“Risk comes from not knowing what you’re doing.” – Warren Buffet
Domingo 5 de julio. 8:30 de la mañana. Miro el móvil y me encuentro mensaje de Juan Carlos con enlace al siguiente titular: “Gowex explota: las cuentas son falsas, Jenaro García dimite y solicita el concurso” vía El Confidencial. Titular que más tarde fue actualizado por su autor Pedro Calvo por la escalofriante confesión vía twitter del propio Jenaro García: “Pido perdón a todos. Lo siento de corazón”.
Ni qué decir que la pereza de las primeras horas desapareció de inmediato. Inicié twitter y, obviamente, los comentarios eran de todo tipo. De entre todos, dos llamaron poderosamente mi atención.
El primero era de un chico de 24 años que confesaba que había invertido el 100% de sus ahorros en comprar acciones de Gowex. A buen seguro no habrá sido el único. Les invito a visitar cualquier post de nuestro blog en los que hablamos de los riesgos de las modas. Son riesgos porque no entienden de fundamentos y son virales. Corren más rápido que la sensatez y, por desgracia, son muchos los ejemplos de insensatez inversora en los últimos 14 años. Como bien dice la frase de Warren Buffet que encabeza este artículo: “el riesgo procede de no conocer lo que está haciendo”.
¿Cuántos de los inversores que acuden a los mercados para invertir su dinero en acciones de compañías investigan antes los números de las mismas? Si no lo hacen con Telefónica, ¿he de creer que lo hacen con las compañías del MAB? A buen seguro, no. De ahí que siempre aconsejemos que acudan a este mercado (y a todos) de las manos de profesionales, de asesores financieros independientes. ¿Porqué no traders? Muy sencillo, los asesores velamos por el 100% del patrimonio procurando darle crecimiento en el tiempo y diversificando estrategias para poder trazar el camino adecuado para que puedan alcanzar sus metas financieras.
La insensatez antes comentada conduce al segundo comentario que me dejó atónito y que ya insinué el absurdo en mi artículo “Pánico“. Supongo que por afinidad de sector pero la viralidad de las redes enseguida echó sus zarpas sobre Eurona. ¿Se puede saber qué tienen que ver ambas empresas entre sí? Alguno de los que dudan de Eurona, ¿han tenido la bondad de ver a qué se dedica y como obtiene los ingresos?
Así como todos pagamos mensualmente nuestras facturas a Telefónica, Vodafone u Orange (como las principales) existen 30.000 hogares, personas como ustedes y como yo, que hacen lo propio por los servicios que les presta Eurona. De media, cada uno de estos clientes pagan unos 35€ por los servicios de telefonía e internet. Su negocio tradicional consiste en la prestación de servicios de acceso a internet y telefonía al mercado residencial en entornos rurales y no urbanos.
Otro tipo de ingresos proceden de usuarios como Ustedes y como yo cuando decidimos hacer un viaje, asistir a alguna feria o alojarnos en algún hotel de España o del Caribe. El año pasado Eurona incorporó dentro de su empresa a Kubi Wireless la empresa líder en la provisión de hotspots en aeropuertos, recintos feriales y en hoteles de las zonas geográficas comentadas antes. ¿Cómo consigue los ingresos? Con nuestra complicidad: nos registramos y pagamos la cuota que corresponda según el tiempo que vayamos a dedicar a la navegación por las redes.
Por lo tanto, la recurrencia en sus ingresos ya es en sí misma el gran hecho diferencial y el que debería silenciar a cuantos pretenden convertir el MAB en el lugar que no es. Es un negocio tangible y cuantificable. Al 100%.
Sus cuentas están auditadas por Deloitte. Una de las Big Four, es decir, una de las cuatro consultoras y auditoras más grandes del mundo.
Eliminando la euforia (que es lo único bueno de lo vivido la semana pasada) la cotización de las empresas del MAB debe responder sólo a sus fundamentales. No lo decimos ahora. Ya lo advertimos cuando todo eran burbujas de champagne y la alegría descontrolada e infundada. Pueden comprobarlo en el artículo de Juan Carlos, MAB: financiación o especulación, escrito el 26 de marzo.
Para invertir hay que conocer. Debemos exigirnos un cambio en nuestra manera de proceder. Si no tienen tiempo, insisto, acudan a profesionales que planifiquen con Ustedes y que seleccionen las mejores estrategias más apropiadas según su perfil inversor y los objetivos que hayan marcado. No invirtamos en base a la vilaridad, a la moda del momento y sí en base a los fundamentales y a lo que conozcamos.
Como señala Enrique Dans: no, la caída de Gowex no tiene nada que ver con la tecnología.No es admisible que señalemos por contagio y sin conocimientos a otras empresas porque compartan sector. Aún más inadmisible es que el regulador no haga su trabajo. No puede ser que volvamos a tener un nuevo escándalo en el MAB. No es de recibo. Debe velar porque aprobar la incorporación al MAB a compañías cuyos números sean claros y negocio explicable. Que las auditorías sean claras y las firmas reconocibles. El silencio de BME durante toda esta semana es inaceptable. La poca cintura en suspender la cotización y en exigir responsabilidades ahuyentan más que ayudan. No puede ser. El regulador debe velar y tutelar.
El MAB es, coincido con Daniel Lacalle, una pata esencial en la mejora del acceso a capital de nuestra economía, su modernización y atracción de inversores internacionales.
Este episodio vivido debe no repetirse en el futuro. A su vez, debe contribuir a mayor rigor en la transparencia de las empresas.
Toca madurez, sentido común y aportar valor. La euforia debe ser contenida.
Seguiremos en esta línea.