Desde Zona de Bolsa damos por supuesto que después de hacer una distribución patrimonial adecuada a nuestra situación económica y financiera, y haber pasado por los correspondientes test de conocimiento y de conveniencia, tenemos un capital sobrante de al menos 60.000 euros, que no los vamos a necesitar próximamente y queremos sacarle un rendimiento lo más alto posible.
También damos por supuesto que no tenemos intención de dominar la mayoría de una empresa, ni que queremos sentarnos en un sillón del Consejo de Administración, por lo que vamos a ir a ganar lo más que podamos, sin ataduras sentimentales, ni compromisos de permanencia.
En el caso de que se cumplan los requisitos anteriores nuestra estrategia debe ser cortar pérdidas, pero dejar correr las ganancias, según explicaremos en este artículo.
Pues bien, a lo largo de los años he oído multitud de motivos para comprar o no, alguna acción o algún fondo. Por ejemplo, en cierta ocasión un amigo y bien conocido, me preguntó que le dijera una acción para comprar, y mi reserva para aconsejar o insinuar una inversión concreta me viene muy de lejos, pero ante la insistencia me preguntó cuál era la acción que últimamente había comprado, a lo que no me pude negar a darle una contestación concreta. Pues le dije que había comprado acciones del Banco JPQ, a lo que mi amigo me dijo que él no compraría acciones de ese banco, porque todos sus empleados eran unos g….., pues hacía un tiempo le habían cobrado una comisión y no había conseguido que se la devolvieran. Por lo tanto, no parece racional que si alguien tiene odio a una empresa, no compre acciones de la misma, cuando lo que queremos es rentabilidad para nuestro dinero.
La mayoría de las veces me he encontrado con la situación contraria: compraré acciones de la empresa ABCD porque en ella trabaja un cuñado mío que es cojonudo el tío y cuando nos juntamos a comer cuenta una cantidad de chistes que te partes de risa.
Otras veces alguien compra una acción porque ha leído en los papeles, que alguien importante ha comprado un paquete del 10% en la empresa constructora MNP.
En fin que motivos para comprar o no comprar una acción o un fondo de inversión los hay de sobra, no obstante yo quiero escribir pensando en inversores que no tienen los prejuicios anteriores y que quieren ganar cuanto más mejor, pero sabiendo lo que arriesgan.
Ya que nos hemos decidido a comprar una acción o un fondo de inversion, tenemos que elegir el momento oportuno, pues no es lo mismo cuando una acción está cayendo, que hay valientes que compran argumentado que tienen acciones compradas más caras pero que así bajan la media, y se quedan tan anchos, pero también los he conocido que entran después de esperar, y esperar, y esperar, y cuando ya se deciden a entrar está acabando la subida o casi no le queda nada más por subir, por lo que a continuación la acción o el fondo se da la vuelta y ahí tenemos a nuestro súper asegurador enganchado a la acción, cayendo todo lo que quiere, porque dice que no vende porque no quiere perder.
Los momentos de las compras, ya se traten de acciones o de fondos de inversión, tienen que ser lo más próximos a los mínimos, pues hay que entender de una vez para siempre que las subidas no son eternas y que después de una subida viene una bajada, y después de una bajada viene una subida, pero que puede tardar varios años en volver a ver el máximo anterior y como no tenemos compromiso con esa acción o fondo, no tenemos por qué seguir perdiendo tiempo y nos podemos ir a otra acción o fondo que haya cogido el relevo.
Insisto en que hay que asumir los dientes de sierra, que ya en la Biblia hace miles de años, ya se hablaba de 7 años de vacas flacas y 7 años de vacas gordas, y a lo largo de la historia más reciente, por multitud de motivos como guerras, pestes, sobreproducciones o escasez de acero, de carbón, de petróleo, cambios industriales, cambios tecnológicos, etc, etc, se han seguido dando los dientes de sierra, unos de duración de años, otros de duración de meses y otros de semanas o días. Nosotros según sea el cambio de profundo, así debemos reaccionar. Técnicamente podemos hablar de tendencias primarias, si duran varios años, secundarias si duran varios meses y terciarias si duran varios días.
Pero aquí se nos presenta la pregunta del millón de caramelos, si mañana empiezan a bajar las bolsas o mi acción o mi fondo, ¿cómo se yo que la caída va a durar años, como por ejemplo la caída del Deutsche Bank que os ponía hace unas semanas, o va a durar meses o va durar días?. Pues no hay maneras humana de saberlo, por más que tratemos de averiguar el futuro. En el verano del 2007, el SP 500 y el DAX empezaron a bajar suavemente al principio, incluso hubo algunas subidas que se pudieron aprovechar cuando volvieron a subir, hasta que en el verano del 2008 ya todo fue un precipicio. Lo anterior lo tenemos estudiado en un vídeo y artículo sobre la crisis de las subprime.
Por lo tanto la única manera de "asegurarnos" que la perdida va a ser lo menos posible es saliendo en cuanto tengamos convencimiento de que viene una bajada, y cuando acabe la bajada sabremos si era primaria, secundaria o terciaria. Entrecomillo la palabra asegurarnos para indicar que en bolsa es muy difícil asegurar rendimientos, aunque podemos llegar a conseguir cierta seguridad y os pongo un ejemplo:
Supongamos que estamos en el circo viendo a unos trapecistas muy buenos, que conocen bien su profesión y hacen todo tipo de saltos a la perfección. Pues a pesar de eso, el riesgo no le pueden evitar y en el momento en que tengan un fallo y se estampen contra el suelo pueden perder la vida. En este caso la forma de achicar el riesgo es poniéndose una red, pero no se la pueden poner a la altura del trapecio, porque entonces no les dejarían saltar y hacer sus acrobacias. La red hay que ponerla por debajo donde deje espacio suficiente para actuar con comodidad, pero que ofrezca suficiente seguridad.
Por lo tanto, si vamos a buscar rentabilidad metiéndonos en renta variable, ya sea a través de acciones o de fondos de inversión, tenemos que tener las Ideas claras. Si hemos entrado abajo, a media subida o en lo alto de la cima, es igual, el momento de salir tiene que ser totalmente claro, y no me cansaré de decir que siempre es mejor perder 2 que no 20. Si alguien no se acuerda puede ver la receta navideña del mal, el menor.
Pero podemos haber entrado bien, si hemos visto el giro del valor o del índice por el que guiamos nuestro fondo de inversión y empieza a subir, y sigue subiendo, y empieza la prensa y los agoreros a pronosticar que queda poca subida. Aquí también se necesitan las ideas claras, mientras dure la subida hay que intentar cogerla toda, o como coloquialmente se suele decir las ganancias hay que dejarlas correr.
Si volvemos al símil del circo, el trapecio no es lo peligroso, sino no tener red o las colchonetas adecuadas, para no romperse la cabeza o el hígado, porque descuelgues en la bolsa los ha habido siempre y los seguirá habiendo.
Nuestro lema sigue siendo, LA BOLSA ES IMPREDECIBLE, pero no anárquica.