ese caso, ¿quién crearía la riqueza necesaria para sostener ese funcionariado sin empresa privada? Yo soy el primero en apoyar la construcción cuando está justificada pero pretender volver a un modelo económico basado en la construcción y financiado con fondos públicos en un momento en que se nos han recortado sueldos, derechos y bienestar me parece poco menos que suicida. El despilfarro no es la solución. El gasto ha de hacerse cuando reporta beneficios palpables y no con la justificación de crear empleos temporalmente y subvencionados por gasto en obras. La ineficiencia no nos sacara de dónde nos encontramos, será la eficiencia y las cosas bien hechas.
La afirmación de que la economía crecerá adicionalmente 0,4 puntos del PIB por cada punto porcentual del PIB invertido en infraestructuras el año precedente resulta poco menos que jocosa a tenor de lo sucedido con el famoso Plan E. Ya vimos adonde nos condujo la "inversión" en infraestructuras. Más autopistas cuando estamos rescatando autopistas o más ferrocarril cuando el AVE no es económicamente rentable, no parecen la solución. Habría que analizar si es necesaria la adaptación de vías al transporte de mercancías, etc. y cuál es el beneficio esperado.
Nunca me han gustado las subvenciones y sólo creo en ellas cuando la situación realmente lo requiere (situación límite, beneficio esperado, etc.). Rehabilitaciones, electrodomésticos, automóviles o chaquetas de punto subvencionados no son más que una forma encubierta de subvención a una actividad. De hecho, al pensar en ello, creo estar viendo un eslógan de televisión del estilo, "Pon una subvención en tu vida, la vida será maravillosa".
¡Mas leña al fuego!
La justificación de viabilidad de un mayor gasto en base a una financiación realmente barata la considero pueril y no voy a entrar en ella. Además, a la luz del hecho de que tenemos compromisos de déficit o de las subidas de impuestos directos e indirectos que hemos tenido que sufrir, y no pueden ser compensadas por una mísera bajada este año, dicha justificación parece poco meditada, siendo políticamente correcto.
Plan E
Entonces, ¿no se consiguió nada con el Plan E? No conozco las infraestructuras lo suficiente para dar un veredicto sobre algunas propuestas de la patronal del sector de la construcción. Lo que sí sé es que el Plan E era justificado con similares argumentos, el papel todo lo aguanta dicen, pero a la hora de la verdad la mayor parte de los fondos fueron dedicados a cosas superfluas y sin utilidad practica o poco rentables, o a obras faraónicas que no nos podíamos permitir. Espero que no tropecemos dos veces con la misma piedra porque nos jugamos mucho en ello, nada menos que nuestro futuro.
