Dimon, el CEO del mayor banco de EEUU, pide a la FED que empiece a subir tipos esta semana, cuando se celebre la próxima reunión de FOMC.
Es comprensible que Dimon quiera que suba toda la curva de tipos de interés, para que aumente así el margen de la banca en sus operaciones de pasivo y activo. Pero me temo que subir los tipos ahora no garantiza para nada que la curva de tipos se tense y aumenten los diferenciales entre vencimientos.
Podría encontrarse con la desagradable sorpresa que al subir los tipos de la FED, y, por ende, los tipos a corto plazo, bajaran inesperadamente los tipos a largo, lo cual empeoraría aún más la situación de los márgenes.
No está garantizado que las expectativas jugaran a favor de subir los tipos a largo. Hace más de un año que la FED dejó de hacer compras de bonos a largo plazo, por lo que los tipos tan bajos de hoy los determina el mercado privado, sin interferencia de la FED. Si una subida de tipos a corto se interpretara como un golpe contra la actividad y los precios, bajarían los tipos a largo y eso se interpretaría como una bajada de las expectativas de PIB, inflación, y tipos a corto. Eso pondría a la FED en una situación más precaria, porque lo lógico es que tuviera a bajar tipos, lo que quedaría para la historia como un gran error.
Por su parte, la FED quiere subir tipos para tener más margen para bajarlos cuando llegue la próxima recesión. Pero las razones anteriores le han hecho retrasar una y otra vez la subida. De todas formas, como dice Larry Summers, un colchón "normal" sería un tipo de al menos el 5%, según las anteriores recesiones. Y es imposible que la FED alcance ese nivel de tipos oficiales en poco ni mucho tiempo. Hay que admitir que los tipos a largo están bajos porque las expectativas de actividad están bajas. La FED ha revisado su tipo normal ideal del 2,25% al 1,5%, lo que da una idea de lo que es "tirar la toalla".
Dimon quiere márgenes más altos, no tipos más altos. Da por hecho que al subir los de corto plazo subirán más que proporcionalmente los de largo plazo, lo cual sólo sucede cuando la economía está en ebullición. Como se puede ver el el gráfico, el diferencial entre el tipo de 10 al de 2 años no ha hecho más que caer desde que la FED abandonó el QE, aparte del repunte último que se debe a la probabilidad de que la FED suba tipos. Pero esta reacción preventiva no garantiza que se mantenga el diferencial, por otra parte muy bajo.
En cuanto a las expectativas que sí subirían los márgenes, en los meses más recientes se han publicado indicadores de enfriamiento de la economía, salvo en la creación de empleo. Los dos primeros trimestres del año la inversión empresarial ha sido negativa, lo que no estimula, ciertamente, la demanda de crédito. El PIB se ha desacelerándose en los 4 últimos trimestres hasta el segundo de este año.
Así que todo apunta a que los tipos a largo no despegarán como un cohete cuando la FED suba tipos, a menos que cambien las expectativas reflejadas en el gráfico primero. Eso quisiéramos todos, volver a la normalidad, pero eso no depende ni de la FED ni del BCE ni cualquier otro banco central, que han llegado al limite de sus posibilidades de mover las expectativas al alza. Es lo que hay: el llamado "New normal", desde luego nada alentador.