¿Es Telefónica una chica mala?

9 de septiembre, 2013 4

Conocimos hace tiempo a una persona que solía clasificar a las mujeres en dos grupos: aquellas con las que quería ser visto por sus amigos y aquellas otras que les presentaría a sus padres. Ignoramos si encontró alguna que por casualidad reuniera ambos requisitos. Él creía firmemente que tal cosa no era posible y que en esa imposibilidad recaía la culpa de muchas infidelidades.

Si le preguntáramos al inversor acerca, por ejemplo, de INDITEX Y TELEFÓNICA, no tendríamos demasiadas dudas acerca del grupo en el cual aparecerían ambas. No obstante, esto que sirve de metáfora políticamente incorrecta, está sujeta a varios matices que el inversor debe tener siempre presente.

Las emociones del inversor no son útiles

El peor enemigo del inversor es él mismo. No hay lugar más pleno de emociones extremas y viscerales que el mercado de valores. El dinero produce reacciones altamente emotivas en las personas. Por ejemplo, el sentimiento de pérdida es el doble de intenso que el de ganancia. La lista de trampas psicológicas que acechan al inversor es inmensa. Nuestra naturaleza es así. No podemos cambiarla. Por tanto debemos aprender a controlarla conviviendo con ella.

Una acción representa la propiedad de un activo real tangible, una empresa, un negocio en funcionamiento, dinámico y por tanto cambiante según las circunstancias y el devenir del incierto futuro. Una acción tiene para el inversor una utilidad primaria bien clara: ganar dinero mediante su revalorización. Eso es todo.

Querer una acción o gustar una acción son actitudes erróneas para el pequeño inversor. Éstas no albergan ningún tipo de sentimiento hacia sus propietarios por mucho que éstos sufran de enamoramiento bursátil. No hay más realidad que esa. No hay acciones para presumir delante de los amigos ni acciones para presentar a nuestros padres. Todas y cada una de ellas son lo suficientemente buenas siempre y cuando cumplan el propósito por el cual han sido adquiridas: reportar un beneficio económico tangible a su propietario. Dejemos, pues, el amor para las personas.

Los prejuicios no son útiles para el inversor

La inversión requiere de una actitud exenta de prejuicios. Cualquiera puede entender que APPLE o una biotecnológica son increíblemente cool y que por ejemplo VISCOFÁN y sus envoltorios cárnicos no “molan” tanto. No obstante, habiendo dinero por medio esto último así como otras consideraciones del tipo popularidad o impopularidad en los medios y analistas es mejor dejarlas de lado y ceñirse al qué y, sobre todo, al cuánto.

Las opiniones de un gran número de personas y sobre todo las motivaciones que las mueven así como el sentimiento general del mercado acerca de esta u otra acción en concreto no le incumben al inversor. Éste debe pensar por sí mismo y en función de sus particulares y subjetivas necesidades y metas. Ninguna de esas personas va a acompañarle cuando finalmente venda o compre una acción. Se podría hasta decir poéticamente que en la muerte y en la compra-venta el inversor se encuentra solo.

TELEFÓNICA o la gran empresa impopular

Peso pesado en el IBEX35 y una de las mayores multinacionales españolas TEF se ha convertido últimamente en ese tipo de empresa grande e impopular que tanto llamó la atención del gran Benjamin Graham, padre del value investing. El inversor está tan saturado de información acerca de TEF, sus idas y venidas internacionales, sus adquisiciones y desinversiones y un largo etcétera de opiniones de todo tipo, una buena parte de ellas negativas, que podrían hacernos dudar acerca de la bondad o no de invertir en algo que tantos consideran un adefesio.

QuietInvestmentno comparte esta mayoritaria percepción aunque sí creemos que la empresa y todo su revuelo mediático podrían aburrirnos aún más. Pero nosotros somos pragmáticos. Y nuestro pragmatismo se materializa en cuánto estamos pagando por TEF dado lo que ésta gana más o menos de media y teniendo en cuenta las circunstancias económicas harto complicadas que todos conocemos así como los cambios en el sector.

