Para nuestra incomodidad llevamos 20 días haciendo constantes referencias al MAB y, más en concreto, a la oveja negra (¡qué irónico, de estrella a estrellado!): Gowex. Cierto que capitalizaba artificialmente parte del valor del MAB pero, no menos cierto es que era una de las 10 o 12 compañías que tenían actividad frecuente en este mercado.
Jenaro García era personaje frecuente en las redes. Tenía hasta una gran lista de fieles seguidores que veían en él al Zuckerberg español. No sólo pequeños inversores, también entidades de todo tipo, tanto públicas como privadas. Constantemente agasajado como emprendedor de moda o premiado por todo tipo de compañías como ejemplo a seguir. Era como un conocido banquero de los 80: De la nada haciéndose hueco entre las grandes.
Y, con todos mis respetos, pero sin aportar un gramo de valor a la sociedad. El gran mérito de su compañía era gestionar redes wifi outdoor, presuntamente de manera gratuita. No inventando el Wifi abierto o unos procesos tecnológicos nuevos, no, gestionando redes de terceros.
¿Saben quién es Josep Castells Boliart? De entrada es Doctor Cum Laude y licenciado en química orgánica por la Universidad de Barcelona. Además es el Presidente y Consejero Delegado de Inkemia. De antemano, se le presupone una gran formación académica.
A Josep hay que reconocerle muchos méritos y valorar sobremanera la actividad que desarrolla su compañía, pero hay que reconocer que su faceta de showman no es la característica que más se pueda destacar de su personalidad. Claro que esto aporta cero valor a la sociedad. Lo que sí aporta valor, por ejemplo, es la firma la semana pasada del convenio de colaboración con Afaquimpara “desarrollar nuevos proyectos de I+D que permitan alcanzar nuevas metas en el desarrollo de Principios Activos Farmacéuticos.”
O aporta valor “la firma definitiva de la concesión del proyecto de I+D “ECOBIOFOR”…el proyecto plantea soluciones plenamente enmarcadas en los principios de la “Green Chemistry”, al desarrollar “Disolventes Verdes” a partir de recursos naturales renovables, pues los disolventes son uno de los componentes principales en la formulación de pinturas y productos de recubrimiento. El desarrollo de estos”Bio‐disolventes”, es uno de los claros ejemplos del potencial industrial que ofrece el desarrollo de la “Biotecnología Industrial”.
También aporta valor la noticia publicada el pasado 8 de julio: “InKemia informa que ha concluido con éxito las pruebas de escalado industrial de la producción de su biocarburante de segunda generación (S50). El proceso productivo utiliza corrientes residuales de origen renovable de muy bajo coste como materia prima y los transforma en biocarburantes que cumplen con las especificaciones de los estándares internacionales de carburantes de automoción.”
Otra más, del 3 de julio : “La oficina de Patentes y Marcas de Estados Unidos comunica a InKemia la concesión de la patente “N‐Fenetilsulfonamidas‐N‐sustituidas para la identificación de actividad biológica y farmacológica”. Patente válida hasta 2030, protege un grupo de compuestos desarrollados por InKemia IUCT y que se agrupan en una biblioteca de pequeñas moléculas con potencial actividad farmacológica en enfermedades relacionadas con procesos inflamatorios de los que destacan: asma, rinitis, pancreatitis, sepsis, artritis, artritis reumatoide, edema cerebral, edema angioneurótico, dolor inespecífico, inflamación y dolor asociado a tumores sólidos, entre otros. “
Aún habría alguna más pero no crean que están elegidas al azar, no. Todas estas noticias están publicadas tras el escándalo GOWEX, es decir en los últimos 20 días. ¿Creen que esa serie de noticias no son económicamente significativas para crear una expectativa positiva en la generación de valor para la compañía? Según indica la propia compañía con esta última patente ya son 64 las que tienen en propiedad en 20 países distintos.
¿Quieren saber lo que ha hecho el valor en bolsa en los últimos 20 días ? Perder más de un 20%. La empresa ha generado noticias más que positivas para su negocio en un periodo extremadamente corto de tiempo y los inversores la castigan bajando el valor un 20%.
En marzo de este año pedía que sacaran de este mercado a las compañías que ya no aportaban valor a este como tal y que tan solo lo podían perjudicar. El tiempo, lamentablemente, me ha dado la razón.
Feliz día.
