El vendedor de herramientas

27 de abril, 2014 4

¿Se imaginan a un electricista o a un fontanero vendiendo herramienta tras herramienta de su bolsa de trabajo en lugar de usarlas para ganar dinero? Seguro que no. Entonces, ¿por qué usted hace lo mismo con su capital?

La obsesión de la clase media: trabajar para el dinero

Su ahorro es una herramienta cuyo fin es generar riqueza para usted. Sin embargo, el ciudadano medio, independientemente de su nivel de ingresos, prefiere amontonar “papel moneda” en ruinosos depósitos bancarios para después “quemarlo” en el altar del gasto. Trabaja incansablemente para el dinero sin que, por el contrario, éste haga gran cosa por él. Mientras tanto los banqueros se lo pasan pipa.

Esta enfermiza obsesión conduce al ciudadano a descapitalizarse constantemente. Así, Pepito: “ahorro dinero fruto de mis ingresos por el trabajo para adquirir, por ejemplo, un vehículo. Una vez reunido el papel que he acumulado en depósitos y cuentas bancarias durante varios años sin ganar mucho más del 3% lo retiro del banco, me dirijo al concesionario y adquiero el vehículo que previamente he elegido después de muchas horas de investigación e intercambio de opiniones con los colegas. Ahora tengo un automóvil nuevo y soy la caña. Por otro lado, mi ahorro vuelve a ser igual a cero. Vuelta a empezar.”

Este hábito se denomina “trabajar para el dinero” y es como una enfermedad infecciosa que afecta a la clase media impidiéndole progresar. De la misma manera que un fontanero no puede reparar una avería sin su caja de herramientas, usted no puede crear un patrimonio que incremente su independencia financiera si dedica su ahorro al gasto y no a generar una rentabilidad que haga posible ese gasto.

¿Qué tengo que hacer para que el dinero trabaje para mí?

Empiece por no gastarlo. Eso suena horrible, lo sabemos. Va en contra de sus instintos más básicos como depredador consumista occidental. A todos nos gusta gastar y, sobre todo, que los demás lo vean. Si no, ¿dónde está la gracia? Pues mala suerte amigo: el ahorro significa irremediablemente sacrificio. Dicho de otra manera: en aras de un bienestar mayor futuro, renunciamos a cierta cantidad de bienestar presente. Así es como la sociedad ha progresado a lo largo de la historia: ahorrando los excedentes de su trabajo hoy para obtener mañana un mayor bienestar después de un proceso de inversión.

Así que supongamos que tiene usted un trabajo que le ha permitido acumular, por ejemplo, 10.000€. Es usted un español afortunado lo sabemos. Primero porque tiene empleo y segundo porque ha reunido esa asombrosa cifra. Un hecho un tanto paranormal en la grisácea vida financiera española. Sólo en Cuarto Milenio se pueden ver fenómenos más extraños.

Ahora que ya sabe que no puede malvender sus herramientas se enfrenta usted a esta espinosa cuestión: ¿y ahora qué hago? Ni soy fontanero, ni electricista, ni siquiera sé que “trabajo” tengo que realizar. Respecto a lo que se puede hacer con esos 10.000 sufridos euros véase aquí le ofrecemos una sugerencia y en relación al cómo aquí le proponemos varias alternativas.

Pero lo que de verdad le interesa ahora es averiguar cuándo y cuánto puedo gastar una vez que haya empezado a trabajar con mi capital.

Ascensor primera planta: mantenimiento de su caja de herramientas

Su utensilio de trabajo, su ahorro debe estar engrasado. ¿Qué demonios significa esto? Vamos a aclarárselo rápidamente: en su trayectoria financiera tiene usted un acompañante no deseado, el típico plasta que se autoinvita a las fiestas y no para de hacer chistes malos dándole la murga al personal. Esta indeseable compañía tiene nombre propio: inflación. Y por un montón de razones que ahora no vienen a cuento hágase a la idea de que no hay manera de echarlo de su fiesta.

Fíjese en esto:

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Desde el 1 de enero de 1999, fecha en la que se establece el cambio oficial euro/peseta hasta el 31 de diciembre de 2013 usted ha soportado una tasa anual de inflación del 2.72%. O dicho de otra manera, en 2014 sus 10.000€ de 1999 tienen un poder de compra de 6.606€. Eso es lo que refleja la primera columna que comienza por 10.000€ del cuadro, esto es, cómo se deprecia cada año el poder adquisitivo de su dinero. Éste se ha reducido en un 34%. Para que eso no suceda usted tiene que aportar 4.943€, esto es, un 49% más de ahorro a ese capital inicial. En la segunda columna que comienza por 10.000€ se observa cómo tiene que aumentar anualmente su aportación dineraria para compensar el malévolo efecto de la inflación. ¡Y eso sólo para quedarse como estaba! Sí, sufrido conciudadano: en 2014 usted necesita 14.943€ para comprar lo que en 1999 podía adquirirse con 10.000€.

Así pues, al invertir su dinero tiene que obtener una rentabilidad mínima del 3%-4% o de lo contrario estará perdiendo poder adquisitivo. El camino hacia la pobreza está hecho con adoquines de inflación. Por tanto, ninguna alternativa de ahorro e inversión que no le proporcione por lo menos un 3%-4% debería estar en su agenda.

Si al final del año usted ha obtenido una rentabilidad de 300€-400€ usando su capital de 10.000€ sentimos aguarle la fiesta: o reinvierte las anteriores cifras o usted pierde poder adquisitivo. ¡Siguiente planta!

Ascensor segunda planta: mejora de su caja de herramientas

¿Y qué pasa si ahora obtengo una rentabilidad de entre el 6%-8%? Sería el doble de la inflación. Quizá ahora podría gastar unos eurillos. Técnicamente sí. Pongamos que a final de año obtiene entre 600€-800€. Podría gastar la mitad de esas cantidades ¿no? Pues no, no se lo recomendamos. Somos unos aguafiestas.

Si usted hace eso es cierto que habrá conservado su poder adquisitivo, puesto que reinvertirá entre 300€-400€. Pero eso será todo. No habrá conseguido usted mejorar. Seguirá con la misma caja de herramientas, engrasadas eso sí. Pero estancado. No crecerá. Su patrimonio inicial siempre será el mismo. Así no hay manera de progresar.

Lo sentimos mucho: en la segunda planta del edificio del ahorro e inversión tampoco se puede gastar. Si lo hace, jamás mejorará. Hágase a la idea de que una vez engrasada su maquinaria le conviene ahora incrementarla. De esta forma irá generando cantidades crecientes de riqueza que a su vez producirán más riqueza. Capitalización e interés compuesto se llama el truco. Nuestra sugerencia es que reinvierta al menos 600€. Pero consideramos mejor la reinversión de los 800€. Un 8% compuesto anual significa que usted dobla su capital cada diez años, lo cual es razonable y genera un incremento patrimonial perceptible. ¿Tercer piso?

Ascensor tercera planta: disfrutando de su dinero

Ni 3%-4% ni 6%-8%. ¿Entonces qué? Veamos un 10%, es decir, 1.000€ de beneficios obtenidos a final de año mediante el ahorro e inversión de sus 10.000€. Ahora cambian las cosas. De esos 1.000€ podría gastar 200€ y reinvertir 800€. Si el año que viene obtengo otro 10% sobre mis 10.800€ tendré 1.080€, de los cuales volveré a reinvertir 864€ y podré gastar ¡216€!

Bienvenido al paraíso de la capitalización y el interés compuesto: ahorro e invierto para obtener una tasa de rentabilidad, esto es, un beneficio, que me permita derrotar a la inflación y además seguir creciendo, pudiendo dedicar al gasto los excedentes de este proceso y disfrutar así finalmente de mi dinero.

El gasto no es una obligación, por supuesto, pero mentalícese de que si quiere progresar tiene que respetar ese 8% de rentabilidad que es necesario reinvertir. Gaste a partir de ahí si quiere. Pero nunca más… O volverá dando tumbos a la planta baja.

Conclusión

¿Sabe por qué tantos famosos, deportistas y artistas (son todo un clásico en este aspecto) pero también empresarios de éxito acaban viendo como su patrimonio decrece y se deteriora? Porque su trabajo e ideas les proporcionan unos ingresos que dedican a un gasto excesivo y a una mala asignación de capital. No es casualidad que la clasificación de los 500 millonarios de la lista Forbes no pare de dar tumbos. Uno se enriquece porque tiene una gran idea que funciona. Pero sólo se mantiene rico si asigna eficientemente los beneficios de esa idea por debajo de su umbral de gasto e inflación.

La clase media no es ajena a este proceso. La mayoría de nosotros no somos ni ricos ni famosos ni empresarios de éxito. Es muy complicado tener una gran idea que te haga rico. Pocos la tienen y no es raro también que grandes ideas se frustren por una mala puesta en práctica de las mismas. Así pues, tenemos empleos que nos proporcionan unos ingresos mediante los cuales cubrimos nuestras necesidades. O realizamos una asignación eficiente de capital, es decir, o ahorramos e invertimos una parte de nuestros ingresos en activos que nos proporcionen al menos un 8% de rentabilidad compuesta anual o estamos condenados a no mejorar financieramente, que no profesionalmente mediante el incremento de nuestros salarios. Sin embargo, en este último caso seguimos trabajando para el dinero sin que éste trabaje para nosotros.

Nuestro consejo es que intente construir con su ahorro este edificio de tres plantas independientemente del capital que posea y de la cantidad que pueda ahorrar. Por pequeñas que ambas sean nuestro consejo es el mismo: ¡no trabaje por dinero, que el dinero trabaje para usted!

Podéis seguirnos también en nuestro blog y en nuestra cuenta de twitter @quietinvestment


Usuarios a los que les gusta este artículo:

Este artículo tiene 4 comentarios
Estupendo artículo. Muy didáctico para la gente que no acostumbra a ahorrar. Considero que este tipo de análisis tan didácticos deberían darse en los Institutos.
Todos deberíamos educar a nuestros hijos para que tuvieran una mínima educación financiera.
Muchas gracias por el claro ejemplo.
29/04/2014 12:19
antiguo usuario
Gracias Francisco. Sin lugar a dudas, otra laguna mas en nuestro sistema educativo.
29/04/2014 17:47
¡¡¡¡¡¡¡¡plas plas plas¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡
Muy acertado pero eso de
"otra laguna mas en nuestro sistema educativo."
¿solo laguna? MAR OCEANA diria YO..pero
¿sera eso CASUAL? ;).
YO NUNCA supe el porque mi Abuelo era pastor de ovejas..aunque seguro que porque de LOBOS le era MAS DIFICIL ;)
23/05/2014 18:00
antiguo usuario
Hola OKA. Gracias. Efectivamente, más que laguna océano. El cupo de lobos ya sabemos quién se lo reparte. Un saludo.
23/05/2014 19:10
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