Nosotros al encarar el análisis de una compañía siempre nos preguntamos qué hace, cuánto dice que gana, cuánto decimos nosotros que gana, cuánto debe, cuánto debe en relación a lo que gana y si su negocio es más o menos estable. Si entendemos todos esos aspectos a grosso modo y el precio de cotización en relación a los mismos es atractivo QuietInvestment carece por completo de prejuicios. Si la empresa recogiera estiércol y fuese rentable con niveles de deuda bajos y un precio con un descuento interesante nosotros la encontraríamos atractiva. ¿O es que alguien es capaz de oler una acción?

Lo que de verdad sabe el inversor acerca de un negocio cotizado

A muchos inversores les gusta considerarse compradores de negocios. Lo cierto es que es una actitud muy positiva y loable el conocer lo máximo posible de la actividad empresarial representada por la acción. De hecho es algo esencial. Nadie en su sano juicio compraría una empresa en su totalidad sin saber al menos a qué se dedica así como los aspectos básicos de su devenir económico.

Surge aquí un problema irresoluble para la mayoría de nosotros. Y éste es que realmente apenas conocemos sino generalidades acerca de los negocios en los cuales invertimos. Un empresario necesita muchos años de experiencia y de práctica para dominar un solo negocio. Imagínese usted 20 o 30, que puede ser el número de acciones de una cartera normal de cualquier gestor de fondos de inversión. Ahí pueden encontrarse REPSOL, una petrolera, o ALMIRALL, una farmacéutica, junto con BARÓN DE LEY, sector alimentación vinícola. Compañías en suma bastante dispares y con circunstancias bien diferentes.

El inversor no puede conocer todas esas empresas como si él mismo las estuviese gestionando. Tampoco el gestor medio de fondos. Se engañaría a sí mismo si creyera tal cosa. No obstante, dirigir un negocio no es lo mismo que poseerlo. De ahí que haya elementos que sí son valorables aunque puedan ser inciertos. Por ejemplo, una empresa de papel, una commodity, está por su propia naturaleza sujeta a los cambios tecnológicos que inciden en la obsolescencia de su producto. Identificar barreras de entrada, monopolios legales o monopolios del consumidor está también a su alcance. Será más o menos complicado según los casos pero no imposible.

Y por supuesto el margen de seguridad, la diferencia entre valor y precio. Un concepto cualitativo que expresamos cuantitativamente. Porque, no se engañe el lector, invertir es un arte o bien una disciplina o ambas cosas. En ningún caso una ciencia exacta con la que realizar predicciones matemáticas con ínfulas de exactitud. Recuerde que la economía y desde luego la inversión es una materia, una disciplina, eminentemente humana.

Veremos en próximos posts hasta qué punto TEF es o no una chica mala y si realmente eso importa o no al inversor.

Saludamos de nuevo cordialmente a la comunidad de Inbestia. Vacaciones, trabajo y proyectos personales nos han mantenido muy ocupados durante los últimos tres meses. Os invitamos a visitar y suscribiros a nuestro blog, QuietInvestment, donde podréis seguirnos con asiduidad. Continuaremos publicando en Inbestia, para nosotros la mejor comunidad financiera de la red, aunque hayamos decidido construirnos nuestra propia casa. Esperamos vuestra visita y nada nos agradaría más que recibir vuestras aportaciones y comentarios que seguro contribuirán a que podamos ofrecer un contenido de mayor calidad.

Nos gustaría agradecer a los fundadores de esta comunidad, Inbestia, la oportunidad que han creado para que muchos de nosotros podamos expresar nuestras opiniones e ideas en un ámbito de libertad. Nuestro agradecimiento se extiende a todos aquellos que nos han leído y comentado y, por supuesto, a nuestros seguidores. Nos gustaría hacer una mención especial tanto a Pablo J. Vázquez, cuyo magnífico curso de value investing no dejo de recomendar, así como a Hugo Ferrer, autor de un libro excelente que seguro todos ya habréis leído y del que esperamos nuevas ediciones mejoradas. La calidad de lo que ellos han escrito y su actitud independiente, cada uno desde su propia y personal perspectiva, han enriquecido nuestros conocimientos y nos han servido de inspiración.

Santiago Casal Pereira y David Núñez Longueira, QuietInvestment,  os envían a todos vosotros su más sincero agradecimiento. Os esperamos en nuestra casa donde seréis tan bien recibidos como nosotros lo hemos sido aquí.

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Este artículo tiene 4 comentarios
Esta reflexion me ha hecho comprender como es posible , bien telefonica, bien Bankia, tengan aun inversores o aacionistas, y es que la pela es la pela, pero yo a pesar de mi afan y deseo de lucro, por principio etico, que no economico, no invierto una sola pela, en aquellas empresas que hayan engañado, por ser bueno y considerado, pues si somos honestos habria que decir estafado a los accionista, y bueno tanto Telefonica, como Bankia han cometido verdaderas estafas por ello por muy bajo que coticen, jamas invertire una pela en ellas, es decir los prejuicios como vien señalas me pueden yo ni se las presento a mis padres ni a los amigos, es decir son una impresentables, pero como la pela es la pela, pase lo que pase cuando su relacion beneficios/precio sea atractiva entra la pela, pues la pela esa si carece de prejuicios mayoritariamente. Siempre me llamo la atencion que despues de la estafa de BANKIA , a sus propios clientes, puedan seguir teniendo clientes o llegar nuevos clientes. Ahora leyendo tu post y tus reflexiones, veo al menos por donde van los tiros..... Os visitara y seguire en vuestra nueva casa, pero telefonica ni una pela, por estafadores, caso Terra, Telefonica Moviles,...etc por citar dos de los mas sonados.
09/09/2013 15:38
antiguo usuario
Hola Eduardo. Muchas gracias por tu aportación y bienvenido a QuietInvestment, nuestro blog personal.

TEF no es, desde luego, nuestro ideal de empresa. Y nada tenemos que añadir a los ya conocidos fiascos de Terra o Telefónica Móviles.

Nuestra perspectiva es eminentemente pragmática. Creemos que esa perspectiva beneficia al pequeño inversor y es la más apropiada para que no se convierta o se deje convertir en una marioneta de los tejemanejes de nuestras cotizadas. Quizá haya llegado el momento en que el pequeño inversor pueda tomarse su particular revancha con TEF y ganar, esta vez sí, un poco de dinero.

Este es el primer post de una serie de tres dedicados a TEF en los que razonaremos el por qué ahora y a estos precios nos parece una buena acción. De la misma manera que no recomendamos iniciar relaciones amorosas con ninguna acción asímismo tampoco creemos útil para el inversor iniciar ninguna relación de odio. Lo que sí pensamos es que al inversor le conviene hacer aquello que le beneficie según sus propios fines y objetivos.

Un cordial saludo
QuietInvestment
09/09/2013 17:08
Eduardo, A mi me pasa un poco como a ti, en particular con telefonica, que me parecen por mi experiencia personal con ellos unos estafadores (no voy a contarte el asunto pero se las trae). De todas formas yo le doy otro enfoque a las cosas, cuando estaba con ellos, compre acciones en un buen momento y saque beneficios como para pagarme 5 años de mi factura de telefono. Lo mismo hice con repsol y con alguna cadena de alimentacion y de ropa. Es decir, ellos ganan gracias a mi......pero me lo devuelven :)))). Saludos
10/09/2013 11:25
antiguo usuario
Hola Alberto. Gracias por tu comentario. Te invitamos por supuesto a visitar QuietInvestment.

El inversor no compra las acciones de ninguna compañía con la intención de hacerle un favor sino, claro está, con el objetivo de obtener unos retornos que considere apropiados. Evidentemente lo mejor es buscar ese punto en el que todos salgan ganando en la transacción.

Tu actitud pragmática nos parece muy recomendable a la hora de lidiar con cualquier empresa cotizada. La prudencia es una virtud indispensable cuando encaramos cualquier operación bursátil. Sobre todo con compañías cuyos antecedentes no nos parecen los más adecuados. Como de costumbre las acciones de la mejor empresa pueden ser una pésima inversión si el precio no es el adecuado, de la misma manera que las acciones de una empresa mediocre pueden reportarnos interesantes beneficios si el precio es más que atractivo aunque en estos últimos casos sea necesario extremar el principio del margen de seguridad.

Un cordial saludo Alberto
QuietInvestment
10/09/2013 12:08
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