Los griegos nunca parecieron estar especialmente agradecidos por los 240.000 millones de euros en rescates que recibieron por parte de la Eurozona y del Fondo Monetario Internacional.
La crisis económica que sufren fue causada especialmente por los excesos de su gobierno y de ahí su elevado nivel de endeudamiento.
En el momento en que la crisis comenzó, a finales de 2009, su deuda ya era el 127% del PIB, aumentando el año siguiente al 146% del PIB.
Como condición para poder recibir esos rescates, importantes recortes en el gasto público le fueron impuestos y la austeridad llegó a Grecia. Esto todo tuvo un gran impacto en la actividad económica.
El país ya estaba en recesión tras la crisis financiera de 2008. Pero desde 2010, y en gran parte gracias a la austeridad impuesta por Bruselas, el PIB se ha reducido un 19%.
El PIB per cápita ha caído un 22% desde el inicio de la debacle de 2008.
Así que la austeridad sin duda ha hecho daño. ¿Pero ha conseguido la austeridad reducir las deudas? La respuesta es clara. De hecho no solo no lo ha conseguido, sino que ha aumentado.
Al contrario, como bien sabemos la deuda griega se ha elevado al 175% del PIB a partir de finales de septiembre de 2014.
Aunque en términos absolutos se ha reducido un poco en el último año. La deuda pública griega fue de 265.000 millones de euros en 2008, 330.000 millones de euros en 2010 y de 316.000 millones en septiembre del año pasado.
Es la deuda como proporción del PIB lo que determina la asequibilidad. La deuda ha bajado, pero en relación al PIB ha aumentado, ya que el PIB se ha reducido en mayor medida. Y en este punto, el problema de la deuda de Grecia es hoy peor de lo que era cuando fue rescatada.
Entonces podemos decir que fue el colapso de la economía lo que ha dañado al país. Y aunque Grecia comenzó a crecer de nuevo el año pasado a una tasa de 1.6% (que puede no ser sostenida) se tardaría más de una generación para poder reducir la deuda nacional a niveles manejables.
No es de extrañar, pues, que el partido Syriza haciendo campaña para poner fin a la austeridad y cancelar las deudas, haya disfrutado de una victoria aplastante en las elecciones generales.
Esto deja a la vista el claro mensaje enviado por el pueblo griego a Bruselas. O mejor dicho a Berlín, ya que es Alemania (casados con la ortodoxia económica), los que vendieron que no hay ganancia sin el dolor previo de la austeridad.
En cuanto a los inversores, hay dos razones por las que la victoria de Syriza es significativa.
En primer lugar, su líder Alexis Tsipras tiene un claro mandato para negociar un relajamiento de la austeridad impuesta por Bruselas y el FMI, y una cancelación de al menos alguna parte de la enorme deuda del Sector Público.
Por el momento, él y sus colegas están haciendo hincapié en que quieren negociar y están enviando señales emolientes. Pero los alemanes están diciendo que el trato hecho con Grecia en el rescate es el trato que mantiene.
Tal compromiso puede resultar imposible. Las negociaciones van a ser muy duras y complicadas, por lo que una Grecia fuera del euro no es imposible.
La segunda razón de la victoria es importante y es que los partidos anti-austeridad más jóvenes están en marcha en toda Europa, y están calando especialmente en Francia y España.
Si Syriza llega a ganar sus negociaciones con el resto de la Eurozona, estos otros partidos anti-austeridad parecerían más creíbles a los votantes. La nacionalización de Marine Le Pen en las elecciones presidenciales de Francia o la eliminación de la casta por parte de Podemos serían una interesante prueba para los mercados.
Y si Syriza perdiera en esas conversaciones con Bruselas y Berlín, y la ruptura definitiva de Grecia del euro tuviera lugar, los inversores también podrían sacar sus ahorros de todos estos países donde los nacionalistas están ascendiendo.
¿Por qué no entran los inversores en estado de pánico?¿Por qué el euro subió un poco hoy? ¿Por qué las Bolsas crecieron hoy? Sabemos que el manguerazo de Draghi está ahí, pero una explicación un poco inverosímil es que los inversores creen que la Eurozona sería en realidad más fuerte sin Grecia, siempre que ningún otro país grande siga su mismo camino.
Lo más probable es que los inversores crean que la razón prevalezca y Berlín sancionará una condonación de las deudas excesivas de Grecia.
Aquí está el punto importante. Fuera de Alemania es casi imposible encontrar a un economista o banquero que haya creído que la reconstrucción anterior de la deuda griega fuera a funcionar alguna vez.
Así que, después de que los griegos hayan hecho un colosal esfuerzo y algunos dirían inútil, Alemania permitirá un rescate que dé a Grecia la oportunidad de luchar para salir de su colosal deuda.
Lo que está claro es que Grecia fue un fracaso del gasto público desmesurado y del endeudamiento sin control, queriendo crecer a partir del Sector Público.
Pero una nueva época puede estar apareciendo y hace referencia a qué hacer con esas deudas. No pagar significa estar fuera de los mercados. Hay deudas que no se pueden pagar. ¿Hasta cuándo aguantará el sistema pagando las deudas existentes con nueva deuda? Nuevos tiempos están a la vista, pero vamos a ver si prevalece la razón o la imprudencia.