Los tres principios prácticos que pueden ayudar en la anticipación y, posiblemente en la evitación de errores son: “probabilidad”, “disciplina” y “responsabilidad”. Estos principios parecen muy sencillos, pero a la hora de ponernos en práctica nos traerán muchos problemas. LARRY PESAVENTO
El cerebro humano tiende siempre a buscar la seguridad y evitar cualquier opción que suponga una perdida potencial. Es nuestra genética nuestros instintos más primitivos, basados en la supervivencia, los que aprendieron estos reflejos para que perdurara la especie.
Menos mal que no todos tenemos la misma percepción del riesgo, puesto que gracias a unos pocos locos valientes, percibimos una realidad tan abundante. Nada de lo que hoy vemos o existe se hubiera creado sin riesgo. Cuando uno se sienta en una cena entre amigos y habla de riesgos o rentabilidades, estás solo, te miran raro, la mayoría de personas piensan que eres avaricioso, sin escrúpulos, peligroso…si quieres que todos sonrían y colaboren en tu coloquio mejor háblales de seguridad. La seguridad que aporta ser funcionario, la buena forma de ahorrar hipotecándose, el nuevo seguro que he contratado: seguro para el hogar, seguro para el coche, seguro para viajar, seguro de vida, seguro de salud, seguro de… La mayoría de la población compra seguros mientras que “los vendedores de seguridad” se quedan su riesgo para hacerse cada vez mucho más ricos.
En lo que se refiere a las finanzas casi todos tenemos un sesgo de perspectiva que significa que nos preocupa mucho más lo que podemos perder que lo que podemos ganar. Por ejemplo a la mayoría le encanta jugar a la lotería, primitiva, euro millón ect… el premio es enorme en función de lo que pueden perder (el coste de un boleto), pero si realmente valoraran sus posibilidades de ganar ¿seguirían comprando lotería?
Riesgo y rentabilidad están asociados, si quieres que tu dinero produzca para ti, tendrás que valorar las opciones, conocer sus probabilidades y tomar decisiones siendo responsable y consecuente con tus actos. Pero huir por defecto porque viene un león…el mundo económico poco tiene que ver con esos instintos primarios. Con todo ello no quiero proponer el riesgo como motor de nuestras vidas pero aprendamos a ser tolerantes con los demás y a pensar que nuestra percepción del mundo no tiene por qué ser la correcta.
¿Cómo identificar nuestro nivel adecuado de riesgo?
Una persona puede estar dispuesta a realizar inversiones muy arriesgadas, con la esperanza de obtener una rentabilidad alta y estar totalmente tranquila. Otras, sin embargo, no podrán soportar la idea de que sus inversiones sufran el más mínimo contratiempo, por lo que no le interesará un producto que implique alguna posibilidad de pérdida. Desde este punto de vista, el nivel de riesgo que cada inversor asuma debe permitirle sentirse cómodo con su decisión. Si pasamos las noches en vela preocupados por la evolución de nuestras inversiones, está claro que el nivel de riesgo que hemos asumido debe minimizarse.
Ralp Vincent junto cuarenta doctorados universitarios, que no sabían nada sobre gestión monetaria y trading para una investigación. Se les dio un videojuego en el que existía un sistema de trading con un índice de acierto del 60% y un capital de 1000USD. Tendrían cien tiradas siendo sesenta positivas y cuarenta negativas sin que supieran donde estaban cada una de ellas, perdiendo o ganando lo apostado en cada operación. Dicho de otro modo, después de cien tiradas iban a ganar 60. ¿Qué ocurrió? Solamente dos personas tan instruidas, de cuarenta de los participantes ganaron dinero. Solo un 5%, el 95% restante perdió todo el dinero por no usar una adecuada gestión de sus operaciones.
Entonces, ¿de qué le sirve un buen sistema si no controla adecuadamente el riesgo? El secreto no está en huir de los riesgos sino en aprender a gestionarlos hasta ser capaz de minimizarlos casi por completo.
Buen trading amigo!