En los últimos seis o siete meses justo desde la reforma fiscal de Estados Unidos, los activos de renta fija están sufriendo severas correcciones. En Estados Unidos, esta reforma ha relanzado el crecimiento económico que parecía ralentizarse, y sobre todo se está fomentando el repunte de la inflación. Ayer el dato de mayo de la inflación norteamericana repuntó hasta el 2,8% desde el 2,5% de abril, el dato más alto desde inicio del 2012. La tasa subyacente se sitúa en el 2.2% frente al 2,1% del mes anterior, niveles que ya se vieron durante el 2016 pero que significan una fuerte recuperación desde los niveles del 1,6%-1,8% en el que se movió la subyacente durante todo el 2017.
Este repunte de inflación y mejoría macro está provocando que la FED acelere su calendario de subidas de tipos y toda la curva ya está adelantándose al movimiento futuro. Hoy ya está totalmente descontado que la FED subirá los tipos al rango 1,75%-2% y hay pocas dudas de que se producirá otra subida en el segundo semestre de este año hasta el 2%-2,25%. La rentabilidad de los bonos a dos años (azul) ya va muy por delante de los tipos de interés (línea negra punteada). En el gráfico se aprecia que el gap entra ambas líneas se sitúa en máximos de los últimos años.
Pues bien, en este contexto en el que los tipos han subido más de un 1% en los últimos meses, los activos de renta fija norteamericana han sufrido fuertes pérdidas. En Europa, la renta fija ha sufrido también pérdidas y no por mejora de la situación macro (como ha ocurrido en EE.UU.), sino porque ha aumentado el riesgo de crédito. Es decir, que la ralentización de la situación macro, y sobre todo, el aumento del riesgo político en Italia han provocado aumento de las primas de riesgo (rentabilidad exigida a las inversiones) tanto en deuda periférica europea como en corporativos.
Sin embargo, no todos los activos de renta fija han sufrido por igual. En nuestros informes diarios hemos explicado en varias ocasiones que el aumento de la rentabilidad de un bono afecta al precio en mayor medida según sea la duración del mismo. Pero también afecta la rentabilidad o cupón que esté generando este bono. Así no es lo mismo un repunte de un 1% en un bono que partía de una TIR del 0,5% que de una TIR del 6%.
En el siguiente gráfico lo vamos a ver mejor. Desde septiembre del año pasado la TIR del bono del tesoro norteamericano a cinco años ha subido un 1,10% (línea morada) desde el 1,6% mientras que el High Yield (naranja) ha pasado del 5,5% al 6.3%. El índice Barclays US Treasury ha corregido un 2,64% mientras que el Barclays US High Yield ha subido un 1,66%.
Y es que no todo en la renta fija son los bonos de gobierno. Hay muchos escalones intermedios entre los bonos de gobierno y la renta variable. Los más arriesgados y con comportamiento más parecido a la renta variable que a la renta fija. Tanto bonos convertibles como High Yield tiene la peculiaridad de que son activos que suben con fuerza cuando lo hace la renta variable y corrigen menos que esta en las fases bajistas.
El High Yield está muy correlacionado con la renta variable puesto que en las fases expansivas del ciclo económico, se reduce fuertemente la probabilidad de impago, por lo que se reducen los spreads (rentabilidad exigida) que favorece al precio compensando con creces el repunte de los tipos de interés. Y cuando la renta variable corrige, el High Yield cae pero lo hace menos, ya que aunque aumentan los spreads, los tipos de interés suelen bajar. En cuanto a los convertibles, estos también suben fuertemente en fases alcistas del ciclo por su componente de acciones que hay dentro de cada bono (son convertibles en acciones). Y cuando hay fase bajista, estos caen, pero lo hacen menos puesto que el repunte de la volatilidad es un factor que afecta positivamente al precio de un bono convertible.
Esta es la regla que hace que a largo plazo el patrimonio invertido crezca de forma más eficiente y menos volátil. Hasta el punto de que en los últimos 15 años han subido prácticamente el índice de convertibles USA, el High Yield Usa y el S&P500 (todos total return). Se aprecia lo comentado de subidas similares en fases alcistas y correcciones menores en las fases de bajadas de tipos (crisis de 2007).
Por tanto, hay que tener muy en cuenta que la renta fija más arriesgada como son los bonos convertibles y High Yield son activos más equiparables a la renta variable que a la renta fija, pero son activos que a largo plazo son menos arriesgados que esta, y reducen la volatilidad de una cartera de largo plazo. Por tanto, son activos muy a tener en cuenta a la hora de elaborar una cartera de largo plazo.
El artículo original se encuentra en el Blog de Unicorp Patrimonio S.V.
(http://blog.unicorppatrimonio....)