“No news is good news” sentenció por primera vez el novelista francés Ludovic Halévy y Hertz lo demostró hasta esta semana cuando, después de meses de silencio, modificó sus previsiones de resultados del año 2014 a la baja.
La cotización se desplomó más de un 10% y los inversores siguieron perdidos, sin conocer aún los resultados de los dos últimos trimestres. Hertz tiene que revisar su contabilidad desde el año 2011, el baile de cifras que provocó la integración de Dollar Thrifty, y sus informes están pendientes de cargarse en la base de datos de la Comisión Nacional del Mercado de Valores de los Estados Unidos (la SEC).
El silencio inquietante de la empresa de alquiler de coches ha conducido al parqué a seguir ciegamente las opiniones de los gurús de las finanzas. La última novedad fue el retorno a la carga de Carl Icahn, quién anunció la acumulación de una participación de un 8,48% de Hertz, con la compra de 38,8 millones de títulos. El precio de las acciones se estabilizó. ¿Podrá el magnate de las finanzas de Nueva York intervenir y exigir explicaciones?
Hertz en la cartera Valkyria
Desde el mes de abril de 2013 a Hertz le aparecieron muchos pretendientes, empezando por tres estudiantes del MBA de Columbia. Con un análisis, que ganó el Pershing Square Prize y demostró las posibilidades de la multinacional por encima de otros competidores como Avis, situó a Hertz en el foco de muchas instituciones de inversiones. En mi caso particular, también la incorporé entre les posiciones de la cartera Valkyriacomo un valor conservador con potencial de crecimiento.
La directiva de Hertz correspondió a sus enamorados, pero temporalmente. La decisión más significativa fue el anuncio de la separación del segmento de alquiler de maquinaria del conjunto de otros negocios, con un spin-off. Esta propuesta, ya contemplada en el análisis inicial de los tres estudiantes, fue muy bienvenida entre la comunidad financiera.
Después de esto: silencio. Seis meses de 2014 en blanco que parecen no preocupar a los administradores de Hertz. Ni comunicados de prensa, ni datos provisionales que relajen los ánimos.
Mi reacción fue deshacerme de las acciones a lo largo de esta semana, afortunadamente antes del comunicado pesimista de la compañía. Aunque el televisivo Jim Cramer, con su euforia característica, señalara la empresa como la mejor participante del oligopolio de alquiler de coches, en el mercado de los Estados Unidos. ¿En qué novedades se basaba Cramer para ofrecer esta propuesta a principios de verano?
Las modificaciones contables ya han avanzado algunas eventualidades. Según la misma Hertzes posible que el spin-off de Hertz Equipment se retrase. El programa de recompra de acciones también es una incógnita. Si el futuro es incierto, el pasado es una mentira. Los accionistas no saben que beneficios obtuvo la compañía durante la primera mitad de 2014, y todos los datos disponibles desde 2011 están per se equivocados.
Si el concepto de riesgo está asociado directamente con el acceso a la información, ahora Hertz es una caja de sorpresas. De bombones dirían algunos. O quizás peor; una bomba de relojería.