El año 2018 se ha ido con dolor y el 2019 viene con miedo. Las puertas del infierno parece que están abiertas esperando a los inversores. Los pocos que aún compran lo hacen con dudas y sin creérselo demasiado. Muy pocos analistas se atreven a pronosticar lo que puede pasar y si se manifiestan lo hacen con comentarios ambiguos que te cubran las espaldas.
Yo voy a dar mi punto de vista a modo de juego especulativo. Creo que el año 2019 puede ser bastante aprovechable. En primer lugar, las caídas pueden continuar, lo que nos dará la oportunidad de elegir las acciones a precios más bajos. Lo que para los inversores es bueno. Cuanto más barato compremos más posibilidades de plusvalías tendremos. Eso sí, cuánto tiempo se pueden mantener o incluso bajar las valoraciones, no está claro. Pero eso ya es otro problema diferente, la de manejar los tiempos de la inversión, que te hace que cuanto más largo sean, más fácil será obtener buenas rentabilidades y mejor si no tenemos ningún plazo establecido.
2019, será una año complicado para la bolsa. Como siempre. Y no sabremos cómo termina el año hasta el final, también como siempre. Pero. por ahora, las cosas no están tan mal. Tenemos deuda, es verdad, pero los tipos están bajos y controlados por los Bancos Centrales, las energías están baratas y las materias primas también, no se observan burbujas excesivas y el miedo de los inversores llega a ser casi extremo. En fin, características que nos dan cierta tranquilidad.
Europa, parece que se encamina a su desintegración con el Brexit como máximo riesgo. Pero opino que al final la sangre no llegará al río. La partida de póquer que están jugando la UE y Reino Unido seguramente se resolverá a última hora. Los gobiernos europeos se irán adaptando a las condiciones generales. La economía no debería derrumbarse este año y el crecimiento seguirá en el mundo.
La volatilidad será alta y los analistas nos darán comentarios para todos los gustos, adaptándose a cómo evoluciones la economía y la bolsa. Eso sí, preferentemente a toro pasado, una vez que ya no tenga gracia.
La renta fija seguirá dando poco rendimiento, y el oro no brillará demasiado. Pocas alternativas siguen existiendo a la renta variable.
En fin, que seguramente terminaremos el año mejor de lo que lo empezamos y puede que, por ahora los miedos no sean tan terribles. Eso sí, seguro que alguno de estos años llegará el momento malo, todo llega, pero no en este año.