Inkemia es un grupo de alta tecnología, nacido en 1997, cuya actividad se centra en la generación y explotación de conocimiento que se basa en la investigación e innovación para la obtención de nuevos productos, procesos, tecnologías y servicios para la industria farmacéutica, química y biotecnológica. Debutó en el MAB el pasado 21 de diciembre de 2012 a un precio de colocación de 0,80 euros por acción. La modalidad que eligió fue la de “listing”, es decir, “listar” la compañía y todas sus acciones para que se puedan comprar y vender en una Bolsa como el MAB pero sin realizar una ampliación de capital para captar capital.
Por lo tanto, Inkemia salió al MAB sin buscar financiación. Con el debut en este mercado pasaba a ser una compañía cotizada y se dejaba el camino abierto para en un futuro hacer una ampliación de capital y buscar financiación pero ya con su nueva condición de cotizada.
No ha dejado pasar mucho tiempo y parece que ahora están preparando su primera ampliación de capital con la que pretender captar entre 2 y 2,5 millones de euros en los próximos meses.
Lo objetivos de esta ampliación son los “clásicos”: crecer, aumentar su presencia internacional y dotar de mayor fortaleza financiera a la compañía.
Habrá que ver las condiciones de la ampliación y si consiguen la cantidad de dinero que buscan.
Vemos por tanto cómo ciertas empresas ven al MAB como un lugar donde poder financiarse y tener una alternativa a la financiación bancaria. Creo que este punto es muy importante para las compañías en España tan acostumbradas por lo general a buscar financiación en los bancos. Buscar financiación en el MAB, aumentando tus fondos propios y reduciendo tu endeudamiento financiero en términos porcentuales o por lo menos no incrementándolo, creo que es algo muy positivo y que debería empezar a fomentarse y a interiorizarlo muchas empresas. Si algo debemos aprender de la crisis que estamos viviendo y sufriendo es que el endeudamiento y en concreto una empresa bastante endeudada cuando vienen mal dadas apenas tiene margen de maniobra y en muchos casos es el principio del fin y por tanto de su liquidación. Tenemos muchos ejemplos de cómo una elevada deuda bancaria poco a poco va estrangulando buenos negocios. Si además llega una época de falta de crédito y de ausencia de financiación de los bancos a las empresas, la situación se hará insostenible, habrá que solicitar el concurso de acreedores y en muchas ocasiones, tras un intento por salvar a la empresa, no quedará más remedio que cerrarla.
En definitiva, celebro que poco a poco las compañías vean que se pueden financiar en el MAB como una empresa cotizada con las ventajas que esto supone. Pero ser una cotizada también supone ciertas obligaciones y un cambio de filosofía dentro de la empresa importante. El rigor, la transparencia, la consecución de objetivos marcados y la confianza que se debe generar es mucho mayor que en empresas no cotizadas.