Puede que sobre la superficie la mar esté en calma, sin olas. Pero por debajo, en la profundidad del océano, las cosas no parecen que estén pintando muy bien. A pesar de los máximos que están logrando los índices norteamericanos, también es igual de cierto que se está produciendo una gran divergencia entre el número de compañías que están alcanzando nuevos máximos anuales y el número de compañías tocando nuevos mínimos anuales.
Como señala el analista Dana Lyons, cuando un índice como el Nasdaq está en máximos y a la vez presenta un número tan grande de sus componentes cotizando en máximos anuales y otros en mínimos anuales, suele ser porque en realidad hay una debilidad general del mercado, que suele acabar con fuertes correcciones en el corto plazo o incluso señalar el final de mercados alcistas.
La última de estas grandes divergencias entre los componentes del Nasdaq, se produjo en julio de 2015, semanas antes de una fuerte correcciones. Y las anteriores señales se produjeron en el año 2007 y en el 2000, cuando terminaron los dos últimos mercados alcistas.
Como señala el propio Lyons, aunque desde finales de 1999 estas señales han funcionado a la perfección como avisos de peligro o incluso de fin de la tendencia alcista, también se produjeron señales en los años 90 que no fueron la antesala de caídas en el Nasdaq. Esto es así porque aunque buena partes del conjunto del mercado estaban declinando entre los años 1998 y 2000, la situación de absoluta burbuja aún impulsaba el índice general más arriba. La pregunta es ¿estamos en una burbuja donde los precios seguirán subiendo sin importar las valoraciones y que otras partes del mercado estén declinando o será un aviso como los vistos en las últimas dos décadas